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Un día histórico

El 1º de junio del 2009 fue la de toma posesión de Mauricio Funes del Frente  de Liberación Nacional Farabundo Martí (FMLN) en el gobierno de El Salvador.

El 1º de junio del 2009 fue la de toma posesión de Mauricio Funes del Frente  de Liberación Nacional Farabundo Martí (FMLN) en el gobierno de El Salvador.
Como un honor inmerecido recibí la invitación del Frente para asistir al acto oficial del traspaso de poder.
Este se llevó a cabo en un anfiteatro con capacidad para 4.000 personas, abierto en tres de sus lados permite una circulación de aire cruzado muy propio para el intenso calor político y natural que en ese momento había, una superestructura que nos cubre dando a la ceremonia un marco apropiado y austero para el gran significado de la actividad y sin ninguna ostentación que maquillara la esencia de lo trascendental: le iba a ser entregado el poder al FMLN,  después de 17 años de gobiernos “areneros” desde la firma de los acuerdos de paz en Chapultepec,  México.
Funes ingresa en el anfiteatro y lo recorre en toda su longitud bajo una ovación y vivas al Frente, de seguido el vicepresidente electo Comandante Salvador Sánchez Ceren; luego hacen su aparición, haciendo el mismo recorrido, los presidentes invitados a la ceremonia.
Todos aplaudidos fuertemente, unos más que otros, el más, el representante de Cuba, vicepresidente Esteban Lazo, gritos de Cuba, Cuba, Correa, Lula, Lugo, Zelaya. De pronto llega el de Costa Rica, lamentable, unos cuantos y tímidos aplausos y un rostro desgajado.
En el discurso del ya presidente Funes, un homenaje a los héroes y mártires del Frente y una especial mención a Monseñor Romero. Otra gran ovación, no podía uno menos que emocionarse profundamente, se estaba viviendo un momento histórico sustentado en el sacrificio de un pueblo que luchó por años y que al fin en un proceso democrático logró vencer al miedo y a la mentira y se alzó con el triunfo de la esperanza y del cambio. El FMLN no defraudará a su pueblo.Hugo Chávez  no se hizo presente, después se dieron las explicaciones del caso, las dio el Comandante Daniel Ortega en el estadio ante 60.000 personas y otra gran cantidad que nos quedamos con las ganas de poder ingresar; se hizo pequeñito el “Cuscatlán”.
Música de Alí Primera, Carlos Puebla, bailes, discursos y poesía -Benedetti presente- y en todos los rincones la mirada eterna del Che.
Por último, en la noche, en un gran salón, un brindis y otro discurso del presidente Funes, un público aparentemente más de empresarios, un discurso más dirigido a ellos, tratando de quitarles el espanto de un FMLN en el poder.Fue una experiencia enriquecedora desde el punto de vista político y afectivo, la oportunidad de visitar amigos que se han dejado de ver por muchos años y también de sacudirse la desidia política en que nos tienen inmersos, como un gran objetivo, los políticos y la prensa de siempre.
Como lo denominó Gabriela Mistral “El pulgarcito de América” se agigantó con este triunfo y se sumó a aquellos pueblos que han iniciado una marcha sin retorno hacia la justicia, la libertad, la esperanza, la soberanía y la verdadera democracia.Los pueblos están despertando y quieren hacer realidad los sueños que tuvieron, “Con sueños se  escribe la vida” titula su libro Salvador Sánchez Ceren.
Esto lo viví en El Salvador de una manera concreta, 60. 000 personas en un estadio, así me lo hicieron saber. Se callaron los fusiles y hablaron los votos, ganó el Frente.Oscar Arnulfo Romero resucitó en su pueblo. Se cumplió la profecía.

  • Hernán Jiménez F.(Catedrático UCR)
  • Opinión
National Liberation
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