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En su partido contra Nigeria, en su debut en la Copa del Mundo de Fútbol, Argentina mostró por qué es favorita.
Costa Rica se levantó en el momento preciso en su debut en el Mundial y con ello abrió posibilidades de clasificación a la segunda fase.
La frase es sabia: «Para ganar los partidos, tenés que tener la bola» y, los argentinos no la sueltan.
Se han presentado ya los grandes favoritos para ganar el Mundial de Corea y Japón y solo Argentina demostró credencial de grande, cuando en el » grupo de la muerte», dio cuenta de las águilas nigerianas, gracias a un gol solitario de su bombardero, Gabriel Batistuta, único capaz de vencer como receptor de un tiro de esquina cobrado por Juan Sebastián Verón, la resistencia del porterazo de Nigeria, Ike Shorunmu.
El equipo que entrena Marcelo Bielsa forma un bloque compacto amarrado entre defensa y ataque por un medio campo espectacular, donde sobresalen el mejor volante recuperador de balón del mundo, Diego Pablo Simeone y el propio Verón, un futbolista de fundamentos completos.
Argentina se apropia de la pelota, la cuida y la sabe pasar; el fútbol mágico de los rioplatenses halló una generación de jugadores que lo retrata y representa a cabalidad, con su tecnicismo característico, ligado a la madurez de la mayoría de sus integrantes, todos estrellas del fútbol internacional.
Media hora antes de enfrentar a Nigeria, en un calentamiento, Argentina perdió a su líder y capitán, Roberto Ayala y esto, una desgracia en cualquier otro equipo, ni se notó. Bielsa, que cuenta con una nómina superlujosa, dio paso al novel Diego Placente, jugó línea de cuatro en lugar de tres en el fondo y no se notó la diferencia.
Sorín y Zanetti volaron por los carriles; el propio Placente y el picante Ariel Ortega se encargaron de la creatividad y cerraron Batistuta y López, luego Aimar y Killy González. En casa estaban de vacaciones dos de los mejores futbolistas del mundo, Riquelme (Boca Juniors) y Saviola (Barcelona) que ni siquiera fueron convocados al Mundial.
Con esa constelación de astros, con futbolistas que saben buscar y pelear el balón, cuidarlo y protegerlo y también impulsarlo y hacer goles, no cabe duda de que Argentina se proyecta como la ganadora del campeonato mundial.
DESGRACIA GALA
El bombazo que se llevó Francia en el juego inaugural, derrotada por Senegal, estremeció desde temprano, los cimientos del Mundial.
Un precioso artículo escrito en Seúl por el periodista español, José Antonio Diego, titulado «Saturno devorado por sus hijos», resume el drama.Dice así:
«La selección de Senegal, con todos sus jugadores enrolados en equipos franceses, puso de revés el mito de Saturno devorador de sus hijos y el Mundial boca abajo al infligir una insospechada derrota a la «madre patria» que les servirá de reclamo publicitario.
Goya legó a la posteridad la imagen del titán Saturno devorando con ojos desorbitados a uno de los hijos que había engendrado en su hermana Cibeles para evitar que se cumpliera el presagio de Gea, la tierra, según el cual uno de ellos terminaría destronándole.
El mundo del fútbol acaba de acuñar en Seúl el mito contrario: once hijos acabaron devorando al padre.
Francia, que fue la potencia colonial de Senegal durante 70 años, entre 1890 y 1960, se ha convertido en destino casi exclusivo para generaciones de futbolistas senegaleses que buscan horizontes más apetitosos tan pronto como destacan en el modesto campeonato local.
Los once senegaleses que saltaron al terreno de juego en el partido inaugural contra Francia pertenecen a equipos franceses y, para mayor abundamiento, trabajan a las órdenes de un francés, Bruno Metsu, entrenador de Senegal desde octubre del año 2000.
El fenómeno no afecta tan solo a los titulares de Senegal. De los 23 seleccionados para el Mundial, solo dos (Omar Diallo, del Kuribga marroquí, y Kalidu Cissojo, del Juana de Arco senegalés) juegan en equipos que no son de la «madre patria».
El partido inaugural tuvo tal grado de afrancesamiento que al final, pese al adverso resultado, un francés optimista parecería autorizado a pensar que acabó ganando Francia, la patria de todos.
En el horizonte, sin embargo, despunta ahora la amenaza latente de la deserción. Los equipos franceses, que no son nadie en el concierto europeo, pueden quedarse pequeños para los ahora consagrados futbolistas senegaleses.
Su mayor talento, El Hadji Diouf, de 21 años, anunció en los vestuarios, tras el partido, que se marcha al Liverpool, un equipo que en su opinión servirá más que el Lens francés como caja de resonancia a sus habilidades en el campo.
La diáspora senegalesa está a punto de comenzar. El traslado a las islas británicas del mejor futbolista de Africa, marca la senda a sus compañeros. Salif Diao también es apetecido por el Liverpool, que, curiosamente, tiene un entrenador francés, Gerard Houllier.
La generación dorada del fútbol francés que abandera Zinedine Zidane parece a punto de colapsarse, pero el juego que practicaron, con el que coronaron la cuota más alta en la historia del fútbol galo, ha conseguido educar a esta otra floración de senegaleses asentados en territorio francés.
Los campeones mundiales de hace cuatro años debieron romper el estrecho corsé del campeonato francés para buscar mejores sueldos en los grandes equipos europeos. Sólo cinco de los 23 seleccionados para el Mundial asiático permanecen en el «championat».
El peligro de aburguesamiento, derivado de los millonarios contratos que firmaron, empieza a ser realidad para los jugadores franceses, que acaban de recibir una lección de sus «compatriotas».
El año pasado, un grupo de jugadores senegaleses afincados en Francia se reunió en un bar de París y se conjuraron para dar brillo al fútbol de su país y, de paso, ofrecer al mundo su imagen más atractiva como gancho ante los clubes poderosos. En el debut del Mundial lo consiguieron, aunque todo quedara en Francia».
¡Bonito!…verdad.
OJO A LOS TRICAMPEONES
Alemania e Italia, tricampeones del Mundo, reafirmaron credencial de favoritos; los germanos aplastaron 8-0 al hasta ahora equipo más débil en competencia, Arabia Saudita, mientras que los «azurri», solo requirieron de siete minutos para hincar al asustado Ecuador, desplomado por el escenario.
Como lo adelantamos en exclusiva en UNIVERSIDAD, Italia y Alemania parecen tener asegurado su propio enfrentamiento el 21 de junio en los cuartos de final, de manera que uno de ellos no estará en la gran cita de cierre.
Brasil, siempre favorito, jugó y ganó bien a Turquía y enseñó la plena recuperación física de Ronaldo, de manera que sigue candidata al gallardete. Habrá que ver más a Portugal, que cayó sorpresivamente ante Estados Unidos; el otro tradicional favorito, Inglaterra, fue frenado por Suecia lo que le restó credencial al título.
Y…¿Costa Rica?
Bueno, 60 minutos mediocres contra China, gol de Rónald Gómez y repunte fenomenal, con media hora de juego final muy buena, que abre las ventanas de la posibilidad contra Turquía, un equipo fuerte, pero vulnerable.
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