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La “Dirección de Garantía de Acceso a los Servicios de Salud de Atención a las Personas y al Hábitat humano” propuesta por esta Administración:
(II parte)
La propuesta de esta nueva Dirección (que ya está en ejecución) se basa substancialmente en unir en una sola dirección los programas relacionados de atención directa a las personas (que se ofrecen en los servicios de salud públicos, privados y mixtos) a los servicios de saneamiento básico ambiental (suministro de agua, disposición de excretas, recolección de basuras).
A esta disposición inconsulta, que nunca fue discutida antes de ser presentada por la Ministra de Salud a mediados del año 2007, y que no fuera aprobada por los profesionales técnicos de la Dirección de Protección del Ambiente Humano y de la Dirección de Servicios de Salud, fue, a mi juicio, una de las decisiones más graves que técnicamente debilitan el rol regulador del Ministerio de Salud en estos dos campos esenciales para el accionar del Estado en la defensa del derecho a la salud de toda la población.
En junio del año 2007, en una nota que envié al Despacho Ministerial, a la Dirección General y a diferentes Direcciones del Ministerio de Salud anotaba:
“Unir en una sola jefatura (médica), los servicios básicos de ambiente y de servicios de salud, es mi juicio, invisibilizar el ambiente y entra en contradicción con los postulados teóricos del modelo conceptual de la Producción Social de la Salud, por un lado, y por otro, expone a un grave riesgo a las jefaturas, que, al desconocer los procesos técnicos inherentes al objeto de trabajo, se sentirán confiadas si formalmente se siguen los procesos establecidos, sin vigilar la naturaleza de las acciones necesarias que se requieren.
Es muy difícil y para mí no es posible, mandar por la forma, desconociendo el fondo de los asuntos que se me confían.”
Por esta decisión, que tomé es su momento, ajustada a mi visión del quehacer técnico-profesional y especialmente en cuanto a la visión política del rol del Estado, es por la que se me enjuicia ahora de “neoliberal” y de oponerme a la responsabilidad del Estado y, por ende, del Ministerio de Salud, en la defensa del derecho a la salud de toda la población, cuando a mi juicio es todo lo contrario.
En esta reestructuración de las antiguas direcciones de Servicios de Salud y de Protección al Ambiente Humano, se fraccionan las acciones de protección ambiental en dos direcciones diferentes (servicios básicos ambientales en una dirección y la regulación de otros aspectos de protección al ambiente en otra) y, además, sobrecarga a una dirección médica, que de por sí se enfrentaba a una tarea de amplias y graves dimensiones en la atención directa de las personas con las acciones de saneamiento básico ambiental.
Lo anterior en un contexto de una problemática ambiental que ya alcanza dimensiones de tragedia en el ámbito nacional; basta citar algunos ejemplos: la contaminación de fuentes de agua con agroquímicos que obligan al reparto por camiones cisternas del agua para el consumo humano a las comunidades; la recolección y disposición final de basuras en todo el país que sistemática y periódicamente se vuelve noticia de importancia en los medios de comunicación masiva; el servicio de suministro de agua potable en comunidades costeras que compite con las necesidades de agua de los complejos hoteleros-turísticos; la contaminación de los mantos freáticos por las actividades agrícolas e industriales. ¿Cómo se puede dividir la regulación de los servicios básicos ambientales de la regulación de las actividades económicamente productivas? Ceo que es materialmente imposible. ¿Qué está haciendo actualmente el Ministerio de Salud, en esta nueva Dirección, para garantizar el acceso al agua potable a toda la población del país? ¿La población tiene un aliado en el Ministerio de Salud en estas luchas?
La protección de la salud humana, desde la óptica ambiental, requiere ahora más que nunca la cooperación interinstitucional, la visión interdisciplinaria y transdisciplinaria de múltiples saberes según la dimensión y contenidos de los problemas específicos por enfrentar. Se requiere de una visión sistémica, no la división en parcelas del quehacer en forma arbitraria, para decir que se “garantiza el acceso a los servicios de salud de atención de las personas y del hábitat humano” porque se crea una unidad organizativa a cargo de esas grandes responsabilidades.
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