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Estudio revela que el país no está preparado para enfrentar el envejecimiento de la población.
Una tercera parte de la población adulta mayor de nuestro país, alrededor de 100 mil personas, paga los estudios de sus nietos y los gastos de servicios públicos cuando ellos conviven con sus descendientes. Esta cifra revela que no es cierto que los abuelos y abuelas sean una carga para la familia, por el contrario, siguen siendo el sostén de éstas.
Este fue el principal resultado de una investigación realizada por el Centro Centroamericano de Población (CCP) y el Observatorio del Desarrollo (OdB), ambos de la Universidad de Costa Rica.
Los resultados fueron expuestos en el foro sobre Equidad intergeneracional y desafíos de la política económica frente al envejecimiento de la población el pasado 23 de junio, como parte del 35º aniversario de la Vicerrectoría de Investigación.
Ese 35% de adultos mayores que asumen los gastos de las generaciones que viven en sus hogares toman los recursos de los propios ahorros que han realizado y los intereses que éstos les generan.
Otros aportan con dineros provenientes de las funciones que ejerzan o trabajos. Pero en definitiva ellos entregan más de lo que sus familias les dan.
El problema es que las personas menores de 27 años y mayores de 55 consumen en promedio más de lo que les permiten los ingresos de su trabajo, situación que se conoce como déficit de ciclo vital.
Ese déficit es cubierto por las transferencias generacionales (traspasos de dinero o de especias), las cuales pueden ser privadas, públicas o mediante la renta de activos. Aquí es donde se promueve la situación en la cual las personas adultas mayores tengan que correr con ciertos gastos.
Las transferencias más tradicionales son las privadas, las que se dan cuando los proveedores transfieren parte de su ingreso a los más jóvenes y a los ancianos de la casa o entre familias.
Otro grupo de transferencias muy importantes en el país son las públicas que ocurren cuando el Estado actúa como intermediario, transformando los impuestos y otros aportes al gobierno en servicios básicos y también en pensiones.
El tercer mecanismo es la renta de activos o la acumulación de riqueza o capital físico como propiedades, mientras se está en una edad productiva para disfrutarlo en la vejez.
Comprendiendo este sistema de transferencias es que se saca que el 50% de los adultos mayores financian su consumo con transferencias públicas, ya que el Estado les otorga el 50% de su inversión.
Un 27% de ancianos financia su consumo con activos, como por ejemplo, su casa propia, pues que no tiene que pagar alquiler. Y el 23% restante es la población que en esas edades se mantiene económicamente activa.
RETOS DEL ESTADO
Uno de los grandes retos para el Estado será la búsqueda de la equidad intergeneracional, o sea, que las futuras generaciones tengan el derecho a condiciones de vida no menores que las de las personas de generaciones actuales.
Como lo explicó la investigadora del CCP, Andrea Collado, en Costa Rica el déficit es diferente al de otras naciones debido a que existe una muy alta dependencia del gobierno. Esto se explica porque el Estado financia la mitad del consumo de las personas de la tercera edad mediante el acceso a la salud y el sistema de pensiones.
Como ejemplo, solamente en el 2004 el grupo de infantes y adultos mayores consumieron ¢1.125 millones por concepto de salud, de esta cantidad 80% es de servicios públicos.
Para Paola Zúñiga, también investigadora del CCP, si cada año aumentamos el número de adultos mayores el gran reto del Estado en materia de salud consistirá en prepararse para atender a una población cada vez más longeva, la cual utilizará en mayor proporción los servicios de salud e incluso con enfermedades más costosas debido al cambio de perfil epidemiológico.
Además, la innovación de las tecnologías encarece los servicios médicos y estamos frente a la apertura del monopolio de seguros.
El director del CCP y coordinador del estudio, Luis Rosero Bixby, indicó que si en el país existe un grupo grande de adultos mayores con dinero y posibilidades de ahorrar, el reto del Estado sería aprovechar esos activos mediante un buen sistema de pensiones junto con instrumentos de ahorro abundantes.
EN EL 2050
La estimación para el 2050 es que uno de cada cinco costarricenses tendrá más de 65 años. Para esa fecha se calcula que existirán 1 millón 300 mil adultos de la tercera edad, por lo que el país debe realizar cambios necesarios para solventar esta situación.
Para Rosero, el análisis de las transferencias con que se cubre el déficit del ciclo vital es determinante para enrumbar la política económica y social futura y planificar los recursos destinados a la educación, la salud y la protección social de ahí la importancia de este foro.
