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El mecenazgo artístico

Los mecenazgos artísticos se practicaron por los faraones egipcios, los romanos, los Médicis, los papados y la sociedades modernas. Las personas millonarias o los estados económicamente a un determinado grupo o persona y se los catapulta hacia el estrellato y la fama. Los pueblos necesitan héroes y tienen los mecanismos para crearlos.

Los mecenazgos artísticos se practicaron por los faraones egipcios, los romanos, los Médicis, los papados y la sociedades modernas. Las personas millonarias o los estados económicamente a un determinado grupo o persona y se los catapulta hacia el estrellato y la fama. Los pueblos necesitan héroes y tienen los mecanismos para crearlos.
Costa Rica no es la excepción y en el arte se han beneficiado unos pocos artistas, a quienes se les han asignado monumentos y encargos con el dinero de todos los costarricenses; sin haberse observado los parámetros legales que demandan una licitación pública abierta, sin el menor velo de corrupción.
De ese modo se han financiado proyectos millonarios, algunos para el extranjero, soslayando casi siempre, la Ley de Contratación Administrativa y sus reglamentos; cosa desleal para la mayoría de creadores, que de un modo injusto y arbitrario, son excluidos «a priori» en un país de derecho cuya constitución garantiza la igualdad. (véase desde el Monumento a las Garantías Sociales, hasta el reciente monumento a Debravo, en Turrialba).
La Municipalidad de San José, para citar un ejemplo, con el deseo de embellecer la ciudad capital, ha colocado, en lugares estratégicos, obras de algunos escultores cuyo proceso de selección es desconocido en un medio donde no existe inopia…
Se supone que dichas obras cuentan con el aval de las autoridades de cultura, garantes del aspecto estético aunque algunas denotan visibles carencias en ese rubro. Pero una competencia sana y abierta, sin miedo, no sólo esclarecería el velo de misterio que rodea la contratación de esas obras, sino que enriquecería la experiencia, permitiendo una verdadera selección de la obra a adquirir.
Tristemente, sin un ministerio que defienda la igualdad de oportunidad para todos los creadores nacionales y sin artistas capaces de hacer valer sus derechos ante los medios legales competentes (¿Ministerio de Cultura? ¿Sala Cuarta?), la tónica de la «dedocracia» seguirá imperando en los mecenazgos estatales. Los jerarcas de la Municipalidad capitalina anunciaron que se erigirá una estatua en la catedral metropolitana, en memoria del papa Juan Pablo II y que, por unanimidad, sus miembros designaron (apresurada e irreflexivamente) al escultor para dicho encargo…¿Y la ley de Contratación Administrativa?… ¿Y el respeto a los demás profesionales hacedores de cultura?  Nadie puede esperar que sea el favorecido quien por solidaridad hacia sus compañeros de lucha, solicite la «arena» de una licitación pública, cosa que, dados sus méritos, podría resultar más sano para su currículo, pues entre más ardua la lucha más glorioso el triunfo y un convite abierto despejaría dudas y recelos…
Nunca es tarde para cambiar los hábitos insanos si hay voluntad y amor por la transparencia. Costa Rica: país pequeño, cuenta con gente noble y sensata la que la hacen grande y única. Luchando por los principios de solidaridad humana cayeron muchos abuelos; pero plantaron la semilla de la justicia y la democracia que sostienen su paz. ¡Es hora de abonarla! ¿Mecenazgos? Sí, pero despolitizados, sin compadrazgos, alegres, abiertos y justos…

  • Domingo Ramos A.
  • Opinión
DemocracyGarantías Sociales
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