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Alerta máxima (Under siege)

El Maestro Uwey nos ha advirtió que nada es casual (“Los accidentes no existen”, Panda Kung Fu).

El Maestro Uwey nos ha advirtió que nada es casual (“Los accidentes no existen”, Panda Kung Fu).
De modo que la súbita unísona reaparición, en el inicio de la administración Chinchilla, de Kevin Casas y de Fernando Sánchez, algo debería significar para quienes habitan en esta meseta (sin alcantarillado) del generalizado “valle de lágrimas” (oración mariana).
Pese a sus aportes periodísticos, Kevin fue realmente rescatado por la maciza intervención con que la madre de Bruño Stagno defendió a su hijo del ‘ensañamiento mediático’ que lo forzó a renunciar a un cargo internacional en el que se había autonombrado.
Esta brava mamá redimió a Casas en párrafo vibrante: “Lamento que el país por segunda vez pierda a un joven y brillante cerebro (su hijo). El primero lamentablemente fue Kevin Casas, quien pudo haber sido gran aporte para el gobierno anterior y ahora lo capitalizan los norteamericanos (sic) (LN: “A mi hijo lo defiendo yo”, 05/06/2010). Y algunos que pensaban que a Kevin siempre lo habían capitalizado los estadounidenses (‘norteamericanos’ incluye a los mexicanos, ¡qué horror!).   Fernando, en cambio, no requirió de mamá ninguna  para volver a brillar con su autónoma luz propia. De alguna manera, él es su propia madre. Sirvió de guía local para introducir a Steven Seagal, una especie de Marlon Brando (ya obeso) de las artes marciales cinematográficas, a las autoridades nacionales de Seguridad y a la Presidenta (quien ante la imposibilidad de conseguir un doble y el aviso de visita de Patada Voladora, huyó de Zapote en helicóptero). El comentario con que Seagal terminó de convencer a Sánchez fue: “Si Janina fue Ministra, yo puedo ser asesor de Seguridad en Costa Rica. Soy muchísimo más sexy”. Los amigos de Sánchez afirman que, tras este argumento, venía un karatecatante “haito” (revés de sable) a la sien. Era, por tanto, un planteamiento sólido.    Para quienes tienen menos de cien años conviene recordar que Casas y Sánchez fueron autores de un memorándum que detallaba la necesidad de una conspiración contra la ciudadanía costarricense con motivo del referéndum para aceptar o rechazar el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. El Dúo Dinámico, en ese lejano tiempo Vicepresidente de la República y Diputado, ante la certeza de una derrota, determinaba cómo mentir y aterrorizar a la ciudadanía con el fin de que votara Sí. A ciertos grupos, como trabajadores y alcaldes, se les daba un trato especial: a los segundos, se les extorsionaría indicándoles que no recibirían ni un cinco del gobierno si el Sí no vencía en su cantón. A los primeros, que perderían su trabajo si el No ganaba. El plan, ilegal, tramposo y manipulador, incluía “burlar” al TSE y estaba remitido al Presidente en ejercicio y a su Ministro de la Presidencia. Casualmente, éstos eran hermanos.   Por algún motivo la DIS (aparato de espionaje gubernamental), que dependía (y tal vez depende) del Ministro de la Presidencia, nunca se enteró de esta conspiración contra la voluntad ciudadana (que es parte del Estado de derecho). Pese a la omisión oficial, Kevin debió renunciar a la Vice-Presidencia por el escándalo y Fernando, amparado por todo tipo de “autoridades superiores” y parientes (TSE, Sala IV, diputados, etc.), quedó impune e implume y vegetó su período diputadil hasta este topetazo con Seagal que podría cambiar su existencia (postula, Fernando, no Steven, a ser embajador ante el Vaticano). Los presidenciales ‘brothers’ también quedaron impunes.   Aunque Casas y Sánchez son ambos ticos “productos de exportación”, uno a EUA el otro al Vaticano, entre ellos existe alguna diferencia. Según sus próximos, Seagal, no desperdicia ninguna bofetada. Como en su primera visita a Costa Rica lo recibió el Presidente (quien cantó tres líneas de “I’ll never be the same again”, acompañado por Seagal en guitarra) y en cambio ahora su visita adquirió un tonillo burlón, amén de la fuga de la Presidenta, estos mismos cercanos dicen que diagnosticó, en su retorno a Louisiana: “Es que este Sánchez no es sobrino de Óscar, sino de Rodrigo” (en español, en el original). Alertas todos: no sea que nombren a Eduardo Ulibarri en Naciones Unidas.

  • Helio Gallardo (Catedrático UCR)
  • Opinión
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