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LA REPUBLICA OPINION 11A Viernes 21 de mayo, 1999 Foro CON EL LECTOR Educación para prevenir desastres Nuestros periodistas opinan El Haití de Costa Rica gel го di.
osa bo ande rés Пue ra гер ре геу en La educación sobre riesgos y desastres, como resultado de las experiencias que vive la persona y el grupo es una, aunque esas experiencias surjan de distintas fuentes educativas como los sistemas de educación de los países, programas de capacitación dirigidos a grupos organizados de la comunidad, los medios de comunicación y el diario convivir de las personas.
Específicamente en la educación formal sobre desastres la que se desarrolla en escuelas, colegios y universidades, no es hasta el final de la década del 80 y principios de la del 90, cuando se crean programas para escuelas y colegios, generalmente orientados a la preparación del personal y los estudiantes para que respondieran, adecuadamente, en caso que debieran enfrentar una emergencia o un desastre en su plantel educativo.
En la actualidad, las proyecciones y la fuerza de estos programas han ido creciendo, alcanzándose interesantes resultados; por ejemplo, en la formación de los estudiantes en áreas como la prevención y la mitigación de riesgos, a partir de su propia realidad.
Además, se ha evolucionado hacia metas más llenas de contenidos formativos, dirigidos al logro de cambios profundos en las percepciones, las actitudes y en la misma personalidad de los alumnos, respecto a su participación en la gestión de riesgo y a su pre paración ante la posibilidad de tener que enfrentar, en cualquier momento, una emergencia.
Se preparan proyectos para la formación y la capacitación de los docentes, se incluye el tema en los programas regulares de escuelas y colegios. La educación sobre riesgos y desastres va llegando, poco a poco, a más centros educativos. Las autoridades de educación y las de organismos vinculados con las emergencias en los países, van cediendo algunos espacios para la actividad educativa, formadora de una nueva cultura sobre riesgos y desastres en la que la educación formal y quienes la rigen tienen un gran reto y un alto gra.
do de responsabilidad.
Con satisfacción se deben mirar los avances obtenidos hasta el momento pero, a la vez, con sinceridad y objetividad ha de reconocerse que la educación sobre riesgos y desastres en América Latina no ha alcanzado el desarrollo que realmente necesita, ni se le ha dado aún, por parte de los sectores vinculados con este desarrollo, el lugar que merece.
En vísperas de un nuevo milenio, en el que se darán, sin duda, impresionantes descubrimientos y grandes avances tecnológicos para la humanidad, pero también, en el que se podrían gestar enormes riesgos, la sociedad latinoamericana, sus líderes y sus comunidades deben decidirse por ofrecer a las nuevas generaciones la educación que necesitan para crear y construir, en función de una mejor calidad de vida, sostenida, como uno de sus principales pilares, en su propia seguridad ante los riesgos y los desastres.
ces, duLos ra hor Un informe reciente, divulgado en todo el mundo por Economist Intelligence Unit. parte del grupo The Economist. cataloga a Costa Rica como la nación más sana de toda América Latina.
El estudio concluye que nuestro país presenta la menor tasa de muertes en re cién nacidos y la mayor esperanza de vida para su población.
Más allá de regocijarnos por estos re sultados, que sin duda son producto de imMARCELA CANTERO portantes avances del sector salud, el he cho de compararnos con nuestros vecinos no debe borrar la otra cara de la moneda.
Para nadie es nuevo que en nuestro territorio cohabitan dos Costa Ricas: la primera, fuertemente aplaudida por el grupo The Economist. la segunda podría haber ocupado muy bien el lugar de Haití, nación que obtuvo el último peldaño en la lista de naciones latinoamericanas saludables.
Estamos hablando de las zonas más remotas del país, aquellas áreas donde los esfuerzos aún no alcanzan para que simples diarreas, gripes otros tipos de epidemias maten en pocos días a los recién nacidos.
En las localidades indígenas (como el caso de Talamanca) y en los poblados fronterizos del Norte, la tasa de mortalidad infantil es hasta tres veces superior al promedio na cional.
En estos lugares, por cada mil nacimientos fallecen más de 20 menores, mientras en otras áreas urbanas, como el Valle Central, esta cifra no supera los 12 decesos.
El dificil acceso a los servicios de salud es la principal barrera que enfrentan estos pobladores, aún faltan estrate gias, pero sobre todo recursos para estas zonas.
Mientras estas diferencias no logren acortarse, los reconocimientos extranjeros deben servir solamente para re cordar al Haiti de Costa Rica, que aún dista mucho de alcanzar el título de la nación más saludable.
OS do te 10 le de a nor LIC. MANUEL RAMIREZ CONSULTOR EDUCACION SOBRE DESASTRES Potencial sísmico de la Península de Nicoya S e Cartas La doctora Lorena Carboni Los estudios realizados por el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica, de la Universidad Nacional (OVSICORI UNA) han permitido determinar la existencia de un alto potencial sísmico para la Península de Nicoya, con capacidad para generar un sismo de magnitud cercana a los grados.
