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América del Sur Se consolida bloque alternativo

El candidato del Frente Amplio-Encuentro Progresista, Tabaré Vázquez, (izquierda) triunfó en las elecciones presidenciales en Uruguay. (Foto AFP)

El candidato del Frente Amplio-Encuentro Progresista, Tabaré Vázquez, (izquierda) triunfó en las elecciones presidenciales en Uruguay. (Foto AFP)
Montevideo, la capital del Uruguay, explotó en triunfo, la noche del pasado domingo 31 de octubre, al confirmarse que el candidato del Frente Amplio, Tabaré Vázquez, superaba la barrera del 50% de los votos en el primer turno electoral.

Miles de personas salieron a las calles, eufóricas e incrédulas, al ver materializado un sueño que ponía fin a más de 150 años de dominio alterno de dos partidos tradicionales, el Blanco y el Colorado, que gobernaron el país prácticamente desde la independencia. Fue en la capital donde se consolidó el triunfo del Frente Amplio, pues más que duplicó los votos de su principal rival, el Partido Nacional o Blanco, mientras los Colorados, actualmente en el poder, quedaban en un lejano tercer lugar, en los peores resultados de su historia.

De ese modo, el mapa político del Mercosur terminó por homogeneizarse. Los cuatro países que lo integran -Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay- cuentan ahora con gobiernos que buscan, cada uno a su manera, nuevas recetas para enfrentar la crisis provocada por más de 20 años de regímenes neoliberales y que se expresa en pobreza y polarización social, por un lado, y el peso de una deuda externa que hace casi imposible atender los desafíos del desarrollo.

No hay duda de que los ojos del continente están puestos ahora en ese escenario, difícil de imaginar hace tan solo un lustro, para ver cómo estos gobiernos resuelven los dilemas a que toda la región está enfrentada.



CON EL FMI



Vázquez anunció que el suyo será un gobierno de cambios. Sin embargo, aun en plena campaña optó por anunciar que el senador Daniel Astori, considerado líder de los sectores más conservadores de la alianza, será el próximo ministro de Economía.

Alejado de Astori durante años por discrepancias políticas, Vázquez viajó con él a Washington, para mostrar a los organismos financieros internacionales que no venía a promover una revolución en el país.

«Vamos a mantener la actual política monetaria y el tratamiento de la deuda. Sería insensato cambiar algo que se ha hecho bien», dijo Astori en reciente entrevista. El gobierno de Batlle reprogramó sus vencimientos con los organismos multilaterales y alentó un canje voluntario de su deuda privada. Vázquez asumirá así con algo de oxígeno, aunque Uruguay debe el 107% de su PIB, se destacó en la prensa.

La nueva versión del Frente Amplio ya no postula romper con el FMI.

«El cambio será a la uruguaya o no será», dijo Vázquez al diario argentino La Nación, en un viaje a ese país, días antes de las elecciones. «Podría leerse un sentido de resignación u otro de madurez en una fuerza donde conviven viejos socialistas, ex marxistas, guerrilleros tupamaros jubilados, ecologistas, sectores minoritarios de tinte radical y hasta un grupo umbanda», señaló el periódico.



CAMBIOS



Mirado en perspectiva, afirmó el periodista y escritor uruguayo Raúl Zibechi en una entrevista concedida antes de los comicios, «creo que en el corto plazo no habrá grandes cambios».

Pero, añadió, «si la izquierda no gana, seguiría la sangría de la emigración, se agravarían los problemas sociales y sobre todo la desesperanza.  No olvidemos que Uruguay es el tercer país del mundo en índice de suicidios y el primero de América Latina».

Los cambios, a corto plazo -agregó Zibechi- «vendrán por el lado de una mejor gestión, más ordenada y transparente, a partir de la voluntad política de distribuir recursos hacia los más pobres, el 30% de la población y el 60% de los niños.  De todos modos, el futuro de un país tan pequeño y tan endeudado dependerá, en gran medida, a mediano plazo, de lo que suceda con los gobiernos de Argentina y Brasil, países de los cuales somos muy dependientes».

Es en el escenario internacional donde se podrían ver orientaciones más novedosas. Por un lado, se estima que Vázquez consolidaría el polo de gobiernos que rechaza el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y buscaría fortalecer el Mercosur.

Restablecería también las ahora rotas relaciones diplomáticas con La Habana, después de la crisis provocada por la decisión del presidente Jorge Batlle de presentar una resolución contra Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, en Ginebra, el 2002.





NÚMEROS DE POBREZA



La principal manifestación de la crisis, como en los demás países de la región, es el deterioro social.

En los últimos cinco años, el número de pobres se duplicó en el país, hasta llegar a casi 850 mil personas, en un país de 3,3 millones de habitantes.

En el 2003, en medio de una crisis profunda, esta cifra se incrementó hasta abarcar un 31,5% de la población, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Este año se estima que el salario real caerá un 0,4 %, después de disminuciones del 10,7 % en 2002 y del 12,4 % en 2003.

Es por eso que Tabaré Vázquez, médico oncólogo, afirmó que el desempleo y la pobreza son los cánceres que afectan el país.

En la misma Montevideo se puede observar la frontera entre dos mundos: uno de pobreza; otro de lujos, según un reportaje reciente del diario argentino Clarín. «Hacia el sur elegante, yacen los lujos importados de la costanera montevideana. Hacia el norte, la cara del desamparo latinoamericano. Es esta brecha la que condensa el desafío más claro del gobierno que surgirá de los comicios del domingo», decía el reportaje.

«Los expertos aseguran que la divisoria tan neta entre el cinturón de barrios pobres del norte y los más ricos del sur se consolidó con la crisis económica de 1982-1984 -provocada por un excesivo endeudamiento y el ahogo a la producción- y empeoró con la última de 2001-2002, atada a la hecatombe argentina. Muchas industrias cerraron -varias asentadas en la periferia capitalina- y el desempleo trepó al 25%. ‘La crisis reciente, sin ser como la de Argentina, determinó un fuerte aumento de la población por debajo de la línea de pobreza. Pasó de 16,7% en 1998 a 30,9% en 2003’, dijo Fernando Antia, un economista de la Universidad de la República».

El resultado económico de este año será positivo. Se estima que la economía crecerá 11 %, una cifra realmente inusual, después de un crecimiento de 2,5 % el año pasado cuando, por primera vez de cinco años, la economía volvió a crecer.

En cuanto a la deuda externa, Vázquez encuentra el país en condiciones favorables, pues renegoció con el Fondo Monetario Internacional (FMI) el calendario de pagos de una deuda de $12 mil millones, que se disparó después de una crisis financiera que representó un retiro de hasta 47% de los depósitos que había en los bancos, en parte como reflejo de la crisis en la vecina Argentina.
 

  • Gilberto Lopes 
  • País
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