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Un informe reveló que las entidades estadounidenses y la Fundación Konrad Adenauer de Alemania están vinculadas (en Venezuela) con los partidos de la oposición, las ONG y la Iglesia Católica.
Dos elecciones en una semana pondrán a prueba los nuevos caminos políticos que explora América Latina para hacer frente a los desafíos de su desarrollo. La primera se celebrará el domingo, 26 de septiembre, en Venezuela, para renovar su nueva Asamblea Nacional. La segunda, una semana después, se llevará a cabo en Brasil, donde estarán en disputa la presidencia de la República, las dos cámaras del parlamento federal y autoridades de los estados.
Estas elecciones han despertado particular interés, según los analistas, porque no están en juego solo los cargos electorales, sino propuestas de desarrollo muy distintas, particularmente en Venezuela, donde el presidente Hugo Chávez impulsa su renovado proyecto de socialismo.
POLARIZACIÓN EN VENEZUELA Las atenciones se centran, primero, en Venezuela, donde el gobierno de Chávez y el Partido Socialista Unificado (PSUV) enfrentan el desafío de mantener la mayoría en una cámara donde actualmente no está representada una oposición que apostó, en el 2005, al boicot electoral, como forma de presión ante una derrota inevitable.La estrategia no funcionó y ahora –agrupados en la Mesa de Unidad Democrática (MUD)– tratan de recuperar posiciones con una campaña agresiva, que apuesta al desgaste del gobierno por las dificultades de la economía, pero también por otros temas elegidos para hacer campaña, como la inseguridad y la corrupción. En estas elecciones, el 60% de los escaños se reparten en forma nominal. El 40% restante se distribuye de forma proporcional: la lista que obtenga más de 50% de los votos se lleva el 75% de esos escaños.“Chávez enfrenta un escenario electoral muy complejo marcado por una persistente recesión económica que se arrastra por más de 18 meses, una elevada inflación, racionamientos eléctricos que han sido sumamente impopulares, un progresivo deterioro de la imagen gubernamental fruto de una serie de escándalos de corrupción y una elevada tasa de criminalidad que se ubica entre las más altas de América Latina”, dice el analista Fernando Morales, en un artículo publicado el 31 de agosto pasado.El desafío para Chávez es lograr los dos tercios de la Asamblea, lo que le permitiría aprobar las llamadas “leyes orgánicas”. Las “leyes habilitantes”, que permiten al presidente gobernar por decreto y que han sido usadas para impulsar las grandes reformas, necesitan las 3/5 partes de los legisladores.La oposición, por lo tanto, ha escalonado sus objetivos, siendo el mayor, lograr más votos que el gobierno en estas elecciones. Pero también está entre sus objetivos impedir la conquista de la mayoría calificada por parte del PSUV. Las expectativas de la oposición han sido expresadas con claridad, entre otros por el expresidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Pedro Nikken, en una entrevista al diario El Universal, de Caracas. Las elecciones del 26 de septiembre, afirmó, “nos van a colocar en una situación complicada porque si la oposición, con el PPT, saca más votos que el gobierno y obtiene un número menor de diputados por la manipulación de los circuitos, se plantea una tremenda crisis de legitimidad. Es obvio que eso podría influir en los resultados de las presidenciales (el 2012), pero entre una y otra elección se puede generar una crisis política muy fuerte porque en ese escenario quienes creen en la salida de fuerza tendrían en sus manos el argumento de la ilegitimidad”.
