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Admisión a la UCR Docentes asustan a colegiales

En el 2002, de 82 colegios públicos del país  no logró ingresar  nadie a la UCR.

En el 2002, de 82 colegios públicos del país  no logró ingresar  nadie a la UCR.
Quienes proceden de colegios privados y son varones tienen mayores probabilidades de ingreso a la UCR, gracias al examen de admisión.
Durante el taller realizado por el Consejo Universitario (CU), sobre responsabilidad social y políticas de admisión de la UCR, la semana pasada, salieron a relucir muchas cosas, entre ellas la denuncia de que el personal de la Universidad que se desplaza a los colegios de secundaria a atender el examen de admisión asusta a quienes lo aplican.

Así lo planteó Ernestina Aguirre Vidaurre, representante de los colegios profesionales ante el CU, quien dijo que quienes van a las distintas zonas del país a aplicar el examen son «tan rígidos que provocan miedo», por lo que el estudiantado pide que «se le permita al profesor guía del colegio estar presente en el aula durante el examen», aunque no lo dejen decir  nada.
 

También refirió, como otro problema que puede influir en los resultados de los exámenes de admisión, la hora tan rígida que se aplica en cuanto a la entrada a las instalaciones del colegio donde se va a aplicar el examen, que es a las 7 a.m., sin considerar la situación de los lugares alejados, donde hay estudiantes que tienen que viajar 3 horas para llegar al colegio asignado.

Relató que ella desde que conoció de esas situaciones, en una evaluación realizada hace unos años, se pone nerviosa cuando asiste a cuidar exámenes de admisión, pues le preocupa asustar al estudiantado que le toca atender, por lo que debería capacitarse en ese aspecto al cuerpo docente.

En el taller se anunció que el Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP), responsable de manejar las pruebas de admisión, capacitará al cuerpo docente de las sedes regionales para que preparen al estudiantado de la zona  para la prueba de admisión.

Este fue organizado por la Comisión de Política Académica del CU, coordinada por Víctor Sánchez Corrales, para propiciar el análisis del sistema de admisión de la UCR, sobre el cual dicha comisión conoce del Plan de Acción presentado  el año pasado por el rector de entonces, Gabriel Macaya Trejos, denominado «Revisión y replanteamiento integral de los mecanismos vigentes  para la admisión e ingreso a carrera a la UCR», del cual fue entregada una copia a quienes participaron en el taller (integrantes del CU, autoridades universitarias y equipo técnico del IIP).

Además, en el 2004 dicho Consejo aprobó dos políticas sobre el proceso de admisión; una respecto a continuar con el análisis de la pertinencia de los criterios de admisión y la otra referente a reforzar sus acciones, sobre la base de criterios de equidad, para fomentar el ingreso de estudiantes con talento, de los estratos socioeconómicos menos favorecidos y provenientes de instituciones  que históricamente han demostrado un bajo ingreso a la UCR.

Sánchez, durante la inauguración del taller,  hizo referencia a que el  VI Congreso Universitario aprobó dos ponencias sobre admisión; una de ellas es sobre la necesidad de una revisión y replanteamiento integral de las políticas para cuyo efecto el Consejo Universitario nombró una comisión especial. La otra plantea elaborar políticas de admisión sobre la base de  la situación contextual y la equidad social, cuya discusión era el objetivo del taller.



EQUIDAD SOCIAL



Patricia Ruh  Mesén, jefa del Centro de Orientación Vocacional de la UCR, durante las conclusiones del taller, dijo que si no se resuelve de antemano el tema de la equidad en el acceso a la UCR  «no vamos a avanzar, pues es  punto de partida para llegar a la toma de decisiones en términos de admisión e ingreso».Agregó que no puede ser que haya gente que nunca podrá entrar a la UCR.

Monserrat Sagot Rodríguez, representante ante el CU por el Área de Ciencias Sociales, agregó que en el 2002, «de 82 colegios públicos del país  no logró ingresar  a la UCR ninguno de sus estudiantes».

Propuso tomar al mejor estudiante, de los colegios más rezagados y permitirles el ingreso a la U, con un programa de apoyo que los nivele académicamente y les ayude económicamente, para revertir  la inequidad social que han padecido, «la cual solo se combate con medidas de esta naturaleza;  y ver qué ocurre».

