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Desgravación arancelaria tendría poco impacto

La reducción y eliminación de aranceles bajará para el consumidor costarricense el precio de los productos importados, y posiblemente incrementará el desequilibrio de la balanza comercial del país. En el recuadro Justo Aguilar Fong, director del Instituto de Investigaciones Económicas de la UCR.

La reducción y eliminación de aranceles bajará para el consumidor costarricense el precio de los productos importados, y posiblemente incrementará el desequilibrio de la balanza comercial del país. En el recuadro Justo Aguilar Fong, director del Instituto de Investigaciones Económicas de la UCR.
El impacto sobre las finanzas nacionales de la desgravación arancelaria a que obligará el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos será bajo, ya que el país ha estado en este proceso desde la década de los 80, aseguró el director del Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE) de la Universidad de Costa Rica (UCR), Justo Aguilar Fong.

Cerca de ¢21.000 millones dejarían de entrar a las arcas del fisco en los 20 años que duraría la reducción y eliminación de aranceles, precisó Aguilar Fong, durante el foro «El TLC de Centroamérica con Estados Unidos: implicaciones para la economía costarricense».

Este debate tuvo lugar en la UCR el pasado 11 de agosto, como parte de las celebraciones del cincuentenario del IICE. Aguilar habló sobre «El financiamiento tributario del Estado en la apertura comercial».

El economista explicó que «la desgravación arancelaria ya ocurrió en el período 1986-2003 como resultado de la aplicación de la estrategia del ajuste estructural y de la política de apertura comercial».

Con aranceles medios tan bajos como los existentes, es de esperar que la desgravación arancelaria restante y su aplicación a importaciones estadounidenses sea baja, tal como se indica en el estudio que hizo junto con el investigador del IICE, Keylor Aguilar Carmona, agregó.

En vista de que los aranceles son un mecanismo importante de recaudación de ingresos para el país, se le preguntó a Aguilar acerca de las consecuencias económicas que tendría un consecuente incremento de las importaciones.

Al respecto, aseguró que «las importaciones no pagarían aranceles, pero internamente deberán cancelar el impuesto de ventas y ello aumentaría el pago de impuestos para el gobierno. Si ello ocurre, tal aumento tributario compensaría parcial o totalmente, las pérdidas fiscales atribuibles a las menores recaudaciones por aranceles».



CONTEXTO DEL TLC



De acuerdo con lo expuesto por el Director del IICE, el interés de Estados Unidos por el TLC se fundamenta en tres razones: la importancia de sus exportaciones hacia la región centroamericana la creación de una economía regional estable que contribuya a reducir su cooperación para el Istmo; y el fortalecimiento político de Centroamérica, como parte de su política de seguridad exterior.

Mientras tanto, el interés de Centroamérica se centraría en la consolidación de sus exportaciones hacia el ese país, en un marco de mayor seguridad que el ofrecido actualmente por la Iniciativa para la Cuenca del Caribe.

Un estudio indica que el comercio de Estados Unidos con las naciones centroamericanas fue de $20.000 millones en 2002, mayor que su intercambio con Brasil, a pesar de que la población istmeña es de apenas una quinta parte del gigante suramericano.

Según Aguilar Fong, las relaciones comerciales con Estados Unidos son de gran relevancia para Costa Rica, en vista de que el 49% de sus exportaciones se dirigen a aquel país y de allí proviene el 50% de sus importaciones.

Otro factor que influye es que la mayor parte de la inversión extranjera directa proviene de estadounidenses; entre el 2002 y el 2004 se estima que esta osciló entre $400 y $600 millones.

Tras analizar varios centenares de partidas arancelarias y determinar las ventajas o desventajas comparativas de dicho intercambio comercial con Estados Unidos y el mundo, el resultado es que «se lograrían beneficios importantes para Costa Rica con la aprobación del TLC, en razón de asegurar la entrada del 99.8% de la oferta exportable actual de Costa Rica al mercado norteamericano».

El estudio de Aguilar y Carmona indica que «sobre el tema de los productos sensibles para la economía costarricense, en particular aquellos de tipo agropecuario, debe señalarse que este sector ha estado operando en forma desprotegida  desde hace dos décadas, como resultado de la aplicación de las políticas de ajuste estructural y parece difícil su sobrevivencia en el marco del tratado. En ese contexto, este sector de producción -dominado por pequeños y medianos agricultores, con la excepción de arroz- debió haberse dejado excluido del TLC, al igual que hizo Estados Unidos con sus productos sensibles en la firma del NAFTA».



EL IMPACTO



Respecto a la desgravación arancelaria del país, Aguilar detalló que este proceso se inició en 1985 con el primer programa de ajuste estructural, cuando el arancel medio rondaba el 53%. Con la reducción paulatina, en el 2002 bajó al 6%, por lo cual si se aprueba el TLC la merma que habrá que hacer no es relevante desde el punto de vista fiscal.

De los datos recabados para este estudio, se desprende que si el TLC hubiera entrado en vigencia en el 2003, las pérdidas por concepto de derechos arancelarios habrían sumado ¢14.840 millones; por pérdidas fiscales de la ley 6946 (impuesto del 1% sobre importaciones): ¢3.888 millones; por impuestos selectivos de consumo: ¢204 millones; y por impuesto de ventas: ¢1. 986 millones; para un total de ¢20.918 millones.

Para llegar a estos números y conclusiones, los investigadores evaluaron 4.567 partidas arancelarias y su aplicación gradual a lo largo de los 20 años establecidos en el TLC para la desgravación.

Cabe mencionar que el mayor impacto de la reducción en este campo ocurrirá en el primer año de aplicación del tratado, cuando las pérdidas para el fisco rondarán los ¢10.000 millones, que sería el 50% del total previsto. Esta cifra representaría un 1.05% de los ingresos tributarios y un 0.15% del Producto Interno Bruto, para ese año.

La investigación en referencia deja claro que la eliminación de aranceles tendrá un impacto bajo sobre los ingresos fiscales del Estado.

Queda sobre el tapete de discusión la repercusión que esto tendrá en la balanza comercial (importaciones-exportaciones), en las fuentes de trabajo locales, y en la reserva de divisas.

  • Eduardo Ramírez 
  • País
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