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Los regímenes dictatoriales de África y Cercano Oriente se han encontrado con un enemigo hasta ahora no tomado en cuenta por sus servicios secretos y las fuerzas represivas: la tecnología digital, mediante la cual, miles de personas, en especial jóvenes disconformes con sus sistemas de gobierno y las condiciones socioeconómicas impuestas, lanzan convocatorias a la población a lanzarse a las calles y enfrentarse a los efectivos de la policía y de los ejércitos, aún en medio de las balas, los arrestos, los gases lacrimógenos y brutales golpizas.
El fantasma de la Internet recorre los países del norte africano, Medio Oriente, extendiéndose a China, Bélgica, y más próximo a Costa Rica, a nuestra vecina Nicaragua, con llamados vía redes a resistir la candidatura del presidente Daniel Ortega. (Ver recuadro 1: Reelección presidencial dispara marchas virtuales en Nicaragua).
La sublevación arrancó en Túnez, con la denominada “revolución de los jazmines”, debido a que la población fue convocada, con gran participación de redes sociales, a protestar con jazmines en sus manos contra la muerte de un vendedor de frutas, Mohamed Buazizi, quien se suicidó el 17 de diciembre por la represión de las autoridades del gobierno contra los negocios informales.
La protesta desembocó en una oleada de violentas jornadas en el mes siguiente con saldo de más de 250 muertos, y que aún prosiguen, y obligaron a la dimisión y huida del autócrata presidente Zine El Abidine Ben Alí el pasado 14 de enero, quien se mantenía en el poder desde 1987. El Primer Ministro, Mohammed Ghannuchi, se vio obligado a dimitir el domingo ante la persistencia de protestas populares en su contra, por su presunta conexión con el régimen de Ben Alí.
La chispa desatada por esa insurrección, y con Internet como combustible, se extendió a Egipto, tumbando al presidente Hosni Mubarak, quien renunció el 11 de febrero, tras mantenerse al frente del país desde el 14 de octubre de 1981.
La llama siguió propagándose y ahora tiene al borde del desplome al dictador de Libia Muammar Gadafi, quien gobierna con mano de hierro esa nación africana desde hace 42 años. Pese a la represión, que ha cobrado varios cientos de vidas, jóvenes, mujeres y ancianos, se mantienen en las calles, tomando edificios públicos y sumiendo a la nación en el caos. Todo parece indicar que los días del gobernante libio y su clan familiar están contados.
Similares explosiones (ver recuadro: Los principales focos de conflictos) han ocurrido en países como Jordania, Omán, Bahréin, Argelia, Marruecos, Yemen, y más recientemente en la todopoderosa China, donde los gobernantes del Partido Comunista aplicaron el domingo la represión contra manifestaciones opositoras convocadas a través de redes sociales como Facebook y Twitter (ver nota aparte: Se impone una nueva forma de hacer política, dicen analistas).
En China el régimen saboteó sitios de Internet, sacó del mercado a Google, arrestó a blogueros, y pese a las amenazas y las acciones de fuerza, no logró impedir protestas en varias ciudades del país por segunda vez en una semana.
Las autoridades chinas están temerosas de que el incendio en África del Norte y Medio Oriente se propague hasta su territorio.
En Bélgica, donde hay un caos por la ausencia de gobierno, cientos de personas convocaron a promover la “revolución de la patatas”. El país ostenta una marca: igualó el jueves 17 de febrero el récord mundial de Estado sin gobierno estable (249 días), que registró Irak en el 2009.
En la protesta, activistas regalaron a los manifestantes porciones de patatas fritas como símbolo de la unidad.
El denominador común de esta manifestación fue la convocatoria vía Facebook. En Cuba, la bloguera y periodista disidente Yoani Sánchez, ganadora de los premios Ortega y Gasset para el periodismo digital e IREDES, concedido en la ciudad española de Murcia, trae de cabeza a las autoridades del gobierno de Raúl Castro al convertir la tecnología digital en un mecanismo para hacer denuncias y realizar llamados a protestas a sectores opositores.
Costa Rica no ha escapado al fenómeno de las redes sociales y su utilización con fines políticos. (Ver recuadro: Le hicimos la vida imposible a la defensora de los habitantes: Geovanny Jiménez)
Las convocatorias por las redes sociales desataron las fuertes manifestaciones populares ocurridas en San José en diciembre del 2009 y enero del 2011, en protesta por la imposición del entonces presidente Óscar Arias de Ofelia Taitelbaum al frente de la Defensoría de los Habitantes.
