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Aseguran que competencia con el ICE debe darse en absoluta transparencia y no hacer una apertura a la fuerza.
El hombre más poderoso de los negocios en Latinoamérica, Carlos Slim, tendría una incursión polémica en el país si se decidiera a hacer alianzas estratégicas, según manifestaciones de representantes políticos y sociales
«Sobre las reuniones que usted me manifiesta, supongo que se dan, pero sé que el presidente Abel Pacheco nunca estaría en la posición de poner en riesgo al Instituto Costarricense de Electricidad (ICE)», aseguró la jefa de la fracción socialcristiana en el parlamento, Lilliana Salas, al referirse a la eventual participación empresarial del magnate mexicano Carlos Slim en el país.
Algunos rumores en corrillos legislativos aseguran que la Ley de Fortalecimiento del ICE enviada hace dos semanas por el Poder Ejecutivo a la Asamblea Legislativa contiene algunos sutiles portillos para una eventual «corporativización» o privatización de la entidad.
Esto con el objetivo de que al país puedan entrar a competir sin regulaciones importantes empresas de telecomunicaciones, entre las que estarían la poderosa empresa mexicana TELMEX de Slim.
Pero Salas considera que «el ICE es una institución fundamental para este país. (…) El compromiso que tiene esta bancada y el presidente Pacheco es medular: que el instituto se fortalezca».
Dijo que se reunirían con el presidente de esa entidad, Pablo Cob, para revisar el nuevo proyecto de ley con el objetivo de que no hubiera dudas por parte del sector sindical o de cualquier otro.
«Me parece que la actitud de los sindicatos, en cuanto a su vigilancia del proceso, es positiva y como costarricenses no debemos estar preocupados de que estas manifestaciones se den», precisó.
Al consultarle si le parece extraño que al preguntarle UNIVERSIDAD al presidente si conocía a Slim y que dijera hace dos meses que no, cuando el multimillonario es ampliamente conocido en Latinoamérica, la jefa de los diputados socialcristianos aseveró que «no me toma por sorpresa que el mandatario diga que no lo conoce. Una cosa es no conocerlo y otra es nunca haber oído hablar de él».
Amplió que «los que medianamente leemos sabemos quién es. Tal vez el presidente dijo no conocerlo en el sentido de que tenía una relación de amistad con él».
ESTAR ALERTA
«El señor Slim es uno de esos multimillonarios cuya riqueza ofende a un subcontinente donde la desigualdad social tiene los más altos índices mundiales negativos en todo. Efectivamente es la privatización de Teléfonos de México (TELMEX) lo que disparó la fortuna de Carlos Slim Helú», manifestó Humberto Arce, de Unión Patriótica (UP).
Este legislador dijo que le tocó vivir en México desde 1994 a 1997 cuando se dio «uno de los procesos más impresionantes de concentración de la riqueza al amparo de la entrada en vigencia del TLC mexicano, y de las privatizaciones del señor Salinas».
Añadió que «el señor Slim es el prototipo de una falsa modernización del empresariado latinoamericano, porque son fortunas amasadas a expensas de desmantelar el Estado».
«Qué bueno que tuviéramos aquí multimillonarios que fueran producto de la expansión de la economía, de la creación de nuevos sectores productivos que desarrollen a nuestros países, y no que salgan del producto de desmantelar al Estado, que lo han convertido en una chatarrera, de venderlo en pedazos y de apropiarse de las mejores piezas».
Marta Zamora, del Partido Acción Ciudadana (PAC), recalcó que «las relaciones de amistad, familiares y con negocios no son malas por sí mismas.
«El problema es cuando estas relaciones de amistad y de poder quieren comerse las instituciones que tanto le han costado al país y que son generadoras de riqueza y capital humano».
La legisladora manifestó que las «telecomunicaciones constituyen una caña de pescar y, en manos del ICE, es la mejor forma de distribuirla para que todos tengan acceso a esa herramienta de desarrollo».
Señaló que el problema de la apertura y la privatización de este instituto es inminente, pero «¿habría más competencia para quién? Es un negocio que lo tienen listo desde hace tiempo».