EL ESCENARIO INTERNACIONAL
“La elección venezolana será una medición de fuerzas muy importante, puesto que ha sido evidente a partir del golpe de Estado hondureño y de la cuestión de las huelgas de hambre en Cuba, un recrudecimiento de la presión internacional hacia las posturas defendidas por los gobiernos integrantes del ALBA”, dijo Morales.La presión hace alusión, entre otros, al golpe de Estado en Honduras y a los movimientos de protesta en Cuba cuya punta de lanza fueron las huelgas de hambre opositoras. Pero también hay referencias a las presiones de grupos conservadores internacionales, tanto de Estados Unidos como europeos contra el gobierno venezolano.Por un lado, se multiplican los recursos para financiar a diferentes sectores de la oposición. Por otro, conservadores europeos se suman a las presiones, entre ellos el Partido Popular español, que ha anunciado su decisión de hacerse presente en Venezuela como “observadores” de las elecciones.En un informe de Susanne Gratius –miembro de la Stiftung Wissenschaft und Politik (SWP, Fundación Ciencia y Política), un “think tank” público que asesora al ejecutivo alemán– sobre la “asistencia para la democracia en Venezuela”, se puede leer lo siguiente: “Hoy, un grupo de donantes internacionales, relativamente pequeño, está actuando en Venezuela en el ámbito político. Aunque la asistencia para la democracia ha incrementado un poco en Venezuela durante los últimos años, su papel aún está muy limitado en comparación con las necesidades financieras de una sociedad civil debilitada por el gobierno de Chávez, y ahora dependiente del apoyo externo”.Y agrega: “Mientras que Canadá y la Unión Europea orientan su trabajo hacia los derechos humanos y la observación electoral, las entidades estadounidenses y la Fundación Konrad Adenauer de Alemania están estrechamente vinculadas con los partidos de la oposición, las ONG y la Iglesia Católica.Por otra parte, los conservadores españoles, siempre listos para apoyar a la oposición cubana, se suman también a la ofensiva contra el gobierno venezolano. El coordinador de Relaciones Internacionales del Partido Popular (PP), Jorge Moragas anunció su intención de asistir a las elecciones en calidad de “observador internacional”. El embajador de Venezuela en España, Julián Isaías Rodríguez le respondió señalando que «no hay observadores internacionales, lo que existe son acompañantes electorales y el Consejo Nacional Electoral es el único órgano rector con potestad legal de designar los acompañantes nacionales e internacionales que pueden participar en los comicios”. “Moragas se ha autoproclamado observador, pero realmente lo que aspira es ser un factor desestabilizador», agregó.
LA ECONOMÍA EN LA CAMPAÑA
La situación económica del país, junto con el tema de la violencia, son dos de los grandes temas de la campaña. Sobre la violencia, grandes medios internacionales, entre ellos el New York Times, y CNN en español, se han sumado a la campaña. Los primeros, con artículos en lo que se insiste, por ejemplo –sin que los datos lo confirmen– que hay más muertes violentas en Caracas que en Bagdad. CNN en español agregó su propio documental, pasado cuatro veces por el canal, insistiendo en la violencia y la inseguridad, de las que acusa al gobierno.En cuanto a la economía, pese a las predicciones catastróficas, la realidad se muestra bastante más equilibrada.El lema «sólo malas noticias, siempre malas noticias» ha prevalecido de forma abrumadora incluso durante la época de expansión económica de Venezuela, que entre los años 2003 y 2008 ha batido todos los récords. La economía creció como nunca, la pobreza se redujo a más de la mitad y hubo grandes conquistas en cuestiones de empleo. El gasto social real por persona se multiplicó por más de tres y la atención sanitaria gratuita se amplió a millones de habitantes”, escribió Mark Weisbrot en el diario inglés The Guardian.La economía venezolana entró en recesión en el primer trimestre del 2009 después de seis años de crecimiento económico sin precedentes. Pero, según los analistas, probablemente ya se encuentra en recuperación. Los datos ajustados estacionalmente indican que la economía venezolana creció un 5,2% en el segundo trimestre del 2010.Weisbrot hace referencia a un informe sobre la economía venezolana destacando que “mantiene los niveles adecuados de demanda agregada – incluyendo un compromiso a las políticas fuertes contra-cíclicas como sean necesarias”, y prevé que “la economía venezolana crecerá, y seguirá progresando en términos del empleo, en los estándares de vida, en la reducción de la pobreza y en la equidad del ingreso que se vieron durante la expansión previa”.
Una sociedad divida
Ayrton Fausto fue director de FLACSO Brasil durante dos décadas y dejó recientemente el cargo. Con amplio conocimiento de América Latina, donde vivió en diversos países, Fausto estuvo hace dos meses en Caracas y resume así para “Universidad” sus observaciones sobre esa visita:
Sociedad dividida: Me recordó Chile en 1972 y 73. División de clase. Chavistas en los tugurios (enormes) de Caracas, Antichavistas, igualmente radicales, en los barrios «burgueses». Gran diferencia con Chile: los militares, entre los cuales Chávez mantiene su liderazgo.
Cambios profundos en curso, como el «poder popular» en las comunas.
Problemas de gestión estatal. Me recordó la Nicaragua sandinista. Mucha improvisación. Poca estabilidad institucional. Mucha rotatividad. Estado en construcción.
Total falta de «objetividad y ecuanimidad» en los análisis y en los medios. Todo es «propaganda», dentro y fuera del país. Me recordó Sarajevo en 1994/95, todo en la prensa internacional era «ficción interesada». Eso vale tantopara defensores como opositores al gobierno de Chávez.
Las elecciones parlamentarias son decisivas pues la institucionalización de los cambios, especialmente de los «nuevos poderes», o del «poder comunal», dependen del apoyo parlamentario que el gobierno de Chávez logre. Y, esta vez, la oposición disputa el control del parlamento….
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