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PAGINA DE OPINION Miércoles 17 de mayo de 1995. LA REPUBLICA 15A CHISPORROTEOS ¿Existe la ciudadanía planetaria en la globalización?
El problema de la libertad de expresión, de la libertad de prensa, de la libertad de comunicación, ha variado mucho desde la formulación que del asunto hicieron los enciclopedistas y filósofos políticos del siglo XVIII.
La concepción dieciochesca podría resumirse, gráficamente, en la figura venerable de Benjamin Franklin imprimiendo su propio periódico en la bodega o el sótano de su casa. Nadie debía interferir con él ni con sus ideas, ni con su derecho inmanente a formularlas y divulgarlas.
ALBERTO CANAS Cada vez, de manera más insistente, se habla de glo Es incuestionable que la globalización es una realibalización. Para algunos, esa nueva dimensión de la eco dad y un reto. Por tanto no se trata de clamar por pronomía mundial es la panacea de todos los males de las teccionismos ni aislacionismos insensatos. De lo que se sociedades actuales. Así vemos que en trata para nosotros, habitantes de un país subdesarroel acuerdo suscrito el viernes 28 de abril llado, es de saber defender la vigencia del estado nación.
entre el presidente José María Figueres Porque en efecto, los hombres y mujeres de carne y huey el expresidente Rafael Angel Calderón so, las localidades ¿a quiénes demandan justicia salarial, Fournier, se afirma que el país debe derechos laborales, seguridad social, educación, vías de presentarse a la aventura de la compe comunicación, pensiones, sino a los gobernantes naciotencia y de la globalización con nues nales. La ciudadanía planetaria no es entonces más que tras mejores virtudes.
un sueño de opio desmovilizador, que quiere domesticar La globalización tiene diversas im aún más a los excluidos de los beneficios de la globalizaplicaciones, no obstante, por razones de ción. Por eso coincidimos plenamente con Samir Amin, JUAN espacio quisiéramos externar cuando expresa: Contrariamente al disR. QUESADA al menos algunas ideas en torcurso ideológico dominante, sostengo que no a la etapa de globalizauna globalización a través del mercado ción o etapa neoliberal del capitalismo.
constituye una utopía reaccionaria (RevisEs cierto que estamos inmersos en una ta Nueva Sociedad, no. 132, 1994. Frente a época en donde existe una serie de probleesta utopía deberíamos proponer, como mas planetarios que determinan la exislo hace Samin Amin, un proyecto alternatencia de un gobierno mundial. daños al tivo, es decir, una alternativa humanista medio ambiente, recalentamiento del plaque tenga como valor supremo la persona neta, terrorismo, narcotráfico, etc. Es humana. Pero no un humanismo que se recierto, también, que los medios de cofiera a seres abstractos, sino a seres de carmunicación colectiva, usados no solo ne y hueso, ya sean costarricenses, nicaraunilateralmente, posibilitan un cogüenses, cubanos, rusos, kurdos, chechenocimiento de lo que ocurre en todo nos.
el orbe, informan acerca de la exSí, insistimos una vez más, la globalizatraordinaria riqueza de la diversidad ción por el mercado es brutalmente pobre, de culturas. Sin embargo, lo que es economicista, y en el fondo chovinista. En contundente es que en la vida real los consecuencia, si algún sentido tiene hablar países ricos comparten con los países pode mundialización, debe ser aquel orden de bres únicamente los problemas planetaSergio Miranda La República cosas donde el universalismo sea la suma rios, pero los fabulosos beneficios obtenidos se distribu de las particularidades nacionales y étnicas, donde reiyen de una manera muy localizada, muy nacional, pa ne la diversidad cultural sobre la estandarización, y en ra usar una caduca palabra.
donde por encima de la capacidad de consumo se impon¿Significa lo anterior que la penuria es planetaria y ga la responsabilidad y plenitud ciudadanas. Esa es la la abundancia no lo es? En ese contexto. qué sentido única utopía realista que podemos soñar.
tiene hablar de ciudadanía planetaria. seductora expre. Reaccionaremos a tiempo frente a los nuevos sueños sión que encandila a muchos en nuestro país.
de opio?
