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¿Cabe borrar a Israel del mapa?

La consigna del  presidente de Irán de «borrar a

La consigna del  presidente de Irán de «borrar a

Israel del mapa» debe ser rechazada por todos los

gobiernos y pueblos civilizados del mundo. Es

inaceptable que un Estado cualquiera se arrogue el

derecho de determinar cuál país o gobierno desaparece

o sobrevive. Y en el caso del gobierno iraní esta

aterradora propuesta contra Israel para nada

contribuye, además, a pacificar el cercano Oriente una

zona del planeta que tanto lo necesita; mucho menos

ayuda a la causa de la Autoridad Palestina, empeñada

precisamente en construir en la zona un Estado moderno

que cumpla con las exigencias del derecho

Internacional y Humanitario y se comprometa con la

promoción de una paz mundial, universal y duradera,

que debe ser la meta de la humanidad toda y, por

supuesto, de absolutamente todos los gobiernos que

forman parte de las Naciones Unidas.

Esta indigna propuesta iraní de exterminar a un país y

un pueblo como el israelita, atenta contra la

construcción de un orden mundial, justo, estable y

pacífico, basado en el principio de la neutralidad

activa, proclamado en nuestro país por iniciativa del

expresidente Luis Alberto Monge, y que forma parte de

nuestra política exterior, aunque haya sido

transgredida por la actual administración Pacheco al

apoyar la guerra contra Irak.



La tarea de los estados democráticos del mundo debe

ser, por tanto, luchar para que sea la Organización de

las Naciones Unidas el eje alrededor del cual se

aglutine y articule la abolición de la guerra y los

ejércitos, así como todos los esfuerzos por construir

un gobierno mundial. La tarea de levantar este

gobierno es urgente y necesaria en vista de que la

magnitud de los problemas actuales no permite ya

resolverlos en el estrecho marco de los Estados

nacionales, actuando cada uno por separado.

La propuesta de construir un orden internacional

democrático, justo y equilibrado centrado en un

gobierno mundial es compatible con la aspiración de

todas las religiones universales, tanto la cristiana

como la musulmana y la judaica. Ha sido bien

desarrollada en nuestro tiempo por una de ellas, la fe

Bahá’í, la cual tiene precisamente su sede, la Casa

Universal de Justicia, en el territorio de Israel, en

el Monte Carmelo y junto a la ciudad puerto de Haifa.

Es la mejor ruta que podemos emprender. Es la que

Costa Rica debe apoyar con su tradición pacifista y

con una política exterior distinta, que rebase los

estrechos y miopes límites de la actual, centrada en

una agenda unilateral de libre comercio con descuido

de otras tareas, a veces más importantes y urgentes.

Costa Rica se ha distinguido por el cultivo de una

hermandad con todos los pueblos y naciones civilizadas

del planeta. Jamás podremos respaldar la destrucción

de uno de ellos. Si en algún momento la humanidad

contara con un gobierno mundial representativo y

justo, entonces, y solamente entonces, cabría utilizar

la fuerza internacional para acabar con los aparatos

de un Estado que plantee la guerra, la

desestabilización y el fomento de la inseguridad como

armas de política exterior y que, de ese modo,

reniegue del Derecho Internacional y los demás

derechos sobre los que se asentaría ese orden mundial.

Ojalá podamos construirlo lo más pronto posible.



*Sociólogo y catedrático universitario.

Candidato a diputado de Unión Patriótica por San José.

  • José Luis Vega Carballo
  • Opinión
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