Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
Quienes afirman que la vida humana empieza desde la gestación, se oponen a la clonación terapéutica.
Mario tiene una enfermedad en el corazón que poco a poco acabará con su vida. La única posibilidad de salvarse parece ser la clonación terapéutica, por la cual se le implantarían «células madre embrionarias» para regenerar los tejidos de su órgano dañado.
Para obtener esas células los científicos tienen que clonar un ser genéticamente igual a él, al cual a los cinco o siete días de gestación se le deben extraer las células madre sanas y el resto del embrión es desechado.
Sin embargo, algunos sectores se oponen a la clonación terapéutica por cuanto consideran que el embrión es una vida humana.
Las células madre no son especializadas, tienen una capacidad ilimitada de reproducción y pueden adaptarse a diferentes tejidos de los órganos humanos. Sin embargo, son más versátiles las de origen embrionario que las adultas, según indican estudios científicos.
Este tipo de investigaciones, al igual que la clonación reproductiva (en la que se crea de forma artificial de un individuo
genéticamente igual a otro), se debaten en todo el mundo por las implicaciones científicas, éticas y legales que conllevan, Costa Rica no es la excepción.
El pasado 29 de abril se reunieron para analizar el tema en el Centro Nacional de Alta Tecnología (CENAT), la genetista Henriette Raventós Vorst, de la Universidad de Costa Rica (UCR), Ana Rodríguez Allen, del departamento de Filosofía de la Universidad Nacional (UNA), el canciller de la República, Roberto Tovar Faja. La mesa redonda fue moderada por el director del CENAT, Pedro León Azofeifa.
DIVERSAS POSICIONES
Raventós aseguró que «la investigación con estas células brinda oportunidades sin precedentes para el desarrollo de nuevas
terapias en enfermedades debilitantes, y que beneficiarían a miles de
personas de todas las edades».
Pero además advirtió que existe el riesgo de que las células almacenadas a la espera de ser implantadas, sufran mutaciones y
produzcan tumores en los órganos.
Rodríguez explicó que los progresos biomédicos recientes han sacudido la moral tradicional y el derecho, lo que produce una creciente incertidumbre. Por eso deben darse a conocer ampliamente, no solo a la comunidad científica sino al público en general.
La experta indicó que «el objetivo de este tipo de clonación es aprovechar la inmensa riqueza que se esconde en las células
madre». Agregó que el aumento en la esperanza de vida trae como consecuencia que más gente necesite del servicio de
salud y eso implicará un mayor costo para el Estado.
Para Tovar la clonación terapéutica podría tener un objetivo loable, pero tiene obstáculos técnicos todavía no superados para obtener las células madre embrionarias, pues «es necesario destruir el embrión, o sea una vida humana».
Explicó que Costa Rica llevará ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), un proyecto de resolución para la Convención Internacional contra la Clonación Humana, la cual prohibirá todo tipo de ésta, sea reproductiva o terapéutica y limitará las investigaciones en el campo por motivos éticos.
LA VIDA HUMANA
Una de las principales interrogantes de quienes participaron en el debate, gira alrededor del momento en que se puede
considerar que empieza la vida humana.
Para Tovar la vida empieza desde la gestación. «El artículo 31 del Código Civil establece que la existencia de la persona
física comienza al nacer viva, pero inmediatamente indica que se le considera nacida para todo lo que le favorezca desde 300 días antes de su nacimiento, con lo que se le está reconociendo, desde ese momento, su estatus de persona».
Rodríguez considera que la mayoría de la comunidad científica duda que haya vida humana en un embrión de cinco o siete
días que está formado por menos de 100 células.
Raventós indicó que los biólogos y médicos dicen que un óvulo fecundado todavía no es un individuo porque puede dividirse y dar origen a gemelos o incluso a un tumor. «Personalmente yo no tengo ninguna respuesta, no sé cuándo es el inicio de la vida de un nuevo ser humano, las que lo han definido han sido las religiones», manifestó.
Las dudas no se han podido resolver aquí ni en ninguna parte del mundo. Pero mientras unos buscan la aprobación para investigar la clonación terapéutica, otros luchan por descubrir una forma alternativa que no implique dilemas éticos.
Este documento no posee notas.