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Guevara reconoce que el Movimiento Libertario ha «atenuado» sus posiciones.
Según Otto Guevara, los libertarios son defensores de la economía informal; Oscar Arias lo es de ciertos grupos empresariales poderosos, a los que no les gusta la competencia
En entrevista realizada por UNIVERSIDAD el mes pasado al candidato presidencial del Partido Movimiento Libertario, Otto Guevara, éste se declaró enemigo de los grandes grupos económicos del país, a quienes acusó de enriquecerse a partir de su control de las administraciones bipartidistas. Además aceptó que ha recibido dinero de una casa de apuestas, y se declaró amigo de «cualquier negocio legítimo». La entrevista fue realizada por Laura Martínez, directora del Semanario, Ana Incer, jefa de Redacción, Eduardo Ramírez, Fernando López y Javier Córdoba . La periodista María Flórez-Estrada contribuyó en la edición del texto.
Durante la pasada campaña electoral, el Partido Movimiento Libertario rechazó vehementemente que los partidos recibieran recursos de la deuda política. ¿Cómo justifican ante el electorado ese cambio tan radical de recibir fondos públicos para la actual campaña?
-El Movimiento Libertario ha pasado por un momento de crecimiento y de maduración como partido político. En ese proceso se han atenuado algunos de los temas que en el pasado fueron bandera del partido. Por ejemplo, antes nos oponíamos a la expropiación, ahora la aceptamos cuando va en beneficio de la colectividad. Queríamos realizar una serie de cambios en forma inmediata, ahora nos enfocamos en la gradualidad. Uno de los temas que se revisó, fue el de la contribución del Estado a los partidos políticos, por una razón muy sencilla: teníamos frente a nosotros a un Partido Liberación Nacional, a un Oscar Arias, gastándose una millonada, y a través de esa millonada copando los medios de comunicación. Además, potenciales contribuyentes al Movimiento Libertario podían sufrir alguna consecuencia. Eso nos redujo la cantidad de contribuciones. A lo interno, hubo una disc usión sobre si tomábamos el dinero del Estado para pagar pautas publicitarias. Y se convino en que se iba a utilizar una fracción, no la totalidad de lo que teníamos derecho. De hecho, lo que hemos colocado son ¢500 millones, de un potencial actual de ¢2 mil millones para recibir en este siguiente proceso.
¿Acaso no contradice su filosofía liberal antiestatista y antimpuestos el hecho de que reciban recursos públicos para su campaña?
-Nosotros no somos neoliberales, sino libertarios. Podríamos entrar en una discusión sobre qué entienden ustedes por neoliberalismo, y luego le puedo decir qué entiendo yo por libertarialismo, y hacer la diferencia. Pero, dentro de la etiqueta que se les ha puesto a Oscar Arias, a Miguel çngel, a Rafael çngel, a José María Figueres, de que ellos han impulsado medidas neoliberales o han sido gobiernos neoliberales, nosotros, como partido político, no tuvimos absolutamente nada que ver con las políticas públicas que esos partidos han impulsado, más bien las criticamos.
Se afirma que la defensa que ustedes han hecho de la creación de sportsbooks y casinos, se debe a que ambas actividades han aportado recursos a las campañas electorales del Movimiento Libertario. ¿Usted niega rotundamente haber recibido dineros de estos grupos?
-Nosotros defendemos todas las actividades legítimas y los empleos legítimos que haya en Costa Rica, con igual pasión. Desde el vendedor ambulante hasta el de autos usados, hasta el que hace las rifas y los tiempos y, por supuesto, defendemos a los trabajadores de los sportbooks, las empresas de enlaces telefónicos para el negocio de las apuestas deportivas, defendemos esos ocho mil puestos de trabajo. Hemos defendido también a los empleados de los moteles, que los querían cerrar, así como a los de casinos. Ahora, a la fecha, para la campaña del 2006, no hemos recibido dinero de estas empresas, o sea, ninguna contribución al Movimiento Libertario para sus gastos de campaña. En la campaña del 2002, recibimos un millón de colones de una empresa, que reportamos al Tribunal Supremo de Elecciones. Se llamaba Apuestas Intercontinentales (o Apuestas Continentales). Administraba máquinas tragamonedas que se instalan en algunos casinos. Eso es lo que hemos recibido. Inclusive, uno de los grupos que más nos atacó con este tema fue el Grupo Nación. Y el principal contribuyente nuestro, reportado en el Tribunal, había sido una persona muy cercana a ese Grupo, don Walter Kissling, que nos había dado ¢5 millones. Y yo le dije al periodista Ernesto Rivera y a la gente de La Nación que también pusiera eso.
¿Cómo explicaría usted este ataque del que usted habla, de parte de La Nación?