La convocatoria vía redes sociales detuvo el denominado “salariazo”, el jugoso aumento de sueldos que los diputados de la Asamblea Legislativa intentaron autorrecetarse en mayo, tres semanas después de haber ocupado sus cargos.
Más de dos mil personas convocadas a través de Facebook y Twitter se plantaron frente a la Asamblea Legislativa el lunes 24 de mayo, día en que se votó en primer debate la propuesta.
La resistencia de la sociedad civil obligó a la presidenta Laura Chinchilla a vetar el aumento, el cual descansa ahora en el archivo de la Asamblea Legislativa.
Reelección presidencial dispara marchas virtuales en Nicaragua
La insistencia del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, de buscar su reelección en los comicios del 6 noviembre, pese a la existencia de un impedimento legal, disparó las marchas de protesta virtual en los últimos días en la vecina nación.
La postulación fue hecha este 26 de febrero, en medio de una guerra a través de las redes de Internet desatada entre sectores opositores y oficialistas.
Un opositor, Javier Báez, convocó a una marcha de protesta para el viernes 25 de febrero por medio de una página digital bajo el lema “No nos quedaremos callados, no más reelección”.
Y apenas apareció la convocatoria, 6.884 personas expresaron el apoyo al movimiento, mientras casi de inmediato una seguidora oficialista hizo un llamado vía Internet para expresar el respaldo a las aspiraciones del mandatario.
“Dios bendiga al comandante Daniel Ortega”, dijo uno de sus seguidores en Facebook.
“No más reelección” y “No más Ortega” se señalaba en otras páginas similares creadas en Facebook.
El mismo viernes 25 de febrero más de 17.000 cibernautas decían que “asistirían” a las marchas virtuales que están convocando ambos bandos.
Los principales focos del incendio virtual
Las redes sociales han contribuido a realizar convocatorias y levantar los ánimos en países como Túnez, Egipto, Libia, Jordania, Yemen, Omán, Bahréin, Marruecos, Argelia, Arabia Saudita, Irán y China.
En América Latina, países como Venezuela, Cuba, Nicaragua y la misma Costa Rica han sido escenarios de convocatorias con trasfondo político a través de medios digitales.
Se impone una nueva forma de hacer política, dicen analistas
Ernesto Ramírez
[email protected]
La era de la tecnología digital y su incidencia en los movimientos sociales obligará a los políticos a “busca una nueva forma de hacer política”, dijo a UNIVERSIDAD Luis Guillermo Solís, dirigente del Partido Acción Ciudadana (PAC) y profesor de Historia y Ciencias Políticas.
“Las nuevas tecnologías y las redes de comunicación traen aparejados cambios políticos, eso es innegable”, comentó Solís.
Sin embargo, recordó que la existencia de redes sociales no es nueva, “siempre han funcionado en la historia de la humanidad, sólo que ahora son de una dimensión insospechada, por la facilidad de acceso, la rapidez y el bajo costo”.
La aparición de la imprenta, las hojas sueltas, el impacto de la televisión con escenas desgarradoras de la guerra en Vietnam, la Guerra del Golfo (la primera que se transmitió en directo), y el ataque a las Torres Gemelas, observado por millones de personas en tiempo real, son ejemplos de este fenómeno, agregó.
“El desarrollo de estas tecnologías introduce variables que eran insospechadas e inimaginables hace apenas 20 años. Todo este fenómeno le complica la capacidad de reacción a los gobiernos porque en condiciones normales tendrían cierto margen de definir acciones si no tuvieran la fuerte presión local e internacional”, añadió.
“¿Cómo controlar a un manifestante que lanza llamados por mensajes con un celular en la bolsa, o toma un video o fotografías en el mismo lugar de los hechos? Es muy complicado”, explicó Solís.
“Se trata de gente desbocada en las calles convocándose ella misma, con redes descentralizadas y muy difícil de controlar; esto es lo nuevo de estos sistemas de comunicación”, comentó
Solís advirtió que no hay forma de detener o controlar tales manifestaciones: “no hay papel, no hay tinta, tendría que haber una matanza masiva y aún así alguien obtiene una foto, un video, envía un mensaje, lo que facilita la ruptura del cerco mediático”, comentó.
Solís dijo que en el caso de África del Norte y el Medio Oriente “ha sido tan espectacular que ha opacado noticias sobre hechos que ocurrieron en el pasado usando las mismas redes, como en España después del ataque a la terminal ferroviaria de Atocha. La noticia de que el gobierno había mentido se convirtió en un incendio y provocó su derrumbe”, recordó.
