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Provocó salida de anterior equipo negociador Manipulación sobre TLC enojó a Pacheco

Fue alertado por equipo social del gobierno sobre negociaciones hechas en forma diferente a lo pactado.

Fue alertado por equipo social del gobierno sobre negociaciones hechas en forma diferente a lo pactado.
Ricardo Toledo, de quien se dice tiene comunicación diaria con el presidente Abel Pacheco, fue uno de los que denunció la manipulación de la que ha sido objeto el TLC.

Poner en riesgo la soberanía del país y sectores clave como la economía y ámbitos sociales relacionados con ella, fue la chispa que hizo reaccionar al presidente Abel Pacheco sobre la forma como negoció el anterior equipo del Ministerio de Comercio Exterior (COMEX) el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Costa Rica y Estados Unidos.
Esta manipulación fue evidenciada por el exministro de la Presidencia y hoy diputado por el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), Ricardo Toledo, a mediados de noviembre anterior.
La denuncia la hizo en la megacomisión que estudia la Ley de Modernización del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) de cara a ese convenio comercial.
Aunque el dato pasó inadvertido por una prensa que se mantuvo presente en el lugar, la información fue dada a conocer a Pacheco con anterioridad por algunos de sus más allegados colaboradores.
 

 
GERMINÓ LA DESCONFIANZA
 
En medio de las tensiones entre el equipo económico y social de este gabinete, más el funcionamiento del equipo negociador en ese momento como una «nación independiente» que llevó la batuta de las negociaciones del TLC, los cambios que desde entonces hacía este grupo no fueron del agrado del presidente.
Desde allí las relaciones entre el entonces Ministro de Comercio Exterior, Alberto Trejos, la Embajadora Especial para las Negociaciones, Anabel González, más sus colaboradores cercanos se deterioraron en forma fuerte, gradual y solapada.
La cuerda se reventó en setiembre del año pasado cuando ellos renunciaron a sus cargos, además de la que fue viceministra del ramo, Gabriela Llobet.
Los roces se evidenciaron más cuando hace un mes trascendió que González visitaba todavía las oficinas del COMEX para conversar aspectos del TLC con parte de su anterior equipo de trabajo.
Esto fue visto con muy malos ojos por parte del presidente, quien salió a la prensa a decir que era un hecho poco conveniente, a la vez que nombraba al sucesor de Trejos, Manuel González.
Al mismo tiempo, surgieron rumores sobre tensiones entre el nuevo ministro y algunos negociadores del tratado, quienes eran de enorme confianza para Alberto Trejos y Anabel González.
De allí nació la renuncia de Fernando Ocampo, quien llevó las negociaciones en Propiedad Intelectual.
Posteriormente, el mismo Pacheco, la nueva viceministra Amparo Pacheco y Manuel González salieron a aclarar que se superaban viejos escollos.
No obstante, el nuevo jerarca enfatizó en que «el cementerio está lleno de personas indispensables» en abierta alusión a los nexos que recién mantuvo González con su antiguo equipo negociador.
 
NO LO NIEGA
 
Consultado sobre su anterior denuncia, uno de los más allegados de Pacheco, Ricardo Toledo, no negó ni aceptó las aseveraciones que constan en actas de la Comisión de Asuntos Sociales de la Asamblea Legislativa.
Simplemente se limitó a sonreír luego de la consulta hecha en un receso de la sesión parlamentaria del jueves 3.
Pero la sonrisa se desdibujó del rostro del mandatario cuando confirmó sospechas de lo que traduciría como una traición a muchos de los términos en que se negociaron temas muy delicados como las telecomunicaciones, los seguros, la energía y la potestad que una nación como Estados Unidos puede disponer de la territorialidad costarricense.
Su preocupación creció cuando puso atención a las declaraciones del expresidente del Instituto Nacional de Seguros (INS), Germán Serrano, cuando dijo a este semanario que se habían negociado en forma inadecuada la forma en que las compañías estadounidenses trabajarían en el país.
Incluso, se especula que el mismo Serrano habló el tema personalmente con el mandatario.
También se supo que parte del equipo social puso el grito al cielo con varios temas que afectaría a la población costarricense. Entre algunos que conforman este equipo se cita a la Vicepresidenta de la República, Lineth Saborío; a la Ministra de Salud, María del Rocío Sáenz y al entonces presidente de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Eliseo Vargas.
También se habría sumado a este grupo el Ministro de Vivienda, Helio Fallas. Sin embargo, este jerarca, mediante su asesor de prensa, Rónald Espinoza, dijo que nunca había tenido un acercamiento de ese tipo con el presidente.
 
DEMASIADA CONFIANZA
 
Los anteriores negociadores fueron muy hábiles. Dijeron en las primeras etapas de negociación con el istmo y Estados Unidos que los temas más sensibles para Costa Rica no serían tocados como el de telecomunicaciones, energía y seguros. Para entonces, la discusión en la prensa estaba centrada en el impacto del TLC en la agroindustria y el sector textil.
Pero Peter Brenan, el entonces agregado comercial de la Embajada de los Estados Unidos, reconoció por primera vez a la opinión pública -mediante este semanario- que esos tópicos sí serían discutidos porque eran de gran interés para su país.
Luego vinieron otros hechos como la inclusión en la «Lista nacional de medidas disconformes» de una serie de decretos derogados por el Instituto Costarricense de Pesca y Agricultura (INCOPESCA), que compromete la soberanía pesquera y marítima del país.
Incluso, sobre el acceso a la territorialidad de Costa Rica y lo que de ella se pueda negociar, se incluye en el último borrador del TLC a la Isla del Coco, algo de lo que los ecologistas más alertas habían advertido desde hace meses y que efectivamente sucedió.
Desde los primeros roces hasta la salida del equipo estrella del COMEX el manejo de la «agenda paralela» entre ese ministerio y la Casa Presidencial, más las múltiples contradicciones que la prensa cuestionaba, no se hicieron esperar. Hasta que sucedió el estallido final.
Desde entonces el mandatario se ha dedicado a estudiar con más detenimiento el texto final del tratado y habla cada vez con mayor énfasis sobre la necesidad de hacer un referendo popular para que la gente opine si es conveniente que el país vote a favor del Tratado.
También eso explica por qué su insistencia en supeditar el envío a la Asamblea Legislativa hasta tanto no se apruebe el plan de reforma fiscal.
El Movimiento Libertario (ML) insiste en que se tramite el acuerdo comercial que considera sería un motor de desarrollo nacional. De hecho, en un comunicado de prensa calificó de «obstinada y poco visionaria» la posición del presidente sobre el tema.
La cúpula empresarial costarricense también le pidió el pasado 20 de enero a Pacheco que envíe a la Asamblea en los siguientes 60 días el proyecto, como ya lo hizo El Salvador, mientras los demás ya tienen el texto del TLC en discusión en sus respectivos parlamentos.
En sentido contrario, el Partido Acción Ciudadana (PAC) alertó sobre el hecho de que la secretaría del directorio legislativo le recibiera al ML el proyecto del tratado y lo asignara con el número de expediente 15.805.
En una enérgica carta enviada la semana anterior, la diputada Epsy Campbell del PAC le comunicó a Pacheco sobre este hecho considerándolo como peligroso, cuando se sabe que quien tiene la única potestad constitucional para enviar un proyecto en periodo extraordinario es el Poder Ejecutivo.

  • Fernando López González 
  • País
Seguro Social
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