Dado el compromiso social de la Universidad Nacional y en particular del OVSICORI UNA, esta información se dio a conocer desde el momento en que se tuvo certeza de dicho potencial. La forma más eficiente de hacer llegar esta información al mayor número de ciudadanos es, sin duda, a través de los medios de comunicación colectiva, lo cual involucra la participación de un intermediario, el periodista, quien aporta y construye el reportaje con base en su formación profesional En la gran mayoría de los casos no se desvirtúa la información, pero en otros no se incluye toda la información que aportamos con el fin de generar una reacción de prevención y no una alarma.
Los estudios realizados por el OVSICORI UNA permiten estimar el lugar (por debajo de la Península de Nicoya) y la magnitud (cercana a grados) del próximo sismo en esa región, pero no la fecha de su ocurrencia. Por esto nuestro planteamiento no es una predicción sino solo una evaluación del potencial sísmico de esa zona. Cabe aquí también la aclaración de que cuando hablamos del sismo de Nicoya nos referimos a toda la península y no a la ciudad de Nicoya.
El hecho de que conozcamos sobre el potencial de ese evento, no significa que el próximo sismo que producirá daños en Costa Rica sea el de Nicoya. Bien podría ocurrir otro, antes que el de Nicoya, en cualquier otra parte de país en la que las fallas y la magnitud de sus desplazamientos no son tan bien conocidas como en el caso de la zona de choque de placas en la parte norte de nuestro país.
Por esto, y conociendo la historia sísmica de Costa Rica, preparar a la población en caso de terremotos es algo que se debe fomentar en todo el país y no solo en Nicoya. Además dicha preparación es responsabi.
lidad inmediata de las personas, familias y empresas.
La Comisión Nacional de Emergencia y sus comités regionales pueden dar asesoría para esto, pero la iniciativa debe surgir de las comunidades.
Los resultados de nuestras investigaciones en la Península de Nicoya no solo han sido discutidos en paneles científicos nacionales sino también en grandes reuniones científicas internacionales en San Francisco, California, en Santiago de Chile, en Kona, Hawai y en Potsdam, Alemania. En la reunión de Hawai, fue escogida la región de choque de placas frente a la Pe nínsula de Nicoya como una de dos regiones donde se concentrarán los estudios sobre procesos generadores de terremotos en el mundo.
Como resultado de esa escogencia cuatro universidades de Estados Unidos, una de Alemania y el OVSICORI UNA presentaron una propuesta para instalar más instrumentos en la península y en el fondo del océano frente a ésta.
No podemos aún predecir sismos, pero tenemos la responsabilidad moral e histórica de instrumentar al máximo la Península de Nicoya para recolectar información que contribuya al desarrollo de la predicción sísmica en el mundo.
El de marzo de 1999, se apagó una luz que alumbró la microbiología de Costa Rica. Ocupó por muchos años la jefatura de la Unidad de Inmunohematologia y Banco de Sangre del Hospital México. Luchó con gran esfuerzo y dedicación por el avance de su profesión, hizo de su trabajo, su desvelo, su razón de vivir, y se entregó a éste con gran mistica de servicio.
Con su fuerte personalidad defendió sus ideales con energía y convicción, pero siempre manteniendo el debido respeto, buscando lo mejor para el servicio y para el usuario. Entregó a la seguridad social sus mejores años, lo mejor de su vida, tuve la dicha de conocerla desde que comenzó como estudiante en el antiguo Hospital Central, hoy Hospital Calderón Guardia.
Además de su labor asistencial, ejerció la docencia, haciendo de ella un apostolado. La desempeñó con gran abnegación, pues, a pesar de las largas jornadas, ya tarde, se veía en su servicio con estudiantes de pre y posgrado, transmitiéndoles, su conocimiento y rica experiencia profesional.
Se caracterizá por ser una formadora de profesionales capaces y responsables, que a no dudarlo, sabrán continuar su gran labor, porque ella dejó sembrada la semilla en terreno fértil, que germinará para producir los frutos por los que la doctora Carboni tanto luchó y trabajó.
El destino quiso que su paso por este mundo fuese relativamente corto, quizá de ahí surgía la intensidad con que ejerció su profesión, no conoció el descanso, fue infatigable inclusive en sus últimas horas.
Sus compañeros siempre la recordaremos con mucho afecto y elevamos una oración en su recuerdo. Que Dios la tenga donde moran los maestros, impartiendo sus conocimientos en planos superiores.
Mors ultima ratio: La muerte es la última razón.
DR. JOAQUIN SOLANO NUESTO LABORATORIO CLINICO HOSPITAL MEXICO DR. JORGE MARINO PROTTI.
DIRECTOR OVSICORI UNA nuestros colaboradores Comunicamos a los colaboradores de las sec.
ciones de Foro, Opinión y Cartas que únicamente publicaremos los artículos que se nos envien con carácter de exclusividad.
Cualquier aporte que nos dirijan debe venir mecanografiado y no sobrepasar las dos cuarti llas tamaño carta, o su equivalente de tres mil caracteres.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
Este documento no posee notas.