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Tras tirarse Ricardo Toledo a las aguas electorales, el oleaje se está llevando a militantes del PUSC.
El electorado socialcristiano inicia una diáspora en busca de otras opciones partidistas.
Si las acusaciones de corrupción contra dos de sus ex presidentes ya habían debilitado al Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), la elección de Ricardo Toledo como candidato presidencial no solo favorece claramente a Óscar Arias, aspirante del Partido Liberación Nacional, sino que ha contribuido a atomizar aún más las filas mariachis.
En esto coincidieron fuentes del PUSC, quienes también lamentaron que desde otras opciones políticas, como el Partido Acción Ciudadana (PAC), se esté cediendo el terreno público al candidato liberacionista quien, por lo demás, lleva la ventaja de aparecer en la «cartilla histórica» de escuelas y colegios por su condición de haber recibido, en la década de los 80, el premio Nobel de la Paz.
«La aparición de Toledo al frente de los socialcristianos ha provocado un abandono de filas rojiazules. Más del 50% de votantes aún no se define y la oferta electoral es variada como nunca antes en la historia democrática costarricense, lo cual favorece a Arias. Increíblemente, don Ottón Solís insiste en bajar el diapasón de la campaña», dijo una fuente que pidió no ser identificada.
Agregó que después de la conflictiva designación de Toledo como candidato por la Asamblea de su partido, las filas del PUSC se mueven en direcciones diversas.
El expresidente Rafael A. Calderón, cuyo interés era colocar «centuriones» suyos que lo defendieran desde curules parlamentarias, ha comenzado a recomponer las fuerzas del PUSC «para que su victoria en la Asamblea del partido -haber colocado su lista de candidatos- se consolide en las urnas nacionales y no sea, efectivamente, pírrica.»
Por otro lado, la diáspora post-Toledo corre en varias direcciones: «Los partidarios del libre mercado y empresarios neoliberales manifiestan que darán su voto al arismo. Los sectores socialcristianos jóvenes, con sus viejos líderes, migran hacia el PAC. Los calderonistas no tradicionales, que se identifican con Calderón Founier, pero que no son de la vieja guardia, y los rodriguistas, buscan, unos al PAC, otros al Unión Nacional, de Echandi, y otros todavía, al Movimiento Libertario. Por último, los calderonistas tradicionales o de la vieja escuela, y aquellos a los que nunca les cae la peseta, seguro se mantendrán en la base socialcristiana, en tanto Pacheco no los siga golpeando, como hasta ahora, y Calderón siga siendo su líder indiscutible. Miguel Ángel Rodríguez, más preocupado de sus problemas personales, casi no pesa en estas decisiones, al menos por ahora», dijo.
A lo anterior, otra persona, también socialcristiana, sumó las aspiraciones de la actual presidenta del PUSC, Lorena Vásquez, quien durante una reciente reunión en un restaurante, habría anunciado que ella será la candidata presidencial socialcristiana en el 2010.
Pero sus aspiraciones chocan contra lo que esta fuente calificó como «un sentimiento de lo más amargo que puede haber», en las filas del PUSC, contra ella y el secretario general de la agrupación, Jorge Eduardo Sánchez, por su reciente actuación en la Asamblea partidaria, y porque «ninguno de los dos sale a defender al partido de los ataques que está recibiendo.»
Relató que con posterioridad a la Asamblea, en Alajuela «la gente no aceptó que Vásquez llegara a una reunión partidaria», y los militantes de esa provincia estudian la posibilidad de impugnar los resultados a partir de invocar la transgresión de los Estatutos de su partido, según los cuales ninguno de los dos sexos debe superar el 60% de los puestos elegibles.
Agregó que también en San Carlos «los candidatos perdedores buscan impugnar los resultados porque dicen que se violó el reglamento interno.» Adicionalmente, «nadie da un cinco a cuenta de los bonos de la deuda política socialcristiana», se lamentó.
