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PAGINA DE OPINION Jueves 20 de abril de 1995 LA REPUBLICA 17A ¿Quién piensa en la vejez? CHISPORROTEOS de reaís lan Decia ayer Julio Rodríguez, para cerrar un sagaz comentario sobre realidades de nuestro vivir democrático, que la democracia es agua cristalina que discurre y no pantano que aprisiona y mata.
Eecdel. el Otezia ueeesnes de Оy forEsta democracia costarricense tiene todos los ingre.
dientes (un pueblo instruido y políticamente activo, el primero) para ser agua cristalina. Sin embargo, nos hemos empeñado, encabezados por ALBERTO los nunca bien ponderados CANAS constituyentes nostálgicos de 1949, en convertirla en un pantano. El problema que llaman de ingobernabilidad viene de allí.
ees rán pos traEl temor a la vejez es un sentimiento implicito en cada ser humano, pareciera que es inevitable y además se parece un poco al temor a la muerte, y aunque la vejez no es inexorable, el solo pensamiento de que algún día se podrá llegar a la ancianidad, basta para que se sienta la congoja y el resquemor. En la vida todos los seres humanos vamos absorbiendo una gran cantidad de experiencias e informaciones que, poco a poco, sin darnos cuenta, se introducen en nuestra conciencia, primero, y más tarde en nuestra subconciencia para ir formando el acervo que da sustenSergio Miranda La República to a nuestra personalidad. Así entonces, en los primeros años de nuestra vida, esas experiencias, gratas o ingratas, se van acomodando en nuestra interioridad y servirán para ir marcando las siguientes etapas de nuestra existencia. La vida del niño. pensando solamente en el niño con una formación adecuada y justa para su nivel, matizada por los juegos y disciplinada por los estudios, estará ajena a los sentimientos de transitoriedad de esta vida y simplemente verá el futuro en su aspecto más mediato. En consecuencia, estará ajeno a los temores de que será lo que le espera al final del camino: ese no es su problema, no está, de momento, en el archivo que ha de buscar para realizarse. Esto es lo grandio so de la Creación, porque el hombre no debe ser objeto de la mortificación existencial desde sus primeros años y por ello hemos de comprender lo grave y delicado que es no dar al niño la oportunidad de ser feliz, a pesar de la pobreza, a pe sar del ambiente que le rodea. En la medida en que este niño no encuentre la felicidad en esos inmediatos años desde su nacimiento, en esa misma medida, la sociedad le estará marcando en forma anticipada su oscuro futuro, aunque aquel no tenga conciencia clara de lo que le ocurrirá. Qué pasa con el joven? Es la otra etapa del ser humano.
No me atrevería a afirmar si es la segunda o la tercera etapa en su desarrollo, pero sí, que es tan importante como la anterior, más delicada si se quiere. Tendríamos que escindir un tanto las etapas, tales como la pubertad, la preadoles.
cencia, la adolescencia, etc, pero no es posible en tan corto espacio. Lo que me interesa resaltar para los efectos del tema de este artículo, que por ratos pareciera perderse por la imposibilidad de dejar de tocar las aristas que lo rodean, es que el joven, y con mayor razón, tampoco tiene conciencia clara de lo precario y transitorio de nuestra vida. Todo lo contrario, y aquí repito la expresión, grandiosa la existencia, el joven y la joven, como se estila decir hoy, no están interesados en pensar como será la vejez de cada uno de ellos.
Al fin y al cabo, esto será para mucho más luego. En cuanto al adulto, quien debiera comenzar por preocuparse por el tema, lo soslaya, no porque no necesita pensar en ello, sino porque son otros los temas que le interesan: la formación de un hogar, la compra de una casa, de un carro, tener dinero en el banco, etc. Siento que está en su derecho para ello.
Yo mismo, y todos los que forman mi generación estarán de acuerdo con ello. Entonces, será para nosotros, los que hemos pasado la línea de los cincuenta años, los que estamos en la obligación de pensar en la ancianidad, cada vez más próxima. Es cierto, estamos en la madurez, en la etapa de la plenitud, en esa en que ya empiezan a aflorar los sentimientos de paz y realización, en la que somos vistos con respeto por los demás, si es que hemos hecho algo por ga.
narnos tales actitudes. se profundiza más en estos sentimientos de gratitud ante la vida, cuando, como en mi caso, somos abuelos. Entonces queda reservado este pensamiento sobre la ancianidad. Estaremos preparados para ello? La población vieja para principios del siglo entrante, que está a las puertas, será de muy alta proporción y no se ve, con intenciones claras, ningún proyecto tendiente a dar asistencia específica al anciano en nuestro país.
