Donde se guardan los sueño
Carla Fonseca
Novela
Editorial Costa Rica
98 pgs.
Esta breve novela, con la que la autora ganó el premio Joven Creación de la Editorial Costa Rica 2002, tiene méritos importantes que deben señalarse, pero el principal de ellos es que revela a una autora con buena pluma, es decir, con gran capacidad para fluir en la narración.
Se trata de un monólogo de una mujer llamada Noelia. Aborda el tema de mujeres víctimas de violencia doméstica y lo hace con honestidad. Su personaje no está sacado de contexto, ni se trata una relación dada, sino que recurre a recuerdos de la niñez en los que la protagonista era agredida por su madre. Así, construye una coherencia en el personaje, quien por su condición de vícitma desde temprana edad ha perdido capacidad de respuesta.
 
Como otras novelas de este tipo, que buscan narrar desde una perspectiva femenina, presenta un mundo cercano, inmediato.
Desde las reflexiones de Noelia, el lector repasa acontecimientos en la vida de una mujer desde su intimidad, que van desde los miedos y asombros de la niñez, hasta la confusa adolescencia y el temprano y equivocado matrimonio. Luego, la agresión, el miedo y el dolor. La posible maternidad, que Noelia no realiza nunca, y finalmente la solidaridad con otras mujeres también víctimas en la sociedad.
A veces, este monólogo tiene rasgos de diatriba y parece comprometerse más con la denuncia que con la narración, pero la autora tiene la habilidad de sobrellevar esta tendencia.
El uso del lenguaje que tiene Karla Fonseca es limpio y claro; su construcción narrativa es inteligente. Al hablar en primera persona se permite juegos de palabras e imágenes que se reconocen con naturalidad. Tiene momentos de humor irónico, pues el personaje es trágico y a ratos ingenuo.
Pero no se regodea en escenas escabrosas ni en pretensiones de trascendentalismo. El ritmo es ágil, directo, lo que le da una voz clara y honesta, que hace el texto convincente y cercano. De la misma manera funciona el hecho de que Noelia no pretende sentar cátedra, sino que se limita a contar su historia, su experiencia personal.
Si esta novela hubiese aparecido en otro contexto posiblemente sería un libro muy vendido.
Ya la autora había ganado el premio de la revista Perfil en 2000 y su obra fue publicada entonces aparentemente por entregas.
Este recurso de texto liviano, sin pretensiones pero bien contado no es muy frecuente en nuestro medio, pero sí ha provocado grandes movimientos en otros países.