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La riza nicaragüense, ya no da risa

La invasión de la República de Nicaragua a la República de Costa Rica, pues en principio dio risa, porque muy seriamente expusieron que se fundamentaban en la cartografía Google Maps;  pero lo sorprendente es que mantengan  la invasión después de la corrección de Google, y más aún, con los resultados de la visita e inspección del Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, y la arrolladora aprobación de su informe  por el Consejo Permanente Extraordinario de la OEA.

La invasión de la República de Nicaragua a la República de Costa Rica, pues en principio dio risa, porque muy seriamente expusieron que se fundamentaban en la cartografía Google Maps;  pero lo sorprendente es que mantengan  la invasión después de la corrección de Google, y más aún, con los resultados de la visita e inspección del Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, y la arrolladora aprobación de su informe  por el Consejo Permanente Extraordinario de la OEA.
Se suma  a esta ya seria invasión, las ofensas, tanto  a Costa Rica, como a otros países de América, al  tildarles de narcotraficantes, y manteniendo a militares y trabajadores  deforestando e interviniendo negativamente  en  los humedales de la isla Portillos, con la excavación de un canal entre la laguna Portillos y el río San Juan.
Se alega como argumento  a este empecinamiento,  que se amparan hoy,   ya no en Google,   sino que en los  Laudo y Actas Grover Clevenlan y  Alexander.  Pues excelente, estos son los instrumentos donde está  la única verdad, porque es el referente arbitrado, a los cuales ambos países  deben  respeto y obediencia;  claro, si se actuara de buena fe y en atención a  las buenas costumbres.
El Acta final de la Comisión Alexander,  24 de junio de 1900, claramente vuelve a repetir lo rendido   en  todo el sustento de  Actas anteriores,  y que dice:
“La Línea divisoria entre Nicaragua y Costa Rica queda definitivamente demarcada desde el punto de partida en el Atlántico, en punta de Castilla en el lugar designada en el Laudo Arbitral N° 1 y continúa marcándose con la margen derecha de la costa de “Harbour Head” y sigue con la margen derecha del primer caño que encuentra allí; y continúa con la del Río San Juan, hasta el punto que está distante tres millas inglesas de las fortificaciones exteriores del Castillo Viejo:  todo esto conforme las operaciones geodésicas y planos que se ven en las actas correspondientes” …
Esto es lo correcto y lo que debemos de respetar, y se lo hemos escuchado al señor Edén  Pastora, personaje a quien el gobierno de la República de Nicaragua ha designado para el dragado del río San Juan y, entonces también para  “rectificar” la margen derecha del mismo río.  Con el agravante para Costa Rica, que su margen derecha del San Juan,  está siendo modificada o creada, porque el mundo está presenciando la labor de día a día de una devastadora  acción por funcionarios  y por el ejército de la República de Nicaragua, en una clara invasión.  Están creando un  canal en la isla Portillos,  entre la laguna Portillos (Harbour Head) y el río San Juan, ahí en la finca Aragón, descrita también por Alexander.
Es invasión, porque no hay autorización por parte del Gobierno de Costa Rica, es simplemente una acción unilateral del Gobierno de Nicaragua, fuera de toda costumbre, porque cuando de aclaración, demarcación u otros  asuntos fronterizos se trate, se converge con las autoridades competentes, sea ambos países acuden y actúan en atención a los acuerdos protocolizados para tomar acciones, y en materia de demarcación, miden , se crea cartografía  y se edifican estructuras (mojones) para la sana y pacífica convivencia.
Que desafortunada es la acción  del Gobierno de Nicaragua, porque se pone en   evidencia, ante los ojos del planeta con el absurdo de imponer caprichosamente un límite internacional y por la fuerza,  con una devastadora intervención en el medio ambiente, porque está creando ese primer caño que cita el Acta, así, nos está haciendo  un nuevo San Juan en este sector.
Resulta que el señor Pastora,  y uno esperaría  que  con asesoría profesional,  tenga el trazo que una vez tuvo,  supuestamente, el río San Juan.  Que sabiduría tiene, lamentablemente que no la comparta para estar de acuerdo,  para que una obra de beneficio pueda convenir  a los pueblos vecinos y amigos.
Los que estudien los Laudos y las Actas encontrarán el texto  ya citado y transcrito,  pero a la vez el fundamento de este, que es el  levantamiento  topográfico de la margen derecha de Harbour Head y el caño que la Comisión Alexander interpretó como primero  (que no es el mismo de Edén  Pastora y el que nos construye, claro,  sin nuestro consentimiento), así  hasta el río San Juan y por su margen derecha del primer trecho del río San Juan hasta el canal del río Tarua.  Encontraremos  así desde la estación 1 hasta la estación 40, toda una figura poligonal, y que en las Actas Alexander  se ordenan para que en el futuro, ante posibles cambios se tenga como referencia, tal como Costa Rica lo pidió en aquel momento para todo el trazo fronterizo, en contra de la posición nicaragüense.
Este levantamiento también tiene una representación gráfica,  que completa  lo descrito  en palabras, y lo que se encuentra en  números en tablas con estaciones, coordenadas y azimuts, con lo que se constata  que la tesis del señor Pastora  queda sin argumento.
Si llevamos el levantado topográfico a la misma escala de la cartografía actual, nos daremos cuenta  de la exactitud, de la correspondencia entre los terrenos de los que estamos hablando, sea de la sección de la isla Portillos, Harbour Head (laguna Portillos) y el San Juan, que no han variado y mucho  menos  para sustentar la riza nicaragüense.
Las gráficas que se adjuntan a este escrito,  nos permiten  concordar con lo que sería la tesis costarricense, dando la  razón al país invadido, Costa Rica.
La frontera terrestre Costa Rica – Nicaragua tiene aproximadamente 309, 76 km,  136,25 de ellos por la margen derecha  del río San Juan, y 173,51 son la poligonal alrededor del río San Juan, del lago  de Nicaragua, así hasta el  río Sapoá y de ahí hasta el punto céntrico en bahía Salinas.  Qué nos espera,  si así nos  corrigen  o nos crean nuevas márgenes en esos 136, 25 km  de nuestra margen del río San Juan, situación siamesa, para la cual no hay operación de separación,  más si la convivencia.

  • Eduardo Bedoya (Presidente de la Asociación de Geógrafos de Costa Rica)
  • Opinión
Invasion
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