-Ellos ven al Movimiento Libertario como un partido que puede afectar intereses relacionados con ese grupo. Nosotros somos defensores de la competencia libre, enemigos del mercantilismo salvaje que vivimos en Costa Rica, del capitalismo salvaje, somos el partido que promueve la apertura en todas las actividades económicas: caña, arroz, lácteos, carnes. El Grupo Nación había planteado que en Costa Rica era urgentísimo aprobar el Proyecto de Contingencia Fiscal, que fue el que se tramitó y aprobó en diciembre del 2002. Nosotros teníamos unas mociones y nos estábamos oponiendo. Una forma de debilitar nuestra posición, perseguida por ellos, fue atacando al Movimiento Libertario, por nuestra oposición a que se cargara con más impuestos a los costarricenses.
Una investigación de estudiantes de Ciencias Políticas de la UCR, revela que ustedes no han sido transparentes con la apertura de cuentas para conocer los nombres de los donantes de campaña ¿Por qué se han resistido tanto a facilitar información que debe ser de acceso público, ya que recibirán fondos públicos?
-Eso no es cierto. Nuestras cuentas están abiertas, y las del partido están totalmente abiertas. Incluso desde hace ya varios años publicamos en nuestra página de Internet la lista total de nuestros contribuyentes mes a mes, indicando el nombre, el número de cédula, el monto de la contribución, y separando los que son extranjeros de nacionales. Somos el único partido que ha reportado contribuciones de extranjeros, que se manejan en una cuenta separada, y que solo se puede girar de esa cuenta con una autorización del Tribunal Supremo de Elecciones, y para el uso que prevé el Código Electoral, que es para capacitación y para investigación no electoral. A la fecha, en cuatro años, hemos recibido alrededor de $10 mil, los cuales no hemos usado.
Ustedes promueven un proyecto de ley para que los habitantes de la Zona Marítimo-Terrestre puedan vender sus terrenos. ¿Es cierto que la familia Guevara Guth tiene un interés particular en esta iniciativa por sus negocios turísticos en esa zona?
-Uno de los ejes de nuestra campaña es hacer una sociedad de propietarios, de emprendedores. Esto está inspirado en el último libro de Hernando de Soto, «El misterio del capital». Allí explica por qué hay países ricos y por qué hay países pobres y llega a la conclusión de que los países ricos lo son porque han permitido la construcción de capital a partir del reconocimiento de la propiedad privada, o sea, seguridad jurídica y derechos de propiedad privada claramente defendidos e identificados. En esa orientación hemos presentado proyectos de ley para eliminar las limitaciones en el uso de la propiedad al beneficiario del bono de la vivienda, al parcelero, para que los indígenas puedan titular su tierra, hoy se les obliga a vivir en propiedad colectiva. Para que la titulación y la propiedad privada sean posibles en las islas del Golfo y en las islas, en términos g enerales. La familia de la que yo provengo es dueña desde hace 50 años, de Cabinas San Isidro, que está ubicada en una zona urbana. La ley de la Zona Marítimo-Terrestre, considera zona urbana el brazo que va entre la Boca de Barranca y Puntarenas. Entonces, nosotros no nos beneficiamos de eso.
¿Usted y Oscar Arias son los dos candidatos con que los grandes grupos económicos pretenden sustituir al viejo bipartidismo PLN-PUSC, y por eso cuenta con un gran apoyo de los medios comerciales para transformarlo en la segunda fuerza política electoral?
-Nosotros tenemos varias diferencias con Oscar Arias. Una de ellas es en el tema de impuestos. ƒl está obsesionado en meterle más impuestos a los costarricenses. Hay una segunda diferencia, que tiene que ver con la defensa de ciertos grupos. Nosotros promovemos la competencia libre en todas las actividades económicas, él sólo en ciertas. Ahora defiende la apertura en telecomunicaciones y seguros, pero ya hoy no habla de RECOPE, ni de FANAL, no habla de la caña, ni del pollo. Y menciono estos dos sectores porque sabemos que don Oscar Arias directa o indirectamente tiene intereses en esas vías económicas que hoy están protegidas, que nos cuestan más a los consumidores costarricenses para beneficiar a un grupo muy pequeño de productores: donde él tiene intereses. Somos defensores de la economía informal; él es de ciertos grupos empresariales poderosos, que no les gusta la competencia. En bancos, por ejemplo, tenemos un mercado de intermediación financiera que está protegido de la competencia. A nosotros no nos quieren esos grupos empresariales que le temen a la competencia. Don Oscar Airas defiende a esos grupos, nosotros defendemos el bolsillo de los costarricenses, la empresa pequeña. Entonces, Oscar Arias a quien más miedo le tiene de todos los candidatos presidenciales, es a Otto Guevara, del Movimiento Libertario, porque nosotros defendemos al importador de autos usados, al vendedor de tiempos, a los vendedores ambulantes, los porteadores. Así que nosotros somos el defensor de los más chiquitillos de nuestra economía.
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