Se discute en la Comisión de Asuntos Sociales el proyecto de una nueva Ley General de Salud. Este es un proyecto trascendental, que se hace necesario en la Costa Rica del siglo XXI a la luz de la evolución de las ciencias. Probablemente es el proyecto más importante que se discute en la Asamblea Legislativa y el que mayor impacto tendrá sobre un número más grande de costarricenses. Sin duda, la nueva ley está llamada a marcar el norte para el desarrollo del sector salud en los próximos 30 a 50 años.

El proyecto en discusión mantiene los aspectos rescatables de la ley actual en términos del modelo de salud basado en la solidaridad, pilar del Estado y de la paz social que disfrutamos, pero a la vez mejora la legislación vigente en tres aspectos básicos que -desde la perspectiva biológica- quisiera rescatar:

– La referencia al ambiente como parte indispensable en la construcción de la salud. Los modernos conceptos sobre el papel de la salud ambiental en función directa y recíproca con la salud humana han impregnado este proyecto desde el primer artículo, lo cual efectivamente es un acierto.

– Es trascendental la asignación con carácter obligatorio al Ministerio de Salud, de definir políticas nacionales en investigación en salud. Ningún país del primer mundo carece de políticas claras en este sentido, en tanto que investigar nuestros problemas de salud es el único camino que nos permitirá llevar a Costa Rica a un desarrollo sostenible en esta área.

– Es de suma importancia que la legislación no sea un obstáculo a la incorporación de los avances de la ciencia, máxime cuando estos son beneficiosos para amplios sectores de la población. El sistema de salud costarricense debe estar abierto a la evolución de las ciencias, y hoy día esto es particularmente cierto en lo referente a la biología molecular, la biotecnología, la genética humana y la genómica.

Algunas aplicaciones de la genética humana operan ya como una realidad cotidiana en nuestro país, sin una adecuada y completa regulación jurídica, dejando en una situación de indefensión y vulnerabilidad tanto al paciente respecto de sus derechos, como al profesional de la salud respecto de su responsabilidad. Además, en nuestro contexto, la ley vigente ha hecho imposible la integración del biólogo genetista dentro del sistema de salud. Así, en la CCSS no trabaja ningún biólogo y eso significa que muchos diagnósticos que ya se podrían estar haciendo, sencillamente no se están haciendo por falta del elemento humano, a pesar de que se cuenta con los equipos necesarios. Los avances en tecnología del ADN logrados en las universidades públicas tardan más de 10 años en llegar a CCSS, aunque la sobrevivencia y la calidad de vida de muchos pacientes se ve disminuida respecto a nuestras posibilidades.

En el ámbito mundial esta ciencia está jugando un importante papel en el diagnóstico y pronóstico de enfermedades hereditarias y multifactoriales, al mejorar los tratamientos y al permitir diagnosticar en forma más temprana algunas de las patologías genéticas, como por ejemplo los distintos tipos de cáncer. Se prevé que la genética humana y la genómica jugarán un papel aun más activo en el futuro próximo. En este sentido, el nuevo proyecto regula en forma adecuada esta materia, y es clarividente al garantizar el derecho de los costarricenses a tener acceso a los avances en materia de genoma humano.

Esperamos que la Asamblea Legislativa sepa dotarnos pronto de una Ley General de Salud a la altura de los tiempos, que promueva y proteja la salud del pueblo costarricense. En tanto, debemos felicitar a los promotores de este sobresaliente proyecto de ley.