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La reaparición de un grupo de derecha le pondrá un nuevo aderezo a la discusión del TLC con Estados Unidos.
Los retumbos de las manifestaciones contra el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, al parecer despertaron del letargo al desaparecido Movimiento Costa Rica Libre (MCRL), agrupación de derecha que -mediante un campo pagado reciente- llamó a defender la democracia y la institucionalidad del país, de las «turbas salvajes que pretenden gobernar y legislar desde las calles».
El MCRL, que vivió sus mejores momentos durante la época de la llamada «guerra fría» y que comenzó a languidecer conforme el bloque de países socialistas se desintegraba, salió de su mausoleo el pasado 24 de octubre, para afirmar que «el TLC debe enviarse y discutirse en la Asamblea Legislativa».
En un beligerante mensaje publicado en algunos medios de comunicación, el presidente de este grupo, Alberto Pinto Monturiol, dijo que «unánimemente no aceptamos los llamados antidemocráticos que hacen las organizaciones sindicales» contra el TLC, y por ello «hacemos un llamado a nuestros conciudadanos, para que ejerciendo activamente nuestros derechos y libertades públicas, defendamos de cualquier ataque al Estado de Derecho».
La reaparición del grupo no fue vista con buenos ojos por dirigentes sindicales y analistas consultados por este Semanario. Su mensaje es para algunos provocador y peligroso en una coyuntura como la actual, de efervescencia social por la discusión del TLC en la Asamblea Legislativa y por el clima electoral.
Otros no descartan que detrás de la resurrección del MCRL estén aquellas personas o empresas que abogan por el TLC; en el pasado a esa agrupación se le acusó de estar financiada por el gobierno estadounidense en su lucha contra el comunismo.
UNIVERSIDAD quiso conocer las explicaciones del presidente del Movimiento Costa Rica Libre -Alberto Pinto Monturiol- en torno a la reaparición de ese grupo; sin embargo, alegó estar muy ocupado y que sería el martes 8 cuando podía dar una entrevista. Sus declaraciones serán por tanto incluidas en la próxima edición.
ANTICOMUNISMO
En un trabajo que preparó la historiadora y decana de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Costa Rica (UCR) -Mercedes Muñoz Guillén- acerca del discurso del anticomunismo como recurso de seguridad nacional, recuerda que la creación del MCRL ocurre a finales de 1961, con el fin de defender la democracia y neutralizar el discurso de los movimientos de izquierda.
En aquel momento participaba en el proceso electoral costarricense el Partido Acción Democrática Popular, cuyos miembros eran de tendencia socialista. El MCRL se opuso a ese partido.
De igual manera, en esa época Estados Unidos empezaba el bloqueo contra la revolución socialista cubana que lideraba Fidel Castro y desarrollaba la «guerra fría» contra el bloque soviético (Rusia y sus repúblicas aliadas).
«El MCRL es una organización cuyos propósitos, quizás, no de manera casual coinciden con los de la Central de Inteligencia Norteamericana (CIA), abocada a financiar grupos de defensa de la democracia en América», detalla la historiadora.
Con un tridente como símbolo distintivo, el Movimiento fue dirigido durante mucho tiempo por el fallecido Bernal Urbina Pinto, y nunca participó en elecciones nacionales como partido político.
En una información publicada por este Semanario en agosto de 1979, Urbina Pinto desmintió rumores de que pretendía disolver esa asociación, para convertirla en un partido político. Aclaró que sí habían comentado entre sus simpatizantes la necesidad de contar con un partido de línea antimarxista y antifascista como el MCRL. Se quejó además, porque «a los diputados comunistas no se les combate, y hacen lo que quieren».
Cabe recordar que aparte de ser calificado de ultraderechista, a dicho movimiento se le atribuyó ser un grupo de corte paramilitar, ya que realizaban prácticas en este sentido y tenía entre sus filas los llamados «boinas azules», instruidos para enfrentar a los militantes de la izquierda.
