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¿Está preparada la población para ser gobernada por una mujer?

Desde el punto de vista ideológico, las generaciones están marcadas por diferentes brechas, entre ellas las maneras de percibir la realidad del país y del mundo en general.

Desde el punto de vista ideológico, las generaciones están marcadas por diferentes brechas, entre ellas las maneras de percibir la realidad del país y del mundo en general.
Sin embargo, desde hace varios años se viene ganando la lucha por la igualdad de género y por enaltecer la figura femenina en campos de trabajo masculino, la inclusión de las mujeres en roles anteriormente ocupados solamente por hombres y por ende una percepción de la mujer más de igualdad respecto del hombre. Esto hace que las nuevas generaciones adopten pensamientos y actitudes basados en la igualdad entre hombres y mujeres, puesto que la realidad social es una construcción en marcha.
Durante muchos años han escalado al poder del Estado figuras varoniles, recalcando que es el hombre quien tiene la batuta para ejercer el poder.
Es el hombre quien tiene la capacidad para gobernar, para tomar decisiones importantes, para dirigir hacia el éxito a toda una sociedad, para negociar y conciliar entre tantos desacuerdos, para enfrentar déficit y crisis, para manejar la economía, para luchar en pro de un mejor mañana, para competir y desempeñarse como líder. Entonces, ¿de todo esto no es capaz una mujer?
Es una lucha constante la que se ha ganado a través de los años para combatir la desigualdad de género y transformar el pensamiento del ser humano respecto de las funciones otorgadas al género masculino y femenino.
Hoy las mujeres saben que tienen un potencial igual al del hombre para desempeñarse en funciones similares, sin dejar de lado la obviedad de las diferencias que la naturaleza ha otorgado a mujeres y a hombres.
La globalización y la transformación social han influido de manera positiva en aspectos como la ruptura de la inmovilización de roles, han fomentado la inclusión de los derechos de igualdad entre mujeres y hombres y han agudizado la diferencia en el acceso a oportunidades con respecto al género.
Por lo tanto a través del proceso de globalización las nuevas generaciones obtienen formas de percibir al hombre y a la mujer como dos seres humanos con las mismas capacidades para desempeñarse en el nivel intelectual en ámbitos sociales, políticos, familiares, económicos, recreativos. 
La mujer deja de ser vista como una ama de casa que se dedica al cuido de los niños y de su esposo, y ha pasado a ser vista como un ser social activo, que participa fuera de su casa en actividades que algunos años atrás solo podían desempeñar los varones. Por lo tanto, las mujeres han buscado la manera de prepararse intelectual y psicológicamente para ser parte del área laboral y ser también proveedora de su hogar, así como la obtención de poder personal a través de un cambio de pensamiento que engrandezca el valor femenino.
Al respecto, algunas de las características que determinan a un líder son la habilidad de inspirar, la capacidad de dirigir, pertenecer al grupo, compartir patrones culturales, comprender las formas de motivación y pensamiento de los individuos, influir en los demás hacia la consecución de metas grupales, sobresalir en algo de interés para los individuos, tener carisma, ser innovador, utilizar el poder de manera responsable, impartir órdenes adecuadas y hacer partícipes a la sociedad de la toma de decisiones para su país.  ¿Estas características las poseen solamente los hombres?
Son  características que cualquier ser humano con pretensiones de ser líder político de un país debe cumplir, entonces las mujeres tanto como los hombres están en capacidad de llegar a ser gobernantes.
El machismo característico de la población costarricense no es el mismo actualmente, no es el mismo pensamiento el de muchos adultos mayores que el de adultos jóvenes y jóvenes. Algunos de nuestros abuelos estarán impregnados aún de la sumisión que debe poseer la mujer y de todo lo que ella no es capaz de hacer, porque  es el hombre el “macho”, el que tiene el poder y la capacidad de liderazgo en cuestiones políticas.
Sin embargo la juventud sabe que tanto mujeres como hombres están en igualdad de ser líderes en los diferentes ámbitos de la vida. Que no se ha eliminado el machismo en nuestra población es una realidad, el hecho de que persistan conflictos de desigualdad de género, también es una realidad. La lucha sigue en pie y el género femenino va ganando una batalla que no es nada fácil.
La inclusión de la mujer en el ambiente político no es cuestión de actualidad meramente. Por ejemplo, Laura Chinchilla, candidata a la presidencia, ha estado sumergida en el campo de la política desde hace varios años, fue la primer mujer en ocupar el puesto de ministra de seguridad, fue diputada y vicepresidenta, y ha estado a través de su carrera política en la lucha por la igualdad de género y la incorporación de la mujer en el campo laboral. Otra figura política femenina es Epsy Campbell, exprecandidata a la presidencia, quien ha participado en ámbitos políticos. Así como estas mujeres, muchas otras son partícipes de la historia política por mérito propio, a pesar de la brecha social entre géneros.
Ellas han demostrado que las mujeres son capaces de desempeñarse fuera del hogar con éxito, teniendo un repertorio de habilidades  para desenvolverse como excelentes profesionales en el campo de la política.
Es muy probable que algunos costarricenses de antaño no estén de acuerdo en que una mujer gobierne el país; sin embargo, en la sociedad otros sectores perciben esta posibilidad como una realidad latente.

  • Tatiana Espinoza Garita (Psicóloga)
  • Opinión
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