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Las esperanzas de una salida al conflicto mediante la vía del diálogo en un encuentro binacional, en el que estaba prevista una cita entre la presidenta Laura Chinchilla y el gobernante nicaragüense Daniel Ortega e incluida en el papel para el pasado sábado 27 de noviembre, se desvanecieron como llegaron.
El mandatario de la vecina nación ofreció abordar de inmediato un auto y reunirse con nuestra gobernante en Liberia, pero sin que mediara ningún tipo de condicionamiento.Para Costa Rica, una reunión en esas circunstancias no tenía sentido. La Cancillería definió el resultado de la frustrada cita, en presencia de una misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) y para la cual se propuso la sede del INCAE, en La Garita de Alajuela, como “una binacional con sillas vacías”.
Ya el jueves 25 de noviembre, en vísperas del frustrado intento de diálogo, el embajador nicaragüense Harold Rivas puso las cosas en claro: Ni OEA, ni temas limítrofes ni condiciones de ningún tipo.
Ahora, la lucha seguirá deambulando en las instancias internacionales.
Mientras las dos partes reafirmaban la voluntad de “conversar”, Nicaragua hizo circular un “libro blanco” de 76 páginas, en el que se acusa a Costa Rica de innumerables agresiones en su contra, al tiempo que aquí la Cancillería divulgó fotografías sobre la “devastación ambiental” causada por el dragado y la construcción de un canal artificial en la zona en disputa, isla Calero, para desviar las aguas del río San Juan.
La exministra de Salud de Nicaragua en tiempos de la revolución sandinista, Dora María Téllez, clamó, en entrevista telefónica con UNIVERSIDAD (ver recuadro: Acudir a los instrumentos internacionales es un grave derroche de dinero), por agotar la vía del diálogo bilateral para alcanzar acuerdos “estratégicos” que contribuyan al desarrollo socioeconómico de los dos países.
La del fin de semana se trató claramente, de una “binacional” de los “sueños rotos”, con asientos fríos y desolados, como parte de una estrategia por dar por cumplida la recomendación del Consejo Permanente de la OEA de que las partes invocaran el diálogo bilateral, pero sin tropas o policías de las dos partes que tensaran eventuales negociaciones.
El Canciller René Castro inició a partir del pasado lunes 29 de noviembre un peregrinaje por el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para defender la tesis de Costa Rica.
Mientras tanto, el Gobierno costarricense espera la reunión de Cancilleres de la OEA, programada para el 7 de diciembre, en la que el Secretario General del organismo, el chileno José Miguel Insulza, rendirá un informe sobre el resultado de la mediación en el diferendo.
“La presidenta Laura Chinchilla y el Canciller René Castro pecaron de ingenuos al comienzo” (ver recuadro: Hubo ingenuidad al inicio), pero ahora se transita por el camino correcto”, dijo a UNIVERSIDAD el exrector de la Universidad para la Paz, Francisco Barahona.
“El conflicto obedece al interés electorero de Daniel Ortega”, según Rodolfo Silva, exembajador ante la OEA entre 1974 y 1978.
“Es una artimaña bien conocida que se ha usado repetidamente por caciques para crear un problema externo, a fin de esconder deficiencias internas”, dijo Silva a UNIVERSIDAD.
Por otro lado, estimó que el Gobierno ha encarado bien la crisis, pese a haber dado “pasos en falso” al inicio.
Una misión de expertos de la Convención RAMSAR se encuentra desde el sábado en el país, investigando los daños ambientales que el Gobierno achaca a Nicaragua en el humedal existente en isla Calero.
Entretanto, la presidenta Chinchilla calificó como “un acto de cobardía” la decisión de Nicaragua de acantonar tropas en territorio costarricense.
La disputa, salvo que de último momento se alcance un acuerdo, se trasladará también a la próxima Cumbre Iberoamericana de Presidentes y Jefes de Estado, que se realizará el 3 y 4 de diciembre en Mar del Plata, Argentina.
Ante la negativa de Nicaragua de detener los trabajos en el lugar de la disputa, Costa Rica deberá esperar a la audiencia de la Corte Internacional de Justicia, a la que el país elevó el caso de daño ambiental por el dragado del San Juan, que se celebrará en la ciudad de La Haya, Holanda, del 11 al 13 de enero.
Dora María Téllez:
Ir a instrumentos internacionales es grave derroche de dinero
La exministra de salud de Nicaragua durante la revolución sandinista y una de las artífices de la toma del Palacio Nacional en 1978, mientras se enardecía la lucha contra la dictadura somocista, Dora María Téllez, dijo, en entrevista telefónica para UNIVERSIDAD, que ambos países deberían agotar el diálogo bilateral y procurar “acuerdos estratégicos” que contribuyan al desarrollo socioeconómico de las dos naciones.“Creo que la única solución es el diálogo, puede ayudar no solo a resolver la diferencias actuales sino a alcanzar un acuerdo estratégico de largo plazo en torno a los recursos que compartimos”, señaló.“Las vecindades tienen que estar acordes con procesos a largo plazo. Costa Rica no puede evitar que Nicaragua sea su vecino y Nicaragua tampoco. Somos dependientes, tenemos un comercio altísimo, enormes lazos culturales e históricos y se puede potenciar las capacidades conjuntas para mejorar las condiciones de nuestros pueblos”, dijo Téllez, quien en la actualidad forma parte de la junta directiva del Movimiento Renovador Sandinista, que aglutina a disidentes del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).Téllez denunció, asimismo, que la exacerbación del conflicto responde también a intereses políticos de ambos gobiernos: el de Laura Chinchilla para desviar problemas internos, y el de Daniel Ortega, “enfrentado a cuestionamientos sobre autoritarismo y sus aspiraciones de reelección”.“La presidenta Chinchilla está usando esta coyuntura para sacarse de encima problemas internos, eso por su propia debilidad como gobierno, y el presidente Ortega de cara al reclamo de restricción de la democracia y el autoritarismo que se le hace aquí en Nicaragua”, subrayó.
Exrector de UPAZ:
Al inicio del conflicto hubo ingenuidad de Chinchilla y Castro
El exrector de la Universidad para la Paz, Francisco Barahona, dijo a UNIVERSIDAD que la presidenta Laura Chinchilla y el canciller René Castro pecaron de “ingenuos” ante Nicaragua en el inicio del diferendo fronterizo que enfrenta a los dos países. No obstante, opinó que ahora el Gobierno camina por la vía correcta en la batalla diplomática.“En una primera etapa se manejó muy mal (el problema)”, dijo Barahona, al recordar que el vicecanciller Carlos Roverssi fue desmentido por sus superiores, tras denunciar los riesgos y afectaciones que provocaría el dragado del San Juan en Costa Rica.Barahona dijo que tanto Castro como la mandataria quedaron satisfechos con las explicaciones orales dadas por las autoridades vecinas.“Creo que pecaron de ingenuos y creyeron que las relaciones de buena vecindad entre los dos países eran la única variable, olvidando que históricamente este es un tema repetido por lo menos en más de una docena de veces a lo largo de los últimos dos siglos”, indicó.Barahona dijo que para Costa Rica este ha sido “un conflicto gratuito, pues no dio razón alguna para provocarlo”. “Es un conflicto unilateral de parte de Nicaragua y a partir de intereses que sólo corresponden a ese gobierno, como la construcción de un canal, una represa y la desviación del mismo río”, además de las pretensiones de reelección del presidente Daniel Ortega.
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