Por ahora, se desconoce si los miembros del MCRL están dispuestos a enfrentarse en las calles con los opositores del TLC, pero al menos su posición es tajante, y por eso aseguran que «en estos momentos nuestra institucionalidad y libertades se ven amenazadas con protestas callejeras de encapuchados, bloqueos de carreteras, daños a la propiedad de particulares, e interrupción de los servicios básicos, por grupos que se oponen al TLC con Estados Unidos».
SIN DIÁLOGO
Para el abogado y politólogo Bernal Arias, la coyuntura política y socioeconómica del país propician el resurgimiento de distintos grupos radicales, al no existir un adecuado modelo de desarrollo, al no llegar las políticas públicas a la mayor parte de la población, y al estar en crisis el sistema de partidos políticos.
En el marco de discusión del TLC, en su criterio cualquiera tiene derecho a manifestarse a favor o en contra de este proyecto, sin cercenar los derechos de los demás.
Según Arias, ante la incompetencia de la clase política para dar respuestas a los problemas nacionales, se ha creado un caldo de cultivo que alimenta la aparición de grupos extremistas, en vez de encarrilarse los esfuerzos hacia la reflexión y hacia un pacto social con participación de todos los sectores.
Mientras tanto, el director del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UCR -Carlos Sandoval- opinó parecido a Arias, cuando dijo que la reaparición del MCRL es producto de la polarización que experimenta el país, donde no se facilitan las condiciones para que dialoguen los diversos sectores.
Si bien le atribuye cierta peligrosidad a esa proclama -dada la coyuntura en que se hace-, pone en duda la capacidad de movilización que pueda tener el grupo y su grado de organización.
«Sí es llamativo -añadió- que se hayan pronunciado en esta coyuntura. También podría ser una manera de recobrar un espacio en este momento de polarización, que se les cerró en la medida en que la amenaza comunista desapareció».
Sandoval cuestionó la estrategia de los sectores que propugnan el TLC -como el Grupo por Costa Rica-, los cuales insisten en instaurar un pensamiento único al respecto, en vez de propiciar un diálogo que les sería más favorable a sus intereses.
BUSCAN CONFRONTACIÓN
En relación con lo publicado por el MCRL, el secretario general de la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP) -Albino Vargas- advirtió que con ese tipo de planteamiento «parecen trasnochados ideológicos que no han tomado debida nota de lo que es el desarrollo de la democracia costarricense en este momento y lo que era en época de guerra fría».
El dirigente sindical consideró el lenguaje del grupo como «intimidante, amenazante, retador, confrontativo», y no descartó que esté financiado por los mismos que promueven el TLC.
Planteó la duda de si a los integrantes de este movimiento no los querrá emplear «la derecha oligárquica» del país -que impulsa el TLC- como brigadas de choque. Es decir, no le parece casualidad que justo en este momento de discusión de ese proyecto, resurja dicho grupo.
«Los promotores del TLC saben que el escenario de calle está tomando alta vigencia y entonces si tienen gente dispuesta a la violencia dirán: empañemos la protesta cívica», puntualizó.
Ante la pregunta de si habría peligro de choques en las calles, Vargas aseveró que de parte de los sectores sociales nunca habrá un llamado a enfrentamientos, aunque no los descarta si se producen provocaciones.
El secretario de la ANEP cree que «la resistencia pacífica organizada debe ser la respuesta correcta a la provocación a la violencia, que viene de los favorecedores del TLC».
Otro que ve preocupado el resurgimiento del MCRL es el exvicepresidente de la República y expresidente ejecutivo del Instituto Nacional de Seguros -Germán Serrano Pinto-, a quien el mencionado anuncio -independientemente de la posición que se tenga frente al TLC- no le gustó por el tono amenazante, «ya que puede resultar peligroso para la paz y la democracia de Costa Rica».
