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La CNT espera reactivar los vínculos con los pueblos con la obra «Chejovianas», que se presentará en distintos puntos del país a partir del 25 de octubre.
La obra utiliza juguetes cómicos mediante los cuales Chéjov se rie de las debilidades humanas.
La Compañía Nacional de Teatro (CNT) volverá a las comunidades con tres obras breves del escritor Anton Chéjov, en las que se retrata con sencillez y profundidad la incomunicación, lo cotidiano y las contradicciones que rigen la vida de los personajes del dramaturgo ruso y que se asemejan plenamente a las del hombre de nuestro tiempo.
El estreno de «Chejovianas» será el 25 de octubre en la Casa de la Cultura de Puntarenas y posteriormente la representarán en Liberia, Nicoya, Pérez Zeledón, San Vito, Limón, Cartago, Alajuela y San José.
La pieza fue estructurada por el director Remberto Chaves a partir de «Trágico a pesar suyo», «Pedido de mano» y «Aniversario», obras que el propio de Chéjov denominaba «juguetes cómicos».
Para Chaves, quien es profesor de teatro en la Universidad Nacional, la pieza es un retorno «al hombre pequeño» de Chéjov, por medio del cual el creador ruso logró adentrarse con maestría en el alma del hombre común.
«La obra incluye a tres juguetes cómicos de Chéjov mediante los que nos permitimos reírnos de las debilidades humanas. Es un volver al individuo y a la problemática del hombre pequeño, por lo que nos recordamos a nosotros mismos como seres humanos», explicó.
Para el director de «Chejovianas», la obra invitará a reflexionar sobre «el prójimo que no solo está en las páginas amarillas de la Biblia, sino en las cotidianas y de pared de por medio».
Chaves resaltó que la pieza se inscribe dentro de la naturaleza del «cómico ligero», lo que no significa que los temas sean tratados con irrespeto o superficialidad. «Hicimos un montaje con categoría».
Las obras estarán unidas por un personaje, creado por Chaves, que cuenta una historia que permite la interrelación de los otras narraciones.
«Creé un personaje, espero no haberle faltado el respeto a Chéjov, del aquí y ahora de nuestro tiempo, con las características de una lógica de conflicto chejoviana y es un actor que empieza a contarle un cuento a sus compañeros de elenco. En la obra todo sucede sin que haya cortes ni cambios de vestuario que el espectador no perciba».
Los actores que conforman el elenco son Juan Madrigal, Marta Matamoros, Jorge Hugo Carillo, Fedra Rodríguez, Rodrigo Fallas y Luis Daell.
Luis Fernando Gómez, director de la CNT, expresó que confían en que el público aprecie la obra, en la que está presente el «alto sentido humano» que siempre caracterizó la producción del autor.
Chéjov nació en Taganrog, Rusia, el 29 de enero de 1860 y murió en Badenweiler, Alemania, el 15 de julio de 1904.
Es uno de los maestros del relato y la critica moderna considera que a él se debe el que el efecto dependa más del estado de ánimo y del simbolismo. «Sus narraciones, más que tener un clímax y una resolución, son una disposición temática de impresiones e ideas».
Entre las obras de teatro que más fama le otorgaron se encuentran «La gaviota» (1886), Tío Vania (1887), «Tres hermanas (1901) y «El jardín de los cerezos (1903).
La crítica literaria Verónica Quesada resume así su producción teatral: «El teatro chejoviano ha sido señalado como el menos dramático debido a la introducción, como temática central, de la banalidad cotidiana y la rutina. Innumerables críticos y dramaturgos han rechazado estas cuestiones por creerlas poco interesantes; sin embargo, Chéjov aclara este punto con extrema lucidez: «Los hombres comen, duermen, fuman y dicen banalidades y sin embargo se destruyen».
Por la naturaleza del montaje, se apeló a un escenario sencillo, sin que ello signifique menosprecio por el espectador.
«El espectáculo está pensado para las giras, pero realizado con rigor, y la mayoría lo hacemos con la técnica de la cámara negra, pero que responde a una solución plástica definida».
TIEMPOS DE ORO
El regreso como director invitado de Chaves se produce después de ocho años, luego de haber dirigido tres piezas cortas de Víctor Valdelomar, Guillermo Arriaga y Ana Istarú.
«Para mí es un halago y un reto y me recuerda aquellos tiempos del año 74, cuando Oscar Castillo, Alfredo Catania y Alejandra Gutiérrez llegaron a la Compañía y se dividió el elenco en dos grupos, a mí me tocó integrar el de las comunidades».
Vino entonces, rememoró, la etapa de la promoción teatral y cultural en las diversas comunidades que permitió, entre otros frutos, el surgimiento de grupos locales, algunos de los que todavía existen, como «Agua Marina» en Puntarenas, fundado por Gómez.
«La Familia Mora», representada en 1974, fue en criterio de Chaves «uno de los hitos» de la época, por las expectativas que la pieza despertó en los cantones donde fue observada.
«Tiene que haber amor al arte y objetivos claros, como creo que sucede ahora, para que se abran de nuevo los canales de comunicación con los pueblos».
La «añoranza» de los buenos tiempos y la posibilidad de generar en el presente posibilidades para que los jóvenes de las comunidades encuentren en el teatro opciones creativas, son aspectos que motivaron a Chaves a aceptar la dirección de esta pieza.
«Esa es mi respuesta al por qué retorné a la Compañía. Hay que admitir que alguien puede discrepar de por qué hemos montado una obra de este autor, pero quién más que Chéjov, maestro de la psicología y del hombre pequeño, para encontrarnos nosotros mismos».
El director, quien posee una maestría en la enseñanza del teatro, con especialidad en la dirección de autores, lograda en la antigua Unión de Repúbicas Socialistas Soviéticas (URSS), desestima el que «Chejovianas» pueda resultar difícil de asimilar por parte del público rural.
«El frío no está en las cobijas, como dice el refrán popular, y el que piense o crea que la obra no será captada es un prepotente o un ignorante. El teatro como lenguaje retroalimenta, divierte y enriquece».
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