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“Cada nuevo colono israelí hace más difícil la creación de un Estado palestino”

No habrá paz en Medio Oriente sin la convivencia de un estado judío con otro, palestino, y eso no será posible si Israel sigue promoviendo una política de asentamientos en los territorios ocupados.

No habrá paz en Medio Oriente sin la convivencia de un estado judío con otro, palestino, y eso no será posible si Israel sigue promoviendo una política de asentamientos en los territorios ocupados.
Esa podría ser una de las conclusiones de la conferencia que pronunció la semana pasada, en el auditorio de Derecho de la UCR, Hussein Ibish, Senior Fellow de la American Task Force on Palestine (ATFP) y Director Ejecutivo de la Fundación Hala Salaam Maksoud en Washington DC.
Sin embargo, el resultado de las elecciones israelíes del pasado 11 de febrero abren nuevas interrogantes sobre las posibilidades de un proceso de paz. (Ver nota aparte)
Con la extrema derecha, los ultranacionalistas y los partidos religiosos ocupan ahora 65 de los 120 asientos en el parlamento.
El líder del conservador Likud, Benjamin Netanyahu, quien parecía tener las mejores posibilidades de encabezar el nuevo gobierno, es un partidario de lo que considera “fronteras seguras” para Israel, lo que implica mantener los territorios conquistados en la guerra de 1967, así como la ampliación de los asentamientos de colonos israelíes en Jerusalén oriental y Cisjordania.
ASENTAMIENTOS
Los asentamientos judíos en territorios palestinos son el principal escollo para un acuerdo de paz entre palestinos e israelíes, en opinión del profesor Ibish.
“Tiene que haber algo que muestre que la democracia funciona. Hay algo de todo esto que sobresale: debe haber un congelamiento de los asentamientos.
Este enfrentamiento no es estable, no se pude administrar”, estimó Ibish.
En su opinión, la gente que habla del manejo de este conflicto es “idiota”, porque los asentamientos no permiten mantener una situación estable. “Cada nuevo colono israelí hace más difícil la creación de un Estado palestino y hace las negociaciones parecer todavía más tontas. Después de los acuerdos de Oslo, el número de colonos israelíes se ha duplicado, pasando de 200 a 400 mil”.
Debe haber un congelamiento total de los asentamientos –enfatizó– “si queremos creer en política de negociación. Se podría comenzar a crear instituciones de gobierno y la gente podría creer en una negociación”.
Si Israel apoya la creación de un estado palestino, se preguntó Ibish, ¿por qué siguen aumentando los asentamientos en Jerusalén y Cisjordania?
¿Por qué cuando los palestinos han avanzado en las condiciones de seguridad establecidas en la hoja de ruta, Israel ignoró totalmente eso al continuar instalando asentamientos?”Si uno quiere salir de un hueco, no hace el hueco más hondo, recordó.
La alternativa a una solución negociada es la profundización del conflicto.
“No hay una solución militar, pero sin un avance en las negociaciones lo que seguiríamos viendo es un conflicto como el de Gaza”.
En su opinión, los israelíes no pueden tener sus objetivos de seguridad y paz, sin que haya una solución con los palestinos. “La alternativa no es un solo un estado democrático, en el que todos estarán felices, y tampoco lo es una gran Israel, en el que los palestino son humillados. La solución de dos estados es un problema, pero es la única manera de salir adelante”.
Los palestinos no pueden lograr libertad e independencia sin un acuerdo con Israel, añadió, y no van a liberar a Jerusalén con sus tanques, porque no los tienen.
CRÍTICAS A HAMAS
Las dos partes no pueden lograr un acuerdo; porque, por ahora “no están listas”. “Necesitan tiempo para crear las condiciones políticas para ese acuerdo. Y la única forma posible es congelando los asentamientos, eso es la clave”, reiteró.
“No veo estrategia en Hamas, no veo un objetivo que sea alcanzable, salvo el más simple de todo partido, que es el de obtener poder en su sociedad. Hay que distinguir entre luchar por un objetivo específico y luchar por luchar.
Hamas ha creado una ambigüedad sobre lo que quiere. Podemos encontrar muchas declaraciones diferentes de distintos líderes políticos. Hace unos días un líder de Hamas dijo que aceptaría un estado palestino con las fronteras de 1967, pero fue inmediatamente cuestionado por otros tres líderes de la organización”.
“Hay que ser justos, la OLP (la organización palestina rival de Hamas) sí tiene una estrategia, pero hasta ahora no ha tenido resultado alguno”.
“Lo que pase en Cisjordania será clave: si la alternativa es la derrota sin honor en Cisjordania o derrota con honor y gloria en la franja de Gaza, los palestinos elegirán lo segundo”, concluyó.

Derecha se afianza en Israel
La devastadora ofensiva israelí en Gaza desatada a fines del año pasado parecía estrechamente relacionada con los objetivos políticos del gobierno, de cara a las elecciones del 11 de febrero pasado.
Si los partidos de gobierno pretendían sacar ventaja de esos ataques, lograron su objetivo. Los resultados de esos comicios favorecieron ampliamente a la derecha, desde el gubernamental Kadima hasta los sectores más radicales del Likud, los ultranacionalistas de “Israel Beiteinu”, o los ultraortodoxos de “Shas”.
El líder del Likud, Benjamin Netanyahu, que ya gobernó entre 1996 y 1999, aspira a formar gobierno otra vez, una tarea nada fácil, entre otras cosas por las diferencias entre la visión laica de “Israel Beiteinu” y la muy ortodoxa del “Shas”. El Likud obtuvo 27 escaños, mientras que sus dos aliados mayores obtuvieron 15 y 13, respectivamente, lo que da un total de 55, seis menos que la mayoría de 61, por lo que, aun unidos, los tres partidos necesitarían el apoyo de agrupaciones menores, de derecha radical.
Netanyahu es contrario a toda retirada territorial y ofrece a los palestinos una «paz económica» basada en la promesa de “prosperidad”, pero sin soberanía sobre los territorios. Además, quiere seguir construyendo viviendas en Jerusalén Oriental («aunque todo el mundo se oponga»), un hecho consumado que impediría toda posibilidad de llegar a un acuerdo futuro.
Si bien el nuevo gobierno no estaba aun formado al cierre de esta edición, y se preveían negociaciones difíciles para su conformación, Netanyahu insistía en su derecho de dirigirlo, aunque su partido logró un escaño menos que Kadima, de la canciller Tzipi Livni.
Ese escenario ha provocado comentarios de diversos sectores. El negociador jefe de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erakat, advirtió que para que el futuro gobierno palestino pueda ser «un socio para la paz» debe respetar la solución de dos Estados y congelar la actividad de los asentamientos, tras las elecciones generales celebradas ayer en Israel.
Los palestinos quieren «un completo congelamiento de todas las actividades de asentamiento israelíes», incluido Jerusalén este, conforme a los acuerdos previos y al derecho internacional «lo que incluye el desmantelamiento inmediato de todos los asentamientos israelíes construidos desde marzo del 2001», enfatizó, además de levantar el “asfixiante asedio sobre Gaza”.
El secretario general del principal partido de la oposición en Jordania, el Frente de Acción Islámica (FAI), Zaki Bani Ershaid dijo que el auge de la derecha en las elecciones israelíes indican un giro del país hacia el «extremismo y el terrorismo». El resultado de las elecciones no deja abierto ningún «horizonte» para el proceso de paz, ni «esperanza» para la coexistencia pacífica entre el Estado de Israel y sus vecinos árabes, estimó.

  • Gilberto Lopes 
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