El 9 de junio Turquía marchará a paso redoblado para retomar el camino de la clasificación frente a Costa Rica.
Si la primera batalla de la armada turca dejó vestigios de fracaso frente a los brasileños, en el juego contra Costa Rica se presagia una lucha sin tregua.
Merodear el terreno de la tricolor y apostar al error defensivo, son las opciones que podría barajar el técnico Senol Gunes, para sacar provecho de los yerros ticos.
Los turcos en su debut contra Brasil dieron muestras claras de su perfil futbolístico, con un juego de toque vertical y directo  en el frente de ataque, como el mostrado por Hasan Sas y la figura del Parma italiano, Hakan Sukur.
Ello confirma que Costa Rica debe construir una historia sobre el terreno en la que imponga sus condiciones y emplee el desborde, la fantasía de juego, el buen manejo y administración de la pelota.
Esa filosofía debe convertirse en la máxima aliada de la tricolor durante los 90 minutos, para neutralizar al rival y aspirar a los octavos de final.
Así de claro se manifestó el técnico nacional Geovanny Alfaro, quien vaticinó un juego vibrante y trascendental para las aspiraciones de clasificación ticas.
«Será un partido de marcas por doquier y  muy táctico, en el que no se podrá permitir el menor indicio de error en defensa, sobre todo, porque son peligrosos con su fútbol aéreo», apuntó.

Son además, inmisericordes cuando se les da la oportunidad de elaborar su fútbol vertical y mostrar sus atributos ofensivos. Estas son razones que tiene de sobra el técnico Alexandre Guimaraes, para plantear un juego de imposición táctica, donde prevalezcan las condiciones ticas sobre el terreno, recalcó.

TACTICA FIJA

Durante la era de Guimaraes, uno de los recursos futbolísticos que mayores ventajas ha mostrado la tricolor, son las jugadas de bola muerta.
De acuerdo con Alfaro, Costa Rica cuenta con muchas variantes para recurrir a la táctica fija, con rematadores eficientes en tiros  de media distancia como Rónald Gómez o Rolando Fonseca.
Asimismo, cuenta con Wílmer López y Walter Centeno quienes son buenos colocadores y, en una situación de juego frente a los turcos, podría inclinar la balanza a favor de la tricolor, señaló.

DESGASTE FISICO

Por su parte el técnico nacional Julio Cesar Bustos, muestra una postura más conservadora y pese a coincidir con Alfaro, en que el éxito tico se descifra en la medida que administre el juego y explote la táctica fija; resta posibilidades a la tricolor de aplazar los anhelos clasificatorios turcos.
El nivel físico de los nacionales es deficiente, por causa del escaso  tiempo de recuperación de la mayoría de los jugadores, y las consecuencias se podrían evidenciar en el juego ante Turquía, manifestó.
Para Bustos, en una Copa del Mundo para poner en práctica el orden táctico y los recursos futbolísticos, no basta con la actitud y buena disposición.
El estratega considera que los turcos ejercerán una marca a presión y tratarán de meter a Costa Rica en un juego muy intenso donde el desgaste físico, podría aminorar las opciones de imponer el ritmo y controlar el juego.
Y es que para tener un control del partido, la tricolor requerirá de una intensa movilidad para esconder el esférico y presionar en el mediocampo para incursionar en el marco rival, explicó.
Aunado a ello, se debe explotar el fútbol por los costados,  remates a media distancia y la construcción de jugadas con pelota quieta.
Bustos cree que pese al manejo de estas alternativas, se carece de una preparación física que permita mantener un ritmo conveniente durante 90 minutos.
Insistió en que las deficiencias físicas podrían poner límite al éxito tico en esta Copa FIFA 2002, por lo que vaticina un partido complicado e intenso.
Sobre todo, porque las tres unidades obtenidas frente a China – gracias al triunfo de los nacionales 2 a 0 – son insuficientes para asegurar la clasificación, y la suma de puntos en el juego contra Brasil conviene descartarla.
Ante los sudamericanos, lo ideal es llegar con la clasificación en el bolsillo, por lo que el domingo 9 frente a los turcos, será crucial  para mantener vivas las expectativas, de recordar los tiempos de Italia 90.