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Se lee en el sitio Web del Programa Estado de la Nación, (PEN) (consultado el 29/04/11), que este “Opera bajo el marco institucional del Consejo Nacional de Rectores que reúne a las cuatro universidades públicas y la Defensoría de los Habitantes de la República con el apoyo de varios auspiciadores”. (sic).
Se señala además que la ejecución del PEN “está fundamentada en tres principios o premisas básicas: rigurosidad académica, legitimidad social y amplitud en la difusión”.
Sobre el “rigor académico”, el PEN indica que “La primera orientación se origina en la articulación de capacidades de investigación de instituciones, expertos y sectores de la sociedad, lo que ha permitido obtener información, análisis pertinentes y de calidad…”.
Recientemente, fue publicado uno de los estudios que ofrece el PEN: el “Tercer Informe Estado de la Educación” que, a la vez, presenta el documento “Extensión y dominio efectivo del inglés como segunda lengua en el sistema educativo costarricense: Situación actual, problemas y desafíos” (2010), por Manuel Barahona, Guillermo Acuña y Yajaira Ceciliano.
Entre los contenidos del documento, se encuentra, por ejemplo “el Plan Nacional de Inglés [PNI]: un horizonte ambicioso”. No obstante, el PNI es un plan infundado, carente de todo “rigor académico” y que –lamentablemente–, según lo citado en el informe: “Todas las acciones propuestas en el PNI así como las metas serán el marco común de las actividades que se realicen en las distintas entidades públicas y privadas”. (sic).
Es decir, ¿todo el país siguiendo acciones dizque educativas que no poseen ningún “rigor académico”, ni científico?
Bajo “Diagnóstico del Dominio Lingüístico de los Profesores de Inglés del Sistema Público Costarricense. Debilidades en la docencia, niveles intermedios” (sic), se indica que uno de los objetivos del mal llamado diagnóstico fue “Determinar por medio de la aplicación de una prueba válida, el nivel de dominio del idioma inglés de los docentes…” “La prueba aplicada fue el… TOEIC cuyos resultados fueron equiparados con los descriptores del Marco Común Europeo de Referencia…”.
Empero, la vasta literatura científica sobre esa prueba señala las serias falencias que ésta posee. Por ejemplo –como ya se ha indicado antes– según Nall (2003), en “TOEIC: A discussion Analysis”: “la validez aparente de la prueba (la generada por publicidad efectiva y evaluaciones incompetentes) es una cualidad extremadamente subjetiva… Evidencia imparcial que respalde la naturaleza comunicativa de la prueba… es notablemente escasa…”.
El Dr. Fulcher, de University of Leicester, en su presentación en la Pierre and Marie Curie University, intitulada“The CEFR: Uses and Usefulness” (El Marco Común Europeo de Referencia: usos y utilidad), indica, entre otros aspectos, que “…los encapsulados que tenemos en los niveles del CEFR son una descripción extremadamente pobre de comunicación que está lejos de ser una descripción coherente… de competencia o capacidad para comunicarse. Pero esto no es sorprendente, dada la forma en que las escalas se construyeron. No existe ni base teórica [y así lo han reconocido lo propios autores del CEFR], ni ningún fundamento en análisis lingüístico, u observación de la comunicación”.
Señala además el Dr. Fulcher que el CEFR “…por lo tanto, no es directamente utilizable, ya sea como una especie de guía para construir un plan de estudios, o como un conjunto de instrumentos de evaluación… Tampoco es particularmente útil para vincular, mapear, alinear, o reconocer pruebas…”.
En suma, al parecer, el estado actual de la educación en lenguas en Costa Rica se “sustenta” en instrumentos que carecen de “rigor académico” y científico.