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A raíz del acuerdo al que llegó la Organización Mundial de Comercio (OMC) a fines de julio, Costa Rica espera diversos cambios en su comercio agrícola, como mejorar el acceso a mercados de sus productos tropicales, pero también un eventual encarecimiento de sus importaciones, sobre todo de granos.
El 31 de julio, representantes de 147 países lograron desentrabar las negociaciones sobre el comercio mundial y el Consejo General de la OMC firmó un documento en Ginebra, Suiza, donde se acordó que los países desarrollados empezarán a reducir los subsidios que otorgan a su producción agrícola, con el fin de lograr un comercio más equitativo. Como se indica en el texto WT/L/579, «los Miembros convienen establecer modalidades detalladas que aseguren la eliminación paralela de todas las formas de subvenciones a la exportación y disciplinas sobre todas las medidas relativas a la exportación, que tengan efecto equivalente, para una fecha final creíble».
Este compromiso se dio, para algunos, por la incertidumbre que motivan las elecciones presidenciales en Estados Unidos, y también la instauración de una nueva Comisión Europea en noviembre; hechos que podrían estropear el momento para que estos dos grandes bloques se pusieran de acuerdo sobre el tema de los subsidios.
Sin embargo, se sabe que este acuerdo sólo establece un consenso para continuar, aunque quedan fechas y cifras por definir. Los expertos comentan también que aunque los puntos de partida son muy optimistas, las reducciones que finalmente se logran son muy modestas, como sugiere el ejemplo de la Ronda Uruguay.
Para Costa Rica, el paquete de acuerdos significa que habrá apertura para sus productos en los mercados de aquellos países con los que no tiene tratados de libre comercio y, además, que algunas áreas que el país no logró resolver con EE.UU. en el TLC (subsidios a la exportación, reducción de ayudas internas y reglas antidumping), se podrán resolver a través de la OMC.
Así lo explicó a UNIVERSIDAD el embajador del país ante esta organización, Ronald Saborío Soto, quien respondió a las consultas sobre este punto vía correo electrónico.
TROPICALES Y SENSIBLES
Un resultado muy importante para el país es que se acordó la completa liberalización para los productos tropicales, lo cual significa la eliminación de los aranceles y los contingentes para estos productos en los mercados de los países desarrollados.
Costa Rica convocó a nueve países latinoamericanos exportadores de productos tropicales y así se negoció esta propuesta.
Como explicó Saborío, el ejemplo más relevante es el del banano que se exporta a la Unión Europea. Este enfrenta varias barreras que incluso podrían aumentar de los 75 euros por tonelada actuales, hasta 300 euros por tonelada para los países latinoamericanos. Pero con este compromiso se obliga a la UE a abrir el mercado de este producto.
Además del banano, se busca lo mismo para todos los productos en los que Costa Rica es exportador neto: piña, café, flores y follajes, confirmó Tania López, especialista en comercio y agronegocios del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
Otro reconocimiento que destacó López es que los países en desarrollo tendrán la oportunidad de poner en una lista los productos que consideran sensibles para su economía, ya sea por distorsiones en el comercio, por poblaciones asociadas a la producción, o porque tienen mucha importancia en la canasta básica; estos tendrán un tratamiento especial y diferenciado.
«Costa Rica pondría en esa lista arroz o frijoles, granos que importamos, pero en los que tenemos una producción que en determinado momento debemos proteger, y que está bajando», dijo López.
De acuerdo con datos del Programa Nacional de Frijol, de la Corporación Nacional Arrocera, y de la Secretaría Ejecutiva de Planificacion Sectorial Agropecuaria (SEPSA), cada vez se siembra menos arroz, maíz y frijoles. Esto se debe principalmente a la baja de precios en el mercado internacional por el exceso de oferta, a los fenómenos climáticos y plagas y al costo interno de producción (La Nación, 9/8/04).
El arroz pasó de 56.000 hectáreas sembradas en 1998 a 45.000 el año pasado; el frijol de 37.118 en 1998 a 20.267 en el 2003; mientras que el maíz de aproximadamente 14.000 en 1998 a unas 8.000 el año pasado.
Por eso es que se dice que «somos importadores de granos (maíz, frijoles, trigo, arroz y frijol de soya) y exportadores de productos tropicales», afirma López. Y precisamente de ahí la importancia sobre el futuro comportamiento de los precios internacionales en estos productos, a raíz del acuerdo de la OMC.
POSIBLE AUMENTO
Tania López explicó que, en un contexto en el que se eliminen los subsidios, en una primera etapa se podría esperar un incremento de precios, «y que las importaciones que compramos hoy a determinado monto se incrementen porque los precios van a reflejar costos reales y no los que han sido bajados por las medidas de apoyo a la agricultura».
A largo plazo, sin embargo, países como Argentina, Australia u otros productores de granos a gran escala podrían aumentar sus exportaciones y Costa Rica podría importar maíz y trigo no subsidiado a precios mucho más bajos.
Para Saborío, el efecto de la reducción de las ayudas internas y los subsidios a la exportación será que los países en desarrollo podrían competir con los países desarrollados en condiciones justas de comercio. «Los subsidios ya no distorsionarán los precios en los mercados internacionales, lo que le permitirá a productores costarricenses competir en mejores condiciones. Ahora bien, con respecto a los productos subsidiados en el extranjero, Saborío indicó que es posible que la baja de los subsidios aumente los precios.
En el acuerdo también se comprometieron a armonizar las estructuras arancelarias con una fórmula de desgravación que ataque con mayor fuerza los aranceles más altos. Esto porque muchos países desarrollados imponen aranceles muy bajos a los productos básicos y conforme éstos son más elaborados, les imponen más altos.
«Se produce el efecto perverso de estimular a los países en desarrollo a exportar café o cacao en grano, en vez de café con mayor valor agregado como el café soluble o confites o bebidas de chocolate, que son productos con mucho mayores márgenes de beneficio, que normalmente son producidos en los países desarrollados», denunció Saborío.
A pesar de lo positivo del acuerdo, hay medidas que dejan en desventaja a los países en desarrollo y aún no se han corregido, por ejemplo, las que se llaman de «Caja verde», que incluyen la inversión en tecnología.
«Hay una gran disponibilidad de instrumentos donde las asimetrías en países en desarrollo y en países desarrollados son muy notables, como el caso de la tecnología, sanidad, investigación, apoyo a la comercialización. Aquí lo que se trata no es tanto de que los países desarrollados dejen de hacerlo sino que los países en desarrollo vean la urgencia y necesidad de invertir un poquito en agricultura si queremos cambios y mejorar la competitividad», insistió Tania López.
Un punto a destacar acerca de la reunión de la OMC, es el papel que desempeñó la delegación de Costa Rica en varios grupos negociadores con otros países. Algunas de las más importantes alianzas a las que Costa Rica pertenece son el Grupo Cairns, de países exportadores agrícolas; Grupo de productos tropicales; Grupo Colorado, que favorece las negociaciones sobre facilitación del comercio; Grupo de Amigos de las negociaciones Antidumping; Grupo de Amigos de acceso para bienes no agrícolas; y Grupo de Amigos de los temas de Singapur.
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