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En ocho años, 9200 cohetes cayeron sobre objetivos civiles israelíes sin que ninguno impactara un blanco militar. Un millón de habitantes vive bajo la amenaza de que algún misil caiga en su casa, oficina, o el kínder de sus hijos.
Al igual que los viejos comunistas, los enemigos de Israel distorsionan la realidad, y crean la suya con consignas, discursos y desfiles. Los herederos del antisionismo estalinista, no se inmutaron con el genocidio de millón y medio de víctimas tanto en Ruanda, como ahora en Sudán, en el que entre otras atrocidades las jóvenes cristianas son secuestradas esclavizadas y abusadas sexualmente.
Soslayan la declaración de Human Right Watch que califica los ataques suicidas en Israel como crímenes contra la humanidad y la de Amnistía Internacional que acusa a Hamas de asesinar, torturar y mutilar a sus hermanos de Fatah.Contrario a lo que escribe la Sra. Giralt (UNIVERSIDAD 21/01/09), los israelíes fueron a enfrentarse a los terroristas de Hamas, fueron éstos los que escogieron el campo de batalla tratando de usar sus civiles como escudos humanos.El periodista italiano Lorenzo Cremonesi del Corriere de la Sera, que se molestó en investigar antes de escribir, destaca que los terroristas de Hamas tomaban por la fuerza casas habitadas para usarlas como plataformas de lanzamiento de sus cohetes, no permitiéndoles a sus habitantes salir de ellas, a sabiendas de que los soldados israelíes devolverían el fuego de donde lo recibieran. La intención, según lo relató al periodista el Sr. Abu Issa, de 42 años, residente del barrio de Tel Awa, era provocar las muertes de civiles para poder culpar a los israelíes de crímenes de guerra.Israel recopiló la lista de teléfonos de Gaza y lanzó volantes para alertar a los civiles antes de un ataque, cortesía que los terroristas no tienen cuando lanzan cohetes. La articulista repite irreflexivamente la propaganda de Hamas, a pesar de que la Cruz Roja Internacional verificó contundentemente que Israel no empleó fósforo y la ONU no solo confirmó, que Israel no impactó ninguna escuela, sino que detuvo la ayuda humanitaria hasta que Hamas dejara de robarse los suministros. Ahora es claro, que Hamas alteró las cifras de las víctimas. Cualquier militante muerto se convertía en médico o verdulero por arte de magia.Acusar a Israel de atacar civiles indiscriminadamente y comparar su derecho a la legítima defensa con la barbarie nazi, refleja la propaganda negra y ruin de los tiempos de Hitler y la Inquisición. Los judíos europeos nunca bombardeaban Berlín, no planeaban aniquilar Alemania, ni conformaban una entidad terrorista. Al contrario, muchos, incluyendo varios galardonados con el premio Nobel se distinguieron en los más diversos campos y contribuyeron al engrandecimiento de Alemania.No es cierto que exista ninguna acusación contra Israel en la Corte Penal Internacional, al contrario, el comisionado de ayuda humanitaria de la Unión Europea Louis Michel responsabilizó a Hamas por el conflicto, sus consecuencias y por haber impactado siete escuelas israelíes.Paradójicamente acusan de “guardar silencio”, a EE.UU., Canadá, la U.E, Inglaterra y Australia, países que han sufrido los embates del terrorismo y que precisamente consideran a Hamas una organización terrorista. La misma Liga Árabe y Rusia que otrora confabularon para aniquilar a Israel ni siquiera emitieron una resolución de apoyo a los radicales.La valla defensiva, que tanto incomoda a los enemigos de Israel, erradicó los ataques suicidas, celebrados por ellos como actos heroicos dignos de ser imitados.Hoy, los terroristas se inmolan casi a diario en los mercados, mezquitas, bodas, funerales y centros de empleo de países musulmanes, con numerosas víctimas civiles, sin que los manifestantes rutinarios, hagan desfiles, quemen banderas y griten las desgastadas consignas de siempre. No han encontrado la fórmula siniestra que culpe a Israel d
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