«No importa que ellos (los empresarios) hagan negocios, pero, ¿por qué con algo que tanto nos ha costado?», se preguntó Zamora.
«Lo mismo pasa con el Instituto Nacional de Seguros (INS). Hay varios que reciben su tajada, indudablemente», dijo.
QUE NO CUNDA EL PÁNICO
Carlos Benavides, jefe de los parlamentarios del Partido Liberación Nacional (PLN), se manifestó a favor de «los TLC, que no deben verse solo desde la perspectiva de los que más se van a favorecer. Creo que también favorecen a la clase media -de la cual me siento representante- y de los sectores más desposeídos en el tanto que eso pueda generar riqueza y desarrollo».
Sobre Slim, estimó que «no hay que escandalizarse por eso, ni ver mal un acercamiento de negocios, siempre y cuando sea en términos limpios y legales. Habrá que preocuparse en el momento en que se dé una incursión inconveniente entre los políticos y el empresariado».
El representante manifestó que cree «firmemente que los bienes públicos deben estar siempre lo más disponibles para las mayorías».
«En lo que no coincido sobre el texto sustitutivo del ICE es que parece partir de la premisa de que la entidad va a seguir siendo el operador único y eso es mentir intencionalmente y no por error».
Agregó que «estoy en contra de la privatización como venta del Estado, pero sí con la apertura después de un fortalecimiento del ICE y del INS».
«NO ES CONVENIENTE»
Al consultar a algunos representantes de sectores civiles, la economista María Eugenia Trejos, de la organización Costa Rica por Todos dijo que está en contra de que Slim invierta en el país «y de cualquier tipo de inversión que signifique apertura de las telecomunicaciones».
Según Trejos, de darse esta inversión afectaría el sistema solidario del ICE que en muchos casos trabaja apenas con los costos y que luego compensa con otras actividades.
Agregó que cualquier empresa que entre al país va a subir las tarifas en el sector de las telecomunicaciones. «La cobertura del ICE es mejor y ofrece servicios de mayor calidad que estas empresas», subrayó.
Con respecto a la inversión extranjera de Slim en otros sectores manifestó que no está de acuerdo con este tipo de negocios que se vienen dando en el país y que se consolidan con el Tratado de Libre Comercio (TLC) porque «son inversiones extranjeras sin condiciones en las que las transnacionales son las que toman la última palabra. Deberían estar más condicionadas a las necesidades y los problemas de Costa Rica».
Trejos también dijo que «tomando en cuenta que Slim está en todo el subcontinente es obvio que quiera invertir en el país. Por otro lado, hay que tener claro que muchos de los promotores del TLC constituyen un sector empresarial que quiere entrar en las telecomunicaciones o que en otros casos va a generar para sus negocios más oportunidades de producción para exportar; pero muchos de los hombres de negocios lo que buscan es unirse con transnacionales para hacer tratos comerciales».
AL DESNUDO
Fabio Chaves, de la Asociación de Empleados del ICE (ASDEICE), manifestó que lo que ha hecho UNIVERSIDAD en su especial periodístico de la edición anterior es desenmascarar una serie de conexiones que se han venido tejiendo desde hace varios años cuando salieron a flote los intereses de grupos de empresarios nacionales para hacer negocios con empresas transnacionales, específicamente con la propuesta del «Combo ICE».
«Creo que no hay que descartar la posibilidad de que estas compañías transnacionales estén financiando la campaña a favor del TLC y a otros sectores nacionales para hacer alianzas estratégicas y así amarrar el negocio de las telecomunicaciones en el país», dijo.
La entrada de las empresas de Slim -así queda reflejado en la experiencia de otros países latinoamericanos- «provocaría condiciones de competencia desleal» , expresó el dirigente sindical.
Agregó que existen claros ligámenes entre grupos de interés como La Nación y el Grupo Sama -de carácter financiero- alrededor del TLC. «Detrás está el negocio de las transnacionales», recalcó.
«A pesar de las denuncias es difícil desenmascarar las conexiones porque los grandes grupos de comunicación forman parte de estos intereses».
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