Los regímenes de pensiones con cargo al presupuesto nacional están prácticamente quebrados y no solamente ello, sino que los actuales son injustos y radicalmente desproporcionados.
Estamos en presencia de un serio problema para los comienzos del siglo entrante y muy pocos parecieran preocuparse por esta situación. Es cierto, que en la actualidad comienzan a asomarse algunos programas privados de pensión, pero, por las características que los rodean, son de carácter restringido y por ende no alcanzan al grueso de la población. En cuanto a los regímenes públicos, el del Poder Judicial, con una magnífica administración, bien estructurado desde el punto de vista legal y financiero, ofrece seguridad a los exservidores de ese Poder de la República. La dificultad está en los demás, que se han expuesto públicamente, están al borde del colapso. Las personas que entregaron sus vidas en el campo laboral, que hoy, y luego, necesitan, no de regalías, puesto que contribuyeron para ello, sino de la retribución de sus esfuerzos al final de la jornada, deben tener la confianza y la satisfacción de que su futuro está garantizado, de que no serán carga ni para el país ni para sus familiares, deben tener la seguridad de que por lo que resta de sus vidas, tendrán el pan de cada dia, con dignidad, como seres humanos que una vez dieron sus servicios a la comunidad.
LIC. LUIS FERNANDO MOYA MATA Pensemos, por ejemplo, en la cantidad de cosas que una mayoría no puede hacer, porque la minoría está facultada para impedirlo. La Constitución desprecia a las simples mayorias, porque los constituyentes se recrearon en exigir mayorías calificadas para todo lo importante. La tónica de la Asamblea Constituyente fue la desconfianza hacia las mayorías.
GoAsí, de nada le sirve a un partido ganar unas elecciones, ni a un gobierno llegar al poder con una cómoda mayoría de sufragios. Si no ha tenido una mayoría tan apabullante como la de Otilio Ulate en 1949 y José Figueres en 1953, que lograron elegir dos tercios de la Asamblea Legislativa, tendrá que pedirle permiso a la oposición para gobernar, porque casi todas las leyes importantes exigen una votación de dos tercios de los diputados.
iteporhahos, ien blead en mnisNo vas asietorareciente cunberque ner terDe paso, reglamentos legislativos mal concebidos, han caído en la estupidez de exigir esas votaciones especiales de dos tercios para asuntos internos y para el aligeramiento de los trámites. Por no hablar de la estúpida interpretación de los reglamentos que se ha perpetuado, de pretender que se necesita la presencia en el recinto de 38 diputados, para que un diputado pueda hablar.
No parece probable que se repita un resultado electoral como los de 1949 y 1953. Desde 1958, los partidos gobernantes han tenido mayorías cómodas (32. dificiles (29) o han carecido de ellas (23 como en la actualidad, pero um voto más siempre es posible conseguirlo entre diputados no aferrados a la tarea de oponerse. El problema surge porque, aún cuando el gobierno tenga los votos suficientes para que le aprueben sus proyectos, debe esperar de acuerdo con los reglamentos a que hagan una cola de meses o de años en el orden del día, crden del día que no puede alterarse, aqui está el quid, si no hay 38 votos. Lo cual le da a las oposiciones aferradas, el control de la agencia legislativa, y a las fracciones de gobierno la necesidad de negociar votos continuamente, a cambio hasta de placas de taxi.
Cultura nacional en peligro La creación de las Comisiones Plenas con capacidad para legislar, ha sido ur triunfo de la democracia que discurre como agua cristalina. Pero resulta que no se les puede enviar a las comisiones plenas un proyecto, si la decisión de enviarlo no cuenta con los sagrados dos tercios de votos, los rituales 38 diputados. Nuevamente la minoría controlando la agenda legislativa.
