La búsqueda de la calidad en la educación, por parte de la Universidad de Costa Rica, ha sido una de las mayores constantes en los últimos tiempos, ya que esta institución ha sido sinónimo en el país de innovación educativa y de estudio sistemático de los procesos que involucran la enseñanza y el aprendizaje de los futuros profesionales.
De ahí que esta casa de estudios ha fomentado e incentivado la autoevaluación de sus correspondientes carreras, con la finalidad de determinar sus respectivas fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas, para fortalecer lo que está bien y mejorar aquello que no esté funcionado adecuadamente; de esta manera brindar una formación de calidad a la comunidad estudiantil, en este caso, a los educandos de la Carrera de Archivística que está adscrita a la Escuela de Historia.
 
Este es el marco de referencia dentro del cual se contextualiza el proceso de autoevaluación de la Carrera de Archivística, visto de una manera crítica, objetiva y sistemática, con el fin de obtener una radiografía general del estado de la cuestión sobre indicadores como: marco filosófico, planificación estratégica, coordinación de la carrera, plan de estudios, docencia, acción social, investigación, infraestructura y gestión administrativa.
Los productos que se desprendan de este proceso serán un insumo importante para el mejoramiento continuo, como punto de partida del fortalecimiento o de la reestructuración de los planes de estudio y del mismo proceso de enseñanza-aprendizaje.
En los albores  del siglo XXI se plantea entonces el proceso de autoevaluación, gracias al apoyo de las autoridades de la Escuela de Historia, mediante el análisis de los indicadores mencionados anteriormente, lo que permitirá tener una visión panorámica de la situación actual de la formación de los archivistas del país e introducir las mejoras que demanda el medio, dentro del marco de la sociedad de la información y del conocimiento en la que nos encontramos inmersos y con el fuerte impacto de las tecnologías de la información y la comunicación que ha incidido en la forma en que se generan, se tratan y se conservan los documentos.
Este proceso se inició en abril de 2008 y ha finalizado este año, pero requiere una revisión previa del Centro de Evaluación Académica de la Vicerrectoría de Docencia para su presentación final, especialmente por la complejidad de cada uno de  los indicadores, los actores involucrados y el procesamiento de la información recopilada, para posteriormente iniciar una planificación de actividades de mejoras a corto, medio y largo plazo, a partir del próximo año, según las recomendaciones planteadas. Por lo tanto, es necesario no perder de vista que toda reestructuración integral de un plan de estudios, como es el caso del bachillerato y licenciatura en Archivística, requiere el cumplimiento de una serie de requisitos, en una forma paulatina; lo que no significa que paralelamente se vayan implementando algunas medidas correctivas, por ejemplo: promover la aplicación de todas las modalidades de graduación, definiendo la metodología para la presentación de los proyectos en cada una de ellas y  poniendo un mayor énfasis en la Archivística aplicada, sin perder de vista la rigurosidad científica que requiere cada una de las opciones de graduación dentro de la normativa institucional.
Se inició un proyecto de extensión docente durante el II semestre del 2010 y hasta el momento se han impartido tres cursos sobre Gestión de Documentos Electrónicos a los que han asistido gran cantidad de egresados y profesionales de la Carrera. Asimismo, se está programando una mesa redonda sobre los avances de la firma digital en nuestro país con funcionarios del Ministerio de Ciencia y Tecnología.
Por otra parte, se realizará un diagnóstico durante el I semestre del 2011, con el fin de determinar las debilidades que presentan los egresados y los  docentes y estructurar un plan de extensión docente que responda a esas debilidades, a partir del II semestre.
Estas son algunas de las actividades que ha emprendido la Carrera de Archivística  como preámbulo a la puesta en práctica de las conclusiones y recomendaciones, resultado del proceso de autoevaluación, en esa búsqueda de la mejora continua.