“Es la primera vez, en todo caso, que se producen caídas de gobierno utilizando estas redes, los gobiernos autoritarios tienen que poner sus barbas en remojo”, dijo Solís.
El politólogo recordó que el triunfo de Barack Obama en Estados Unidos se sustentó, en gran parte, en el apoyo que recibió a través de las redes de Internet. “Por eso, las redes pueden servir para quitar o poner gobiernos”. “Hugo Chávez en Venezuela, Laura Chinchilla aquí, Cristina Fernández en Argentina, y otros mandatarios y dirigentes utilizan estos medios para alcanzar sus fines”, citó a manera de ejemplo.
Pese al incendio que están causando en importantes regiones del planeta, Solís consideró que en América Latina estos medios tecnológicos tendrán menos impacto porque “el contexto es de mayor apertura. En África y Medio Oriente se trata de dinosaurios, no existen colectivos sociales ni sistema de partidos políticos, como es el caso de Libia y Afganistán. A los dinosaurios les cayó del cielo el asteroide, y a estos regímenes Facebook,”, sentenció.
Por su parte, Carlos Sandoval, profesor de la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva de la Universidad de Costa Rica y del Instituto de Comunicaciones Sociales coincidió con Solís en que las redes sociales siempre han existido.
“Lo moderno es el avance tecnológico, tienen un soporte digital que incrementa la interconectividad de muchas personas. Durante la guerra en Centroamérica había redes clandestinas por la que se transmitían mensajes e instrucciones y proclamas”, dijo.
Por otra parte, se mostró extrañado por la sorpresa que provoca la participación de jóvenes en estos movimientos de sublevación porque “siempre han tenido un gran protagonismo, especialmente en la lucha contra los regímenes autoritarios”.
Y citó el caso de la lucha contra la dictadura de Anastasio Somoza en Nicaragua o la insurrección armada en El Salvador en la década de 1980.
En el Medio Oriente y en el norte de África se trata de países controlados durante muchos años por “élites autoritarias, y en las redes se decanta el descontento y la inconformidad, son un enorme peligro para esos sistemas”, dijo Sandoval.
No obstante, consideró que estos medios digitales tampoco son “la pomada canaria”, porque también pueden ser usadas por el poder para obtener beneficios”.
“Parece que han servido más para articular la protesta que la propuesta. Alguna gente anda buscando el paraíso y cree que lo encontró en la tecnología. Traducir la protesta en propuesta es el reto que tienen muchos movimientos sociales, incluidos los de Costa Rica porque nos va muy bien protestando pero muy mal en las elecciones”, reflexionó.
Costa Rica utiliza convocatoria por Facebook
Geovanny Jiménez es un politólogo graduado de la Universidad de Costa Rica y fue el líder de la protesta, posiblemente la primera convocada en Costa Rica por Internet, contra la imposición de Ofelia Taitelbaum en la Defensoría de los Habitantes.
“En ese tiempo apenas estaba empezando a descubrirse la posibilidad de formar grupos en Facebook. Los Arias impusieron a la nueva defensora y a mí me indignó porque estaban copando todas las instituciones, los pesos y contrapesos de la democracia costarricense”, dijo Jiménez a UNIVERSIDAD.
“Era la gota que derramó el vaso, entonces se me ocurrió la idea de crear un grupo y tuvo un peso muy importante. No logramos detener la designación de la Defensora, pero le hicimos la vida imposible”, dijo el politólogo, quien creó y dirige el sitio RedCultura.net.
Jiménez recordó que lanzó una convocatoria para el 23 de diciembre del 2009, la cual logró reunir a más de 2.000 personas frente a la Asamblea Legislativa para protestar. “Se trató de presentar el movimiento como una lucha de la sociedad civil y no partidaria y así se respetó hasta el final”, explicó.
Las protestas, ya con plantones, se reanudaron en enero del 2010 y se prolongaron durante una semana frente a la Defensoría, pero de forma más articulada y organizada, dijo el politólogo.
“Lo importante es que hubo convocatoria, se hizo la protesta, la defensora no quiso renunciar, cuestiones legales impedían quitarla pues fue nombrada por la Asamblea Legislativa, pero le hicimos la vida imposible a la “agresora” de los habitantes, como le llamaban los convocados a la protesta”, relató Jiménez.
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