En un artículo que escribí hace algunos años para un libro sobre el tema, recordé que los hombres afortunados a quienes nos tocó aprobar en 1948 la Declaración Universal de los Derechos Humanos, no supimos, en ese momento, que lo que habíamos consignado sobre la libertad de expresión, estaba divorciándose de la realidad a pasos agigantados. La figura de Benjamin Franklin, en nuestro país las de Pío Viquez, Rogelio Fernández Güell, Otilio Ulate, José María Pinaud, soste do sus propios periódicos e ilustrando a la comunidad con su pensamiento, la de Rafael Sotela luchando desde su micrófono contra un gobierno prepotente que le mando a destruir las instalaciones, iba siendo brutalmente sustituida por la de las grandes sociedades anónimas (ejemplo: la brutalmente enorme Time Warner en los Estados Unidos. de suerte que el titular de la libertad de expresión en nuestros días, ya no es el ciudadano sino la gran empresa, la corporation, inc de los norteamericanos.
Hacia el siglo XXI La gran empresa es hoy la titular del Derecho. El ciudadano, es cierto, sigue teóricamente protegido; las autoridades no le van a decomisar lo que imprima, ni a impedirle que lo haga. Pero el derecho y la libertad de ese ciudadano han pasado a la categoría de lo ilusorio. Si yo escribo lo que pienso, y no soy dueño de imprenta, llevo, naturalmente, lo que he escrito a un periódico, donde ruego que me lo publiquen. Que aparezca publicado, depende, no de un inquisidor o un censor como antaño, sino de un caballero muy amable que tiene todos los días, según dice, problemas de espacio. De las tantas páginas que hace imprimir diariamente, un alto porcentaje está destinado a los anunciantes. Lo que resta, deben compartirlo, en orden descendiente, el futbol (que vende. el gobierno, los cantantes narcófilos (cuyos empresarios pagan. los crímenes y sucesos, y, finalmente, al puro pie de la lista, los ciudadanos que aspiran a dar a conocer su pensamiento. siempre expuestos a que se los mutilen en aras de los problemas de espacio. Solemos dividir la historia en periodos que nos per las cosas no son ni serán más las mismas en nuestro ammiten ubicarnos en el incesante devenir de los procesos biente político. No sé qué efectos tendrá a corto plazo y, que constituyen el quehacer del hombre en el tiempo. sin duda, ya los está teniendo, pero lo cierto es que, graBien sabemos que la historia, más que de hechos aisla cias a esa admirable visión de estadistas mostrada por dos, se compone de grandes procesos a largo plazo que Figueres y Calderón, ya Costa Rica entró en una nueva dan sentido, a manera de contexto, a los hechos parti época histórica. Ya estamos en el siglo XXI! La época culares. Sin embargo, estos no son todos de la misma de la confrontación ideológica, la época de los grandes magnitud ni significado histórico. Los hechos mismos y ensangrentados antagonismos, que caracterizaron, sotienen diverso significado o trascendencia histórica. Al bre todo, a la década del 40 de este siglo que termina, se gunos, incluso, solo son percibidos en su verdadero va acabó. Hoy en Ochomogo, como al final de la Guerra Cilor, por las generaciones posteriores ya que los contem vil de 1948 cuyos 50 años pronto celebraremos, se ha seporáneos mismos y hasta sus protagonistas, no se per llado un nuevo pacto político o contrato social. como catan de su enorme trascendencia. Otros hechos, por el diría Rousseau, que pone las bases políticas de la contrario, son catalogados como importantes por sus Costa Rica del siglo XXI. Una Costa Rica cuyo reto lo contemporáneos o protagonistas, sin que puedan luego constituyen los fenómenos de globalización económica, resistir la criba de los años y terminan por no ser más que ya también lo es en los otros ámbitos, como el políque uno de tantos detalles que pueblan y adornan la cró tico, el cultural y el científico técnico.
nica histórica.