Serrano Pinto reiteró que desde hace mucho tiempo pasaron las épocas convulsas del país, cuando se estilaban proclamas de este tipo y ahora -frente a los problemas nacionales- lo que debe prevalecer es el diálogo, y no la provocación ni el enfrentamiento; por eso hizo votos para que impere la cordura, para beneficio del país.
Por su parte, la economista y consultora privada María Eugenia Trejos lamentó que lo expresado por el MCRL «es el reflejo de todo lo que sucede contra los sectores que nos oponemos al TLC. Nos están cerrando todos los espacios de manifestación, como ocurrió con la campaña censurada en los medios contra el TLC».
Trejos advirtió que «los promotores del TLC parece que son los únicos que tienen los medios y los derechos para hablar de este tema. Ahora hasta los empresarios están tomando la calle; en cambio, si lo hace la gente que está en contra, se ve como algo malo».
La economista advirtió que «frente a este tipo de manifestaciones como la del MCRL, la gente tiene que estar alerta, porque podrían estar pensando en provocar algún tipo de enfrentamiento, mientras que las manifestaciones contra el TLC han sido marchas pacíficas».
Menos preocupado se mostró el presidente de la Asociación de Empleados del Instituto Costarricense de Electricidad (ASDEICE) -Fabio Chaves-, quien comentó que con su mensaje, el MCRL «lo que lo que hace es sumarse a la base de la oligarquía. No quiere decir que su provocación no sea peligrosa, pero creo que es un grupo al que se le debería restar importancia con este tipo de manifestaciones».
De acuerdo con el dirigente sindical, «ese es un grupo minúsculo prácticamente desaparecido, del cual solo queda el nombre y ahora intentan revivir. Es gente de extrema derecha con ideas radicales y fascistas. Sus ideas están acuerpadas por el proyecto neoliberal del Movimiento Libertario y de Óscar Arias, con actitudes totalmente antidemocráticas».
DUDAS
Respecto al campo pagado del MCRL, el presidente de la Fundación para la Defensa de los Derechos Humanos en Centroamérica (FUNDEHUCA) -Daniel Camacho- externó varias dudas. Por ejemplo, dados los antecedentes del MCRL -que anteriormente era financiado por el gobierno estadounidense- cabe preguntarse si ahora sus fondos provienen de la misma fuente, ya que también están en juego intereses económicos de ese país.
Asimismo, Camacho se pregunta -en caso de provenir los recursos del dinero dispuesto por Estados Unidos para impulsar el TLC- hasta adónde estarían dispuestos a llegar los sectores que lo promueven. ¿El enfrentamiento con los opositores sería parte de ello e incluso una guerra civil?, inquirió.
Estas preocupaciones las sustentó en los antecedentes paramilitares del MCRL y en el llamado que hicieron en su anuncio en los medios de comunicación, en el que se leía al final: «Aviso: A todos los graduados miembros del MCRL, deben reportarse según el procedimiento establecido. A-Z/360».
Camacho instó a la Fiscalía General de la República a investigar este llamado, porque «este es un tono militar y sedicioso».
Similares dudas a las de Camacho expresó el director del IIS -Sandoval-quien no sabe si esta reaparición del MCRL responde a un deseo personalista de su presidente o si hay detrás una intención organizada.
En un contexto político en el que desapareció el motivo ideológico que lo vio nacer, Sandoval sospecha que ahora esta agrupación buscaría legitimar sus puntos de vista en torno al TLC, mediante la adopción de ese pensamiento único que parece imperar entre los partidos políticos del país.
Prefirió no pensar que este grupo es financiado por los sectores que defienden el TLC, ya que sus viejos miembros tienen los recursos necesarios como para publicar campos pagados.
De las dudas que surgen ante la reaparición del MCRL, algunas se podrán aclarar pronto, cuando se produzcan manifestaciones en contra o a favor del TLC.
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