El 11 de abril, una periodista de un canal de televisión, in Alberto Cañas ha avizorado para nosotros un futuro de coloterrogó a un grupo de jóvenes colegiales que participaban en nia. Si, hoy la cultura nacional costarricense está más en pelas celebraciones de ese día en Alajuela, acerca del significa ligro que nunca, a causa de la globalización. Por qué?
do de esa fecha. Para sorpresa. de la pe Porque la globalización significa que a escala mundial la riodista, los jóvenes no pudieron contestar economía es un fin en sí mismo y pone bajo su dominio todos correctamente. En la noche, cuando se clau los campos de la vida. Si, gracias a los medios de comunicasuraba el Festival de las Artes en esa pro ción colectiva, el mercado global ha logrado crear un estilo de vincia, la misma periodista solicitó al pre vida único, de un extremo a otro del planeta. Sí, en el contexsidente José María Figueres su opinión res to de la globalización, la dominación cultural significa la dopecto de la ignorancia de los jóvenes en mesticación total del ciudadano, al punto de que a este se le cuestión. El primer mandatario respondió convierte en un simple consumidor de las mismas informaque lamentablemente eso era un reflejo de ciones, la misma publicidad, las mismas películas, las mismas la pérdida de identidad, de la pérdida de canciones, la misma vestimenta, la misma alimentación. En JUAN RAFAEL valores de los costarricenses.
suma, enlatados de todo tipo producidos en los países ricos y QUESADA Efectivamente, lo señalado por el Presi que profundizan cada vez más la pérdida de identidad cultudente es una triste realidad, de la cual toman ral, a la que se refirió el presidente Figueres el 11 de abril. Cosconciencia cada vez más personas en nuestro país. Eso ocu tarricenses, ja las armas! Sí, a las armas que defiendan la dig.
rre, incluso, entre algunos que se plegaron a las celebracio nidad nacional, a las armas que defiendan las tradiciones que nes colonialistas del centenario del holocausto de América. nos han identificado como comunidad nacional.
En realidad, la pérdida de identidad cultural de los costarri Si preocupación del primer mandatario se plasmara en censes no es nada nuevo. Ya desde finales de la década de 1960, acciones concretas, si se pusiera realmente al pueblo en mardon Isaac Felipe Azofeifa denunciaba la enajenación cultural cha, iqué tarea más ardua pero estimulante tendrían las auque evidenciaba la proliferación de la fiesta de Halloween en toridades del Ministerio de Educación y del Ministerio de Cul.
nuestro país. Todo ello, agregamos nosotros, con la complici tura! propósito. no sería mucho más nacional, mucho más dad de las clases altas del país y de la pasividad criminal de patriótico, consagrar un año y muchos más, no a glorificar el y las autoridades educativas costarricenses. Pocos años des monumento a la oligarquía esto, es el Teatro Nacional, sino pués, el doctor Daniel Camacho, en el libro Dominación cul a defender la ya debilitada y cada vez más amenazada identiy tural en el subdesarrollo. puso al desnudo los mecanismos dad cultural costarricense?
que facilitaban la dominación cultural que las metrópolis capitalistas ejercían sobre los países pobres, periféricos, subdeAclaración sarrollados. pesar de las luchas desplegadas por verdaderos patrio El autor del artículo La Cúpula, publicado en la editas como don Isaac y el doctor Camacho, hoy la pérdida de va ción del 19 de abril, en esta misma página, lo es el Dr.
lores culturales tradicionales ha llegado a tal nivel, que don Jorge Enrique Romero Pérez, Seguiré mañana, pero antes quiero contestarle al periodista Reinaldo Lewis el pequeño chafirrazo que me lanzó en Extra el miércoles. Es cierto que manifesté no haber visto a la diputada Elsie Corrales quedarse sentada a la hora de una votación. sobre esa base, Lewis recuerda que hace poco me quejé de que, habiendo yo votado negativamente algún asunto, la prensa me puso a aprobarlos, cuando lo que ocurrió, dice Lewis, fue que la prensa no me vio quedarme sentado. Le contesto que después de votar negativamente, pedi la palabra y razoné mi voto. Pero en la barra de prensa no estaban poniendo atención a lo que se hablaha.
Si no me vieron, debieron oírme. Desde la presi dencia hay dos curules: la de la señora Corrales y la del diputado Obando, que son puntos ciegos. Des de la barra de prensa, supongo amigo Lewis, hay puntos sordos.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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