«ES POSIBLE DERROTAR A ARIAS»
En este contexto, ¿qué pasa con el PUSC del candidato Toledo? «A nadie le importa lo que signifique Toledo -dijo la primera fuente-. A Óscar Arias menos, salvo que le mantenga calmada a la oposición rojiazul, y en todo caso lo tiene amarrado con el pacto de gobernabilidad. Para Calderón es un estorbo, como ya se comprobó, cuando creyó que podía imponer su propia lista de diputados y su renuncia a la candidatura, fácilmente revocable. Más bien, el abandono de las filas que está provocando, perjudica la votación para diputados, que interesa sobremanera a Calderón. A Gerardo González tampoco le importa pues ya logró lo que quería, ser reelegido como presidente de la Asamblea, a pesar de que esto fue posible tras la gestión de Toledo para que Pacheco y Arias pactaran», afirmó.
Agregó que existe una importante fuerza moral en el PUSC, para la cual «las conquistas sociales, logradas a costa de tantas luchas, antes del 48, con la huelga de brazos caídos, y después, que le han costado tanta sangre al pueblo costarricense, no se pueden entregar así nomás.»
«De hecho, antes de la Asamblea del partido, un grupo de dirigentes, incluyendo unos cuantos diputados, entre ellos Víctor Morales, Juan Rafael Lizano, Mario Redondo y el mismo Ricardo Toledo, se habían reunido para impulsar la candidatura de Germán Serrano Pinto, pues en su concepto, compartido por Calderón, era la única carta de triunfo que tenía el partido para derrotar a Arias», dijo.
Sin embargo, contra el lanzamiento de Serrano pesaron varias cosas: su oposición al Tratado de Libre Comercio con EE.UU (TLC), tal y como está negociado, el hecho de que el ex presidente Calderón no podía contar con su incondicionalidad, pues si bien Serrano reconoce ser su amigo, también hizo saber que son los tribunales de justicia quienes deben decidir sobre su inocencia o culpabilidad y, finalmente, el propio desánimo del ex presidente Ejecutivo del Instituto Costarricense de Seguros, ante las acusaciones por corrupción de que era objeto el PUSC.
«Toledo nadaba entre las diversas aguas esperando el momento de sacar provecho y tratando de convencer a Pacheco -quien también respaldó inicialmente a Serrano-, de que su candidatura -la de Toledo- era posible. Sabía que no podría ganarle internamente a Serrano ni externamente a Arias, pero que así se saltaba varios peldaños en su carrera política, para procurar la Presidencia en el 2010 o después, pues es joven aún y muy ambicioso. Y trataría de obtener algún beneficio de los hermanos Arias por su servicio y en todo caso, tendría acceso a la deuda política, lo que pareciera que va a lograr desde la Asamblea Legislativa, con el concurso del PLN», opinó.
La fuente recriminó al PAC, y en particular a Ottón Solís, por no salir desde ya, a la escena pública, y de esta manera dejar que el candidato liberacionista siga sacando ventaja. «¿Qué esperan para calentar la campaña?», preguntó.
Agregó que incidir con fuerza en el espacio público y el logro de una alianza opositora «anti-arista», sería un factor decisivo para atraer el apoyo de importantes líderes socialcristianos y de los votantes rojiazules que se resisten a «echar por la borda el Estado social de derecho».
Agregó que no sería la primera vez en la historia electoral del país en la cual un contendiente con fuerza moral logre derrotar a un candidato «supuestamente vencedor»; y puso como ejemplo la «feroz campaña» de 1966, entre Daniel Oduber y el profesor José Joaquín Trejos, elección que el segundo ganó por un estrecho margen de 4.300 votos.
«Si finalmente se agita la contienda electoral, con el TLC y la seguridad social, los nuevos impuestos y la pobreza extrema, entre otros temas que prenden fuego, ¿se atreve alguien a vaticinar el resultado?», concluyó.
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