Asimismo el estudio permite debatir el tipo de inversión que requiere el país para que las personas jóvenes puedan tener más capital humano y económico tendiente a que sean más productivos y puedan sostener a quienes están en la tercera edad.
Al foro asistieron representantes de diversas instituciones públicas y de ellos, Francisco de Paula Gutiérrez, quien indicó que esta investigación es muy útil para “aprender a entrarle a las cuentas nacionales desde los diferentes grupos etarios y así, desarrollar mejores políticas públicas y aprovechar la transición demográfica”.
En su mención, el presidente de la Caja Costarricense del Seguro Social, Eduardo Doryan, dijo que para tener más posibilidades de desarrollo es necesario invertir desde jóvenes, no consumir más allá de lo que sus ingresos no puedan pagar y advirtió que tal y como avanza el envejecimiento de la población, pensionarse joven es un desperdicio pues se está aún en una época productiva.
ESTUDIO INTERNACIONAL
El foro forma parte de un proyecto de colaboración regional coordinado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), con fondos de la Agencia Canadiense de Cooperación.
El proyecto integra a Chile, Brasil, Uruguay, México y Costa Rica para estudiar las transferencias generacionales.
Los investigadores del proyecto señalan que de todos los cambios que se están produciendo por la transición demográfica el envejecimiento es el más importante.
Los científicos afirman que el fenómeno que ocurre en Costa Rica presenta características similares a otros países en desarrollo, puesto que los países no han fortalecido a tiempo sus instituciones públicas ni el sector financiero para enfrentar los percances del envejecimiento, un proceso por el que sí han pasado los países industrializados.
Para Tim Miller, demógrafo de la CEPAL, el objetivo del proyecto es proyectar el gasto público a largo plazo en salud, educación y pensiones de diez países de América Latina.
Así como lo hacen países como Australia, Alemania, Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea.
“Mamá gallina” o ¿abuela gallina?
Nadie imaginaría que la delgada mujer de ojos claros y bajita de estatura, sea no sólo la abuela de dos hermosos nietos, sino el sostén económico de una gran familia.
Con 42 años de edad, Katya Rivera Portilla, también madre de tres hijos, vela día a día por su toda la prole.
Por eso, ella se define como una auténtica “mamá gallina”, aunque recientemente uno de sus hijos abandonó el nido para hacer casa aparte.
Es imposible pensar que esta “abuela gallina”, como prefiero llamarle, no quede agotada semana tras semana, luego de cuidar de uno de sus nietos, ayudar a sus hijos, trabajar medio tiempo en una guardería, dar extra clase en su casa en Sabanilla de Montes de Oca, atender universitarios a quienes hospeda en una casa amplia, de la cual sacó ventaja y todavía, aunque parezca increíble le queden energías para cuidar niños y niñas en las noches y fines de semana.
Fue una madre joven y su hija mayor también lo fue al quedar embarazada a los 17 años. Desde ese momento, Katya se comprometió a cuidar del bebé para que ella terminara el quinto año de colegio, y luego realizara los estudios generales en la Universidad Estatal a Distancia.
Le apoyó con el financiamiento de cursos de inglés y como su hija resultó ser una muy buena estudiante, con una beca de honor ahora cursa el segundo año de la carrera criminología.
Un día común para la abuela Katya es el cumplimiento de su jornada de medio tiempo en la guardería Tía Nancy en el vecindario de Sabanilla, para luego completar su otra jornada dando clases de recuperación a escolares, al tiempo que se despide de su hija para que vaya a sus clases y su nieto quede en la casa bajo sus cuidados.
Ese día las labores de comunes de lunes a viernes puede culminar con la responsabilidad de alguna pequeñita o pequeñito a quienes sus padres dejan para que les cuide algunas horas por la noche.
El fin de semana no es para su descanso, pues cuida más pequeños el sábado o domingo y aprovecha para resolver asuntos relacionados con atención de los universitarios que se hospedan en su casa.
“Yo ayudaré a mi familia siempre que pueda hacerlo, sobre todo a través del estudio porque es la mejor herencia, eso es algo que nunca van a perder. Pero, claro, me siento cansada de ser la mamá gallina, sería rico poder apagarse un momento”, comentó Katya con cierta jocosidad.
“Mis hijos comen porque yo traigo las cosas, si no traigo, no comen”, declaró.
Katya está muy clara en que no dejará de “velar” por sus hijas hasta tanto no tengan un título académico en la mano o bien hasta que decidan formar casa aparte con una pareja. Y, bueno, espera el día en que pueda disfrutar de un tiempo para ella misma para estudiar enfermería y por supuesto, disfrutar de unas merecidas vacaciones.
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