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La cocina del olé Pág. galerja PATRIZIA VACALEBRI ANSA G a moda es cíclica, y a sus ciclos cada vez más rápidos se someten las formas del cuerpo femenino: esta vez es nuevamente el turno de los senos Es el momento de destacar el tradicional atributo femenino como en los tiempos anteriores a las mujeres andróginas, que hoy ceden paso a la abundancia y la belleza de las formas.
La geografía del pecho femenino de fin de siglo indica que debe ser esférico y generoso, además de bastante alto. Señal de que, si natura non da. habrá que recurrir a los corpiños para ajustarse a los dictados de la moda: así se dedican al diseño de este importante accesorio no sólo las casas de lencería, sino también los principales estilistas del momento.
La revolución de quitarse los corpiños fue entonces sólo un fenómeno pasajero, una libertad condicional que ahora vuelve a encerrar el pecho en jaulas de oro firmadas por las mejores marcas. Que, por otra parte, desencadenaron entre ellas una auténtica guerra para lograr el producto más moderno, mejor construido y más adecuado al público femenino.
Bastó que Claudia Schiffer se quitara, por orden de Karl Lagerfeld, los corpiños ultra o wonder. para quedar plana y apenas deseable. Un camino que no quiere recorrer la mayoría de las mujeres, deseosas de exhibir buenos atributos desde un escote pronunciado que permite asomar la ropa íntima en una insinuación que en realidad no muestra.
La guerra del corpiño no ahorra en campañas agresivas, con cientos de senos expuestos en publicidades, tapas de revistas, cine y televisión, empezando por quien declaró la primera batalla, el famoso Wonderbra de Playtex, confiado para exaltar la riqueza de sus atributos a la generosa figura de la checa Eva Herzigova.
Cuarenta fragmentos unidos con 26 costuras hacen del Wonderbra una maravilla de la escultura que permite desafiar la ley de gravedad. G El corpiño es la clave DOO Adiós camisa, hola corpiño Cientos de puntos invisibles, franjas dorsales, costuras, fierritos y rellenos se adueñan así del busto femenino. Tanto esfuerzo vale la pena mostrarlo y es así que, debajo de las chaquetas, los corpiños ya reemplazan a la camisa y dejan de lado el falso pudor para exhibir encajes, puntillas y todos los adornos convenientes. Tendrá larga vida la moda del corpiño? Todo depende en el fondo de los gustos tradicionales de cada país y sus habitantes.
En Estados Unidos es difícil que guste una mujer sin un número elevado de corpiño, mientras que los italianos desde siempre no dudan en darse vuelta para mirar la elegante parte trasera de una dama.
Sin embargo, es la era del corpiño. Armani lo proponía desde hace años, con una línea íntima estudiada sobre la imagen de la mujer andrógina, aunque no le faltan los corpiños que levantan. mientras Gianfranco Ferré es más sensual y propone transparencias y encajes elastizados.
Para las más jóvenes, además, Dolce e Gabbana tiene su colección destinada a usarse bajo la camisa y el saco con desenfado. y buen gusto.
Tailleur clásico, pero con corpiño en lugar de camisa, firmado por Dolce e Gabbana.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
La República ANSA
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