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Consejo Universitario Aprueban lineamientos sobre salud

La UCR deberá fortalecer gestión de riesgo y un manejo adecuado de desechos

La UCR deberá fortalecer gestión de riesgo y un manejo adecuado de desechos
La iniciativa del Consejo es contar con una Universidad sana, constituida por edificios y ambientes saludables para beneficio de la comunidad universitaria.

La Universidad de Costa Rica (UCR) deberá crear una unidad de salud ocupacional para atender al personal y la población estudiantil, así como implementar un programa permanente de vigilancia epidemiológica e incorporar la salud ocupacional en los programas de estudio en  forma transversal.
Esto es parte del acuerdo del Consejo Universitario, dado el 8 de setiembre, en la cual fueron aprobados 23 lineamientos generales en materia de salud ocupacional y dos específicos. Estos deben fundamentar  y  orientar la gestión de en el campo de la salud ocupacional institucional.
Uno de los puntos específicos dice que la UCR «debe contar, a la brevedad posible, con una unidad que se encargue de atender la salud ocupacional de la comunidad universitaria, para que por su medio, la institución cumpla como patrona y con la población estudiantil en esta materia y  se constituya en unidad ejecutora del presupuesto destinado a este fin».
 
 
Dicha unidad debe ubicarse en la Oficina de Bienestar y Salud, contar con los recursos necesarios para garantizar el cumplimiento de sus funciones y desarrollar acciones en el marco del Sistema de Atención Integral de la Salud para la Comunidad Universitaria (SAIS) que se implementa actualmente. Esa instancia  debe ser descentralizada en  cada sede y recinto regional.
El segundo lineamiento específico estipula que la UCR debe integrar las acciones en salud ocupacional, las de su gestión en materia de riesgo y resolución de desastres, bioseguridad e higiene ambiental,  en el marco del SAIS.
Para la implementación de los puntos generales y específicos aprobados, la Rectoría realizará las acciones necesarias, pues esto es parte del acuerdo del Consejo, según lo explicó su directora, Jollyanna Malavasi Gil.
Por su parte, las vicerrectorías deben fortalecer el componente de la salud ocupacional en las actividades académicas, en el campo de la docencia, la investigación, la acción social, la capacitación y formación continuas y la administración académica.
Además, se debe propiciar espacios para el desarrollo de estilos de vida saludables, minimizar los riesgos ocupacionales e incorporar la discusión y el desarrollo de los temas de salud ocupacional en sus acciones administrativas y actividades académicas, culturales, deportivas o administrativas para el beneficio de la comunidad universitaria.
Así mismo, tener un programa de vigilancia epidemiológica permanente, actualizado y oportuno en el marco de la salud ocupacional.
De igual forma, tendrá que fortalecer la comisión institucional y  los comités de salud ocupacional en los centros de trabajo y estudio, con miras a una construcción colectiva del proceso y a una participación representativa de los diferentes estamentos universitarios en los procesos de salud, por ser las instancias más cercanas al personal administrativo y a la población estudiantil.

CAPACITACIÓN

La Universidad también debe diseñar un programa de capacitación en salud ocupacional, que contemple aspectos básicos y especializados en este campo, aplicables en los procesos de inducción y de educación continua de quienes participan en el quehacer universitario y nacional, que considere dichas aplicaciones en las actividades institucionales y en lo relativo a las profesiones y artes que se enseñan en esta casa de estudios.
Igualmente debe desarrollar con un énfasis mayor actividades deportivas, recreativas y culturales para la comunidad universitaria, elementos que coadyuvan con el bienestar y el desarrollo de destrezas, así como con un mejor desempeño de las personas, pues propician mentes y cuerpos sanos y por tanto una mejor calidad de vida.
Otra tarea será elaborar, desarrollar y evaluar en forma continua, un plan institucional en salud ocupacional que sea equitativo, solidario, ético, de calidad, con inclusión social, permanente y sostenible. Pero además  que responda con eficiencia y eficacia a las necesidades personales, académicas, profesionales o laborales de la comunidad universitaria y cumpla con la normativa vigente.
Todo ello enfocado a una disminución de la vulnerabilidad de su población, a través de una acertada gestión del riesgo y de la utilización de tecnología apropiada, con énfasis en un enfoque de género, de derecho  y de participación social; por lo que se debe considerar la interrelación de los distintos factores biológicos, ambientales y socioculturales que influyen en la condición de salud de la comunidad universitaria.
Paralelamente a la capacitación, se debe investigar, conocer, prevenir y aminorar los riesgos en la institución, así como reconocer su peligrosidad y efectos sobre las personas expuestas a ellos y sobre el ambiente, lo que redundará en protección para la población universitaria durante el desempeño de sus labores y en ahorro de recursos personales, institucionales y estatales.

HIGIENE AMBIENTAL

Por otro lado, se debe reforzar la vigilancia y desarrollar un plan intensivo y continuo de higiene ambiental, dirigido a la detección, atención y prevención de enfermedades ocupacionales o ambientales, así como al mantenimiento de las instalaciones y exteriores, y a un correcto manejo de materiales y desechos,  para contar con una Universidad sana, constituida por edificios y ambientes saludables.
La UCR tiene que  hacer mayores esfuerzos en dotar del equipo necesario y dar el mantenimiento adecuado a los laboratorios de docencia o investigación, así como velar por los diseños y ejecución de todas las prácticas, respetando la materia de salud ocupacional, con el fin de promover un aprendizaje «sin riesgos» y en un ambiente seguro.
Para ello se deben utilizar materiales de construcción o de estudio, no contaminantes, y procurar una efectiva sustitución de productos problemáticos por otros adecuados, así como  manejar correctamente los materiales, basura, desechos biológicos y hospitalarios, no biológicos, sólidos, líquidos o gaseosos. Igualmente,  vigilar el estado saludable de todos sus inmuebles e instalaciones y áreas al aire libre,  para lo que impulsará el plan institucional de bioseguridad e higiene ambiental,  en el marco del SAIS.
La propuesta de los lineamientos generales y específicos en materia de salud ocupacional, fue elaborada por la M.Sc. Jollyanna Malavasi Gil, quien  coordinó la comisión especial nombrada por el Consejo Universitario en febrero de 2000,  cuyo informe fue presentado en febrero de 2003, fecha en que se encomendó la redacción de los lineamientos a Malavassi.

  • Lisbeth Huertas Jiménez 
  • Universitarias
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