Agregó que la UCR tiene una responsabilidad mayor al simple ingreso y permanencia. «Para la población más pobre es totalmente mentira su posibilidad de ingreso a la educación, la cual para ella no está sirviendo como motor de desarrollo y movilidad social».

En el Plan de Acción  presentado por Macaya, se plantea que la equidad social  se puede equiparar con justicia, pero en términos de la solución justa a un caso concreto. «Se puede requerir de una distribución desigual para llegar al criterio de equidad social, pues este implica tener en cuenta las diferencias y evitar que se transformen en manifestaciones de exclusión social» (pág.1).

Mientras que igualdad «significa tratar a iguales como iguales y a desiguales como desiguales, no puede pretenderse un trato igual cuando las condiciones o circunstancias son desiguales» (pág 2).

Por su parte, Juan Diego Trejos, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIE), refirió que el 45% de quienes ingresaron a la UCR en el 2004 pertenecían al 20% de las familias más ricas del país y procedían de colegios privados.

Tirza Bustamante del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS), al comentar el panorama de desigualdad del sistema educativo presentado por Trejos, dijo que «se está desgarrando el tejido social».  Manifestó que la UCR tiene, en buena medida, la responsabilidad  de la formación de docentes y una muy grande es coadyuvar  en la reversión de las brechas educativas y sociales.



LOS PUBLICOS EN DESVENTAJA



Margarita Mesenguer, representante ante el Consejo Universitario por las  Sedes Regionales, denunció que además de las brechas socioeconómicas y educativas, quienes hacen la secundaria en colegios públicos deben enfrentar otras desventajas, pues en los privados se usan una serie de mecanismos -como ponerles un trabajo final- para subirle al estudiantado el promedio académico, pues este representa un 50% de la nota de admisión y el examen el otro 50%.

Warner Carvajal, jefe de la Oficina de Registro, dijo que a la UCR ingresan un 75% de quienes proceden de los colegios privados y solo un 25% de los públicos, pese a que la población de estos que concursa es muchísimo mayor.

Pero, datos ofrecidos por  Ileana Montero Rojas y  Jeannette Villalobos Palma del equipo técnico del IIP, basadas en los resultados de un estudio realizado en el 2002 con la población del 2001 que participó en el proceso de admisión a la UCR, el 77,6% provenían de colegios públicos  y un 22,4% de los privados, aunque los primeros tienen un promedio en el examen de 46,19 y los segundos de 57,29 por lo que  ingresaron en mayor porcentaje  a la UCR

Informaron que las provincias con promedios más bajos de admisión son Puntarenas, Limón y Guanacaste, precisamente las zonas de mayor pobreza del país.

En cuanto a género, de los  16.302 estudiantes elegibles,   7.955 eran hombres y 8.350 mujeres, pero el promedio del examen de admisión fue mayor  (52.12%) para  los varones que para ellas (45.77%), quienes presentan los mejores promedios académicos (81.78% a 80.61%). Por tanto, ingresan a la UCR más  hombres (51.33%) que mujeres (48.77%), aunque ellas tienen mejor rendimiento académico en la UCR.

Esto deja claro que hay un foco de inequidad  en los indicadores de género respecto al ingreso a la UCR, pues  los hombres tienen más posibilidades de acceso, así como  quienes proceden de los colegios privados.

Luis Bernardo Villalobos enfatizó que el examen de admisión lo que plantea es un modelo discriminatorio para ingresar a la Universidad y planteó la necesidad de ver cuál es la lectura  que se está haciendo, desde afuera hacia adentro, con respecto  al sistema de admisión de la UCR, «pues ésta podría arrojar información muy valiosa».

Agregó que ante los datos presentados en el taller «surge la necesidad de contar con un sistema de información más preciso, respecto a la admisión e ingreso a la institución». Afirmó que se requieren investigaciones más dirigidas para, por ejemplo, poner algunos indicadores en sintonía con otros que «nos permitan hacer un adecuado análisis del contexto».

  • Lisbeth Huertas Jiménez 
  • Universitarias
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