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LA REPUBLICA. Jueves de mayo de 1985 E Digamos la verdad Escribe: José Alfonso Molina un deber de ética honrada y valiente, ser objetivos e imparciales cuando se trata de mojar la pluma para señalarle al pueblo la verdad.
EL poder del pensamiento ESCRITO es contundente y enorme; por eso, los tiranos le temen y los sistemas dictatoriales y opresores de la libertad y los derechos, lo primero que hacen es acallar el pensamiento escrito y la libertad de crítica, encarcelar o desterrar a los que dicen la verdad. Luego alientan la mentira, sufragan la distorsión, sutilizan el montaje del engaño, despistan con aparentes concesiones, hasta culminar con el triunfo de la desinformación de que tanto se habla hoy día.
Los pueblos centroamericanos, como todos los pueblos de la tierra, tienen derecho a que se les diga la verdad, a que se les trate con sinceridad y a que se dé la verdadera información de las causas remotas o inmediatas, pero de las verdaderas causas o de los VERDADEROS CAUSANTES de los problemas politicos, sociales, económicos e ideológicos que en estos momentos abruman el alma de los centroamericanos.
Detrás de los medios de comunicación debe haber hombres que sepan lo que dicen y por qué lo dicen, con un criterio seguro, no especulativo, ni mucho menos falsificado por segundas intenciones. En los medios de comunicación debe haber clarividencia de las cosas, objetividad de los hechos, ponderación de las consecuencias, pero sobre todo, valentía y carácter en el apego a la verdad, por encima del interés del lucro; porque con la verdad que se les debe a los pueblos, no se admite la venta ni la compra de la conciencia.
Existe una VERDAD que hace 60 años empezó a circular por los caminos de la historia de Centroamérica, como muchas verdades que son patrimonio de otros nueblos, en otras latitudes de la tierra y que son la causa remota, desconocida o a lo mejor oculta de tantos y tantos problemas que se han convertido en tragedia.
Repito, hace sesenta años decía Sandino las siguientes palabras Quiero hacer creer que en Nicaragua, todo se ha vuelto oprobio y que el honor ha desaparecido por completo de los hombres de mi tierra.
Un día manifesté a mis amigos que si en Nicaragua hubiera cien hombres que la amaran tanto como yo, nuestra nación restauraría su soberanía absoluta, puesta en peligro por el imperio yanqui. Tremenda verdad, habría que decir. Se me contestó que posiblemente habría cien hombres o más, pero que la dificultad estaba en que nos identificaramos.
Esta misma intervención ha sido causa de que los demás pueblos de Centroamérica México nos odiaran a nosotros los nicaragüenses, cosa que pude constatar en mis andanzas por esos países.
Me sentía herido cuando me decían: vendepatria, desvergonzado, traidor.
Pero un día, 15 de mayo de 1926, con una economía de tres mil dólares me vine a Managua.
Busqué a esos cien hombres, hijos legítimos de Nicaragua. Sin embargo, ya en el teatro de los acontecimientos, me enteré de que los dirigentes políticos, conservadores y liberales, eran una bola de canallas, cobardes y traidores, incapaces de poder dirigir a un pueblo valiente y patriota. Hemos abandonado a esos directores y entre nosotros mismos, obreros y campesinos, hemos improvisado a nuestros jefes. Sandino termina diciendo. Nicaragua será libre, solamente a balazos, a costa de nuestra propia sangre. Así era el pensamiento vivo de aquel hombre cuyo nombre, es hoy bandera discutida y tema de reflexión política de ámbito internacional. Asi pensaba y así sentia en su alma de patriota aquel hombre traicionado en todo el sentido de la palabra: porque Sandino, fue muerto a traición, y de 1979 a esta fecha, hay una revolución que ha pretendido alzarse con bandera de legalidad y de absoluta validez usando y abusando de su nombre, amalgamando en confusión odiosa y de mal gusto, comunismo con sandizmo, ideal de liberación con idealismo materialista y ateo, de un marxismo entreguista y rendido sin condiciones a los dictámenes del imperialismo ruso, del armamentismo cubano y de la violencia leninista.
La verdad es que Sandino lo que quería era la liberación de su patria del chantaje y de la manipulación gringa de su época, pero yo estoy seguro (y esta es la seguridad de muchos) que Sandino, lo que menos tenía era un espiritu entreguista y traidor.
El mismo lo expresa con motivo del incidente que tuvo con Moncada a quien calificó de traidor por su debilidad ante los invasores. No era posible que yo fuera indiferente a la actitud asumida por un traidor. No quise que mis soldados me viesen llorar y busqué la soledad. Alli solo, reflexioné y senti que una voz extraña me decía. vendepatria. Rompi las cadenas de la reflexión y me decidí a luchar, comprendiendo que YO ERA EL LLAMADO PARA PROTESTAR POR LA TRAICION LA PATRIA a los ideales nicaragüenses, pues no había razón para que los Estados Unidos interviniesen en los asuntos de familia.
Esta es la historia de la verdad: la verdad del amor a la libertad, a la autodeterminación racional, inteligente y soberana, pero no a la determinación con planes de entreguismo, opresión y manipulación ideológica, al antojo de un racimo de unos comandantes sin ninguna personalidad política ni estatura moral, y con sólo la omnipotencia de las armas para hacer de Nicaragua un feudo de otra superpotencia violenta y descarada, con espíritu expansionista de subversión y trágica violencia, como quien dice, para sacarse el clavo del anterior yankismo o del odioso capitalismo liberal.
