Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
El candidato del partido Arena, Antonio Saca (izquierda), en una reunión donde coincidió con el Presidente Abel Pacheco.
La conservadora Arena se perfila como ganadora de las elecciones del domingo 21 de marzo en El Salvador.
Si las encuestas se confirman, Arena podría triunfar inclusive en la primera vuelta, para lo que necesitaría más de 50% de los votos.
De confirmarse los pronósticos que le dan el triunfo, sería su cuarta victoria consecutiva desde el fin de la guerra civil en 1992. La incapacidad de la izquierda en ofrecer una alternativa al electorado parece indicar que el país no ha encontrado una alternativa para su desarrollo.
Si se miran las cifras, el más pequeño país de Centroamérica y el segundo más poblado, con 6,5 millones de habitantes, sobrevive gracias a su principal producto de exportación: la población que emigra. A esa cantidad se suman cerca de 2,3 millones que viven en Estados Unidos, de donde envían unos dos mil millones de dólares anuales a su tierra natal.
Pero las remesas familiares han comenzado a quedarse cortas para saldar el déficit comercial, que se ha disparado. Entre 1997 y 2002, las remesas alcanzaron a cubrir cerca del 90% del déficit comercial. Sin embargo, el año pasado esa relación bajó al 80%.
El monto recibido por ese concepto representa, según el Banco Central, el 64,7% del valor total de las exportaciones y el 37,3% de las importaciones. Más de 300 mil hogares se sostenían con esa ayuda, lo que representa cerca de dos millones de personas.
Sin embargo, gracias a esos recursos, el presidente Francisco Flores pudo dolarizar el país, sustituyendo el colón salvadoreño por el dólar, una medida que, afirmó, sería la base para la atracción de inversiones y el desarrollo nacional.
Los resultados distan mucho de ser positivos, pues la economía continúa mostrando signos de desaceleración. El año pasado el Producto Interno Bruto creció menos de 2,0%, o sea, un porcentaje real de prácticamente cero, si se toma en cuenta el aumento de la población.
El resultado económico de los últimos años ha sido pobre. En 1996 la economía creció apenas un 1,8%; en 1997: 4,2%; 1998: 3,5%; 1999: 3,4%; 2000: 1,9%; 2001: 1,5% y en 2002: 2,3%, con un déficit comercial que llegó a 20% del PIB, y un déficit fiscal de 4,5%, una cifra muy superior al 3% que los organismos financieros internacionales consideran aceptable. Y la deuda pública se multiplicó, ya que pasó del 7% del PIB en el sexenio 1990-1995 a 7%, a más de 23% en la actualidad.
Otro resultado de la política económica es el aumento del trabajo informal, que subió hasta llegar a casi 40% de la Población Económicamente Activa.
Pese a todo, una vez adoptada la dolarización, el presidente del Banco Central de El Salvador visitó Costa Rica, para dar una conferencia en la Cámara de Industrias, donde trató de convencer a los asistentes de las bondades de la dolarización. Más prudente, y sin los recursos de las remesas, su colega costarricense de entonces, Eduardo Lizano, prefirió cortar el debate por lo sano, afirmando que el país no contaba con las reservas necesarias para dar ese paso.
PASADO OSCURO
El candidato de Arena a la presidencia de la República, Antonio Saca (de 39 años) es un exlocutor deportivo y empresario radiofónico. En enero, durante una visita a Washington, reiteró que en la lucha contra el terrorismo «siempre nos vamos a asociar con los Estados Unidos».
Arena es un partido marcado por los más graves crímenes cometidos durante los años de guerra, entre ellos el asesinato de monseñor Oscar Arnulfo Romero y de los jesuitas que dirigían la Universidad Centroamericana (UCA).
Saca fue a la capital estadounidense para hablar de temas migratorios y comerciales y afirmar que, si gana las elecciones, «no serán los organismos internacionales los que impongan políticas en El Salvador, especialmente en lo referente a privatización de servicios médicos».
Otro tema presente en su campaña es la oferta de «mano súper dura» contra las maras (pandillas) y la delincuencia. La realidad es que la violencia tiene hoy consecuencias aun más dramáticas que en los años de la guerra, como consecuencia de una pobreza cada vez más extendida.
«Hay que revisar el tema de la Ley Mano Dura y darle continuidad y más vigencia a esa ley», dijo, refiriéndose al plan presentado por el presidente Flores.
No habrá, por lo tanto, grandes cambios con la elección de Saca, representante de los sectores más conservadores y de los grupos financieros que controlan la economía.
UN LÍDER HISTÓRICO
El rival del candidato de Arena es Schafik Handal (de 74 años), líder histórico del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN). Conocido por su actitud irritable, Handal no ha logrado ampliar la base de apoyo de su partido, que el año pasado logró la primera mayoría en las elecciones parlamentarias y municipales.
Su discurso enfatiza en la reducción de impuestos, el respeto por la Constitución, las mejoras en la educación o la lucha contra la delincuencia.
El político ha criticado la posición de la gran prensa, abiertamente en su contra. Esos medios le cobran actos de violencia durante la guerra, sin recordar que Arena fue la organización responsable de los mayores crímenes en ese período.
En materia económica señala que «pondrá fin al sistema neoliberal que ha caracterizado al gobierno de ARENA e impulsará reformas fiscales y tributarias para renegociar la deuda externa y redistribuir la recaudación de impuestos en beneficio de los ciudadanos».
Además rechazó también la afirmación de que en un eventual triunfo del FMLN provocaría la fuga del gran capital del país. Aseguró que las multinacionales no se van a marchar «porque están haciendo pisto (dinero), y decir lo contrario es hacer chantaje a la población».
OTROS CANDIDATOS
También compiten en estas elecciones, aunque con escasas posibilidades, el exalcalde de San Salvador, Héctor Silva, por la coalición de centro Partido Demócrata Cristiano-Centro Democrático Unidos (PDC-CDU), y Rafael Machuca, por el Partido de Conciliación Nacional (PCN).
La coalición de partidos de centro aparece con menos de 5% en las encuestas, mientras que el de Conciliación Nacional no alcanza 2%.
Casi 20% afirma que no votará por ninguno de los candidatos, mientras otro 5,32% dice que no acudirá a las urnas.
Según le Ley Electoral, si ninguno de los aspirantes logra más de la mitad de los votos válidos, los dos más votados irán a una segunda vuelta el 2 de mayo.
Este documento no posee notas.