Nuestro deber patriótico nos obliga a preguntarnos Pero, sin duda, los hechos de mayor relevancia en la que queremos ser en este nuevo mundo que se forja anhistoria son aquellos que marcan una época, que se te nuestros atónitos ojos y con rapidez vertiginosa. Yo constituyen por sí mismos como el inicio de una nueva diría que el mayor enemigo que hoy tiene Costa Rica es etapa, o el fin de un periodo histórico que ya perdió su nuestra mentalidad aldeana. Como en los primeros días vigencia y debe ceder el paso a otro periodo, bajo el in de nuestra república, como en los tiempos heroicos de contenible impulso de procesos que vienen dándose en don Braulio Carrillo, debemos superar la mentalidad el ámbito mundial y cuya repercusión local se hace sen municipal y tomarnos en serio como nación. Solo así estir en hechos concretos que, insisto, se convierten así taremos en capacidad de asumir los retos que Costa Rien mojones de una nueva delimitación o frontera histó ca debe asumir como nación en los dinteles del siglo XXI.
rica. La reciente firma de un documento, especie de Conversando con distinguidos miembros del cuerpo di proclama a manera de las que se acostumbraban en plomático acreditados ante nuestro gobierno, me decían el siglo pasado, dado a conocer recientemente por el pre que el gesto de nuestros personajes políticos, no solo es sidente Figueres y el expresidente Calderón Fournier, un signo de madurez política que, una vez más, enaltees un hecho de esos que marcan época. Es un documen ce a Costa Rica en el contexto internacional, sino que to para la historia, no solo porque termina un siglo, el constituye un ejemplo paradigmático para otras nacioXX, sellado por la imponente presencia de los dos gran nes. En lo que a nosotros concierne, el reto que debedes caudillos, padres de los firmantes, que han marca mos asumir es el de estar a la altura de nuestros tiemdo la Costa Rica contemporánea, sino porque señala sen pos, el ser contemporáneos de nosotros mismos. coderos hacia el porvenir.
mo diría el filósofo Hegel. Porque lo que acaban de haEl documento de marras constituye el primer acto cer los hijos del 48 es un gesto que marca el inicio de político costarricense de gran relevancia, que dirige su una nueva época.
mirada lúcida hacia el siglo XXI. partir de ese hecho ARNOLDO MORA RODRIGUEZ Valdría la pena dilucidar si esa mutilación (según la intención con que se haga) constituye o no censura previa. Pero esto no preocupa a demasiada gente, dedicados como están tantos a la defensa del derecho del empresario de publicar lo que se le antoje (y lo que no se le antoje, no. de contratar (ay, que no existieran esas malditas colegiaturas) a quien se le antoje para que informe, y de prohibirle a éste que opine o siquiera deslice opiniones dentro de lo que, en horas de la compañía, produce, y de tacharle lo que escriba violando esa prohibición. Censura previa, por supuesto, no se llama esa figura, puesto que el acto se incrusta en la libertad de comercio y no en la de expresión. He escrito lo que antecede, porque es bueno que tomemos conciencia de que las cosas no son tan sencillas ni tan blanquinegras como se viene pretendiendo. La verdadera libertad de expresión no es comida de trompudo, y aparte la libertad de comercio tan denodadamente defendida por Sips, afiliadas y si ares no preocupa, como dije, a demasiada gente ara muchos el siglo XVIII está obsoleto, salvo en lo referente a doctrinas económicas. La verdad es que si queremos estar en el siglo XX, sumerjámonos del todo en él; y si queremos volver al XVIII, volvamos a él con todas sus consecuencias. Al gallo gallina que estamos viviendo, lo llaman modernidad. No sé si igual apelativo le ponen a la libertad de expre sión que nos recetan, tan poco emparentada con el derecho del ciudadano a divulgar lo que piensa.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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