Total, que el bien intencionado Sandino, el Sandino patriota con su lógico sentido libertario y su ideal de soberanía nacional, el Sandino pundonoroso y respetuoso de la fe del pueblo, ahora se ha visto despojado de su egregio sombrero y de su bandera de fatiga militar, por un grupo de comandantes, dictadores de órdenes y de atropellos que causan terror y motivan el destierro, la búsqueda de refugio en otras tierras, en tanto que dan carta de ciudadanía sin escrúpulos a gentes de países enteramente sospechosos.
Esto, para que más les arda a los auténticos nicaragüenses que se oponen en buena lógica a lo que no es más que un remedo de revolución, sostenida a base de capricho, amenaza y disparate, pero sobre todo, a mansalva de criterios ingenuos, de miopías politiqueras, de periodistas sin escrúpulos, de diplomáticos comediantes, de premios nobeles sin personalidad ni carácter y de tontos útiles, víctimas del experimento.
La Grecia de Pericles ALCMEON, erpulsado por los dorios de la Mesenia, en el año 100 antes de Jesucristo, se refugió en Atenas y dió origen a una noble y poderosa familia ateniense cuyos miembros ejercieron durante mucho tiempo los cargos más importantes de esa capital griega, en donde un de ellos, incluso, fue el último arconte perpetuo. No obstante, quien en verdad hizo pasar la familia de los Alcmeónidas a la historia fue el guerrero, político y estadista, orador ilustre sobre todas las cosas, llamado Pericles, nacido en el año 499 a. y fallecido en el 429, educado desde que nació en un ambiente de magnificencia y grandeza.
La Enciclopedia Universal Ilustrada (Espasa Calpe, dice de Pericles: Zenón, Anaxagoras y Pitágoras fueron sus maestros, de los cuales aprendió la alteza de miras y la claridad de raciocinio que, unidas a su elocuencia natural y a la distinción de sus maneras, hiciéronle pronto el idolo del pueblo. Sin embargo, a causa de esto mismo, y de su origen aristocrático, hubo de vencer cierta resistencia del populacho que le miraba Por: Alfredo Vincenzi con recelo. la muerte de Arísti níficas entradas del Acrópolis, ledes fue cuando comenzó a interve vantadas al costado oeste y conocinir activamente en la política, po das como los Propileos. Tampoco niéndose al frente del partido faltaron obras de utilidad práctipopular contra el conservador u ca.
oligarquico, que dirigia su antiguo al hablar de la Grecia de Perigeneral Cimón.
cles, José Millán la describe así: Petrie escribió acerca de este Después de las guerras médicas, estadista griego: Durante los años Atenas surgió con más esplendor de paz (445 431. Pericles fue el que nunca, bajo la dirección de Pejefe indiscutible del Estado ate ricles, ocupando el primer puesto niense. Hijo de Xantipo el acusa entre las ciudades de Grecia.
dor de Milciades y de una sobrina La ciudad, embellecida por de Clístenes el legislador, estaba gran número de obras de arte, moemparentado con los ilustres Alc numentos y templos, construídos meónidas. Era filósofo por educadurante los treinta años en que la ción; era maestro en la persuasión gobernó como jefe del partido pooratoria; era, en política, imperia pular, fue centro de reunión de filista decidido, y su empeño era lósofos, historiadores, escultores, convertir a Atenas no sólo en un poetas, pintores, arquitectos, oracentro de gran riqueza material, dores, etc. Esta época de progreso sino en el emporio intelectual y ar se llamó el siglo de Pericles. Siglo tístico de la Hélade. antes de Atenas se pobló añade PetriePlutarco, padre de los biógrade espléndidos edificios que le die fos, no podía dejar por fuera de sus ron una dignidad imperial. Entre célebres Vidas paralelas al geellos es típico el incomparable tem nial Pericles. es así como le dediplo dorio, después llamado Parte ca uno de sus trabajos biográficos nón, dedicado, sobre la roca del comparados para hacer luego la Acrópolis, a la diosa patrona de la Comparación de Pericles y Fabio ciudad, Atenea y que ostentaba la Máximo. Muchos datos preciosos gran estatua crisoelefantina (oro y nos proporciona arerca de la vida marfil) de la diosa, hecha por Fi de ese gran estadista del Atica. Me dias, el nombre más ilustre de la interesa trasladar al lector alguescultura griega. También las mag nos sobre los momentos de la enfermedad y la muerte de Pericles: este tiempo, en 429, la peste acometió a Pericles, no con gran rigor y violencia como a los demás, sino produciendo una enfermedad lenta, que con varias alternativas, poco a poco consumía su cuerpo y debilitaba la entereza de su espíritu. Por lo que hace a Pericles, los sucesores mismos hicieron muy luego conocer a los atenienses su falta y echarle menos, pues aún los y que mientras vivía llevaban mal su poder por parecerles que los oscurecia, luego que falto y erperimentaron a otros oradores de gos, confisuban a una que si el fasto podia darse genio más duler.
ni en la afabilidad más majestuo so y se echodterer que aquella anul toridad, un poco incomodu, a la que antes dabas los nombres de monarquía y tiranin, había venido a ser la salvaguardia del gobierno: tanta fue la corrupciowy perrersidad que se advirtió después en los negocios. La muerte de Pericles según la enciclopedia citada fue un rudo golpe para Atenas que cayó en manos de demagogos intemperantes que en poco tiempo llevaron el país a la ruina. Con parecidas admoniciones finalizan su examen de la gestión de tan grande estadista la mayor parte de los historiadores, cuando relatan los hechos del ilustre alcmeónida autor de la época de oro de la antigua Hélade.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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