El sistema electrónico que permite el acceso de vehículos al campus de la UCR ha dado buenos resultados y para mediados del año próximo las autoridades universitarias esperan instalar nuevos puntos de acceso automatizado.
El nuevo sistema de acceso al campus, mediante tarjetas y barras electrónicas, ha tenido buena acogida entre los usuarios.
Los inconvenientes que ha provocado el nuevo sistema de acceso de vehículos a la Universidad de Costa Rica (UCR) han sido mínimos, aseguró Pablo Lizano, jefe de la Oficina Servicios Generales.
De los aproximadamente 4.500 conductores universitarios que poseen tarjeta electrónica, tan solo nueve la han devuelto debido a su mal funcionamiento, como consecuencia del daño en los chips internos, comentó Pedro Cullel, funcionario de la mencionada Oficina.
También se dieron problemas con los dispositivos lectores de las tarjetas.  Lizano explicó que esto se debió a que los datos sobre los usuarios se manejaba en dos computadoras (una situada en el puesto de seguridad cerca de la Facultad de  Derecho y otra aledaña al edificio Saprissa) que no estaban conectadas entre sí.
Tras la instalación el 5 de octubre de una red de fibra óptica, ambos puntos  quedaron comunicados y la información ahora es más ágil, pues es una sola computadora la encargada de administrar todo el sistema.
 
Mediante un sondeo realizado por UNIVERSIDAD el 11 de octubre,  se pudo comprobar que la mayoría de los conductores consultados se mostraron satisfechos con el sistema de acceso. Solo Diego Álvarez -estudiante de odontología- se quejó por la lentitud del sistema al leer la tarjeta y las presas que provoca durante las mañanas.
El jefe de Servicios Generales, señaló que debe tomarse en cuenta que la cantidad de automóviles que entra al campus es grande durante las mañanas (aproximadamente 2.100 vehículos), pero que el tiempo que hay que esperar ahora -en comparación con el sistema antiguo- es mucho menor.

EMERGENCIAS

Uno de los problemas derivados del nuevo estructura de acceso, ocurrió hace aproximadamente 22 días, cuando se dio una fuga de gas en la soda de la Facultad de Derecho, y los bomberos que acudieron, al no poder traspasar la «aguja» de seguridad se quejaron.
Al respecto, Lizano dijo que los oficiales de tránsito están preparados ante posibles incendios o situaciones de emergencia. Lo que procede en estos casos, es detener el tránsito de salida y que los bomberos entren por el carril de salida, el cual no tiene curvas que dificulten el acceso, mencionó.
Acerca de la citada emergencia, aclaró que como el sitio de riesgo estaba en la entrada de la Universidad, los bomberos no requerían adentrarse más en el campus; por lo tanto, no había necesidad de detener a los automóviles que iban saliendo.
En caso de que se presentaran emergencias en otros sitios de la UCR, el jefe de Servicios Generales sostuvo que se habilitarían los portones situados por Letras, Educación, Canal 15, la Junta de Ahorro y Bellas Artes.
Por otra parte, Lizano destacó que la inconformidad de algunos conductores que usaban el campus como zona para cortar paso, ha provocado que los oficiales de tránsito de la Universidad se ven sometidos a insultos o acciones violentas, tal como ocurrió la semana anterior, cuando un taxi se abalanzó contra un oficial que le pidió detenerse.
Aunque con el sistema de barras electrónicas se incrementó la seguridad, Lizano reconoció que posterior a la instalación se dio el robo de un vehículo.
«La UCR hace un esfuerzo por proteger los vehículos. No obstante, hay una responsabilidad primaria de los dueños. Los conductores no se pueden confiar. Hay que llamarles la atención para que no dejen las llaves puestas dentro del carro, ni las tarjetas, ni valores al alcance de la vista», lamentó.

NUEVOS CONTROLES

Con el fin de evitar que otras áreas de la UCR se conviertan en zona de paso y de detener la actividad delictiva, se incorporarán al nuevo sistema las entradas en la Ciudad de la Investigación y en las Instalaciones Deportivas, situadas en Sabanilla; las cuales también serán controladas desde el Edificio Saprissa.
Además, con el objetivo de agilizar aún más el tránsito dentro de la Ciudad Universitaria Rodrigo Facio, se habilitará un acceso por la Facultad de Odontología y una salida frente Farmacia.
Aunque todavía no se conoce con exactitud las fechas en que las obras podrían estar terminadas, Lizano anunció que podría ser a mediados del año entrante.
Hasta el momento la inversión en el sistema ha sido de ¢25 millones y para complementarlo se requieren ¢10 millones más.
Lizano está convencido de que el cambio en el tránsito que circulaba dentro del campus ha sido dramático. «El primer día que se instauró el mecanismo de los tiquetes ingresaron 9.700 vehículos; actualmente esa cifra se redujo  a 5.000», puntualizó.
LOS USUARIOS OPINAN
Al ser consultados sobre qué les parecía el nuevo sistema de acceso de vehicular a la UCR y sobre los inconvenientes, estas fueron las respuestas:

Diego Álvarez, estudiante de odontología: «Creo que el sistema podría ser mejor, porque la gente cuando ingresa no sabe si lo tiene que hacer con el tiquete o si entra con la tarjeta de una sola vez; no está bien indicado. También el sistema no lee rápidamente la tarjeta: dura como diez segundos, y por eso se hacen principalmente presas en la mañana».

Fernando Rojas, estudiante de la maestría en economía: «El sistema de ingreso me parece que está bien. He tenido cero problemas con la tarjeta. Creo que sí se le ha dado información al usuario para que sepa como usarla».

Leonardo Mata, profesor de la Facultad de Medicina: «El sistema me parece bastante sofisticado para un país que está tan corrupto. No he tenido ningún problema con las tarjetas. Creo que definitivamente esto va a disminuir los robos».

Rosaura Romero, profesora de Química: «Este sistema me parece perfecto; funciona de lo más bien. Además, como yo vengo muy temprano no tengo que hacer ninguna fila».

Lilliana Retana, funcionaria administrativa: «El sistema de acceso ahora  está más ágil en comparación con el tiquete. No he tenido ningún problema con la tarjeta y no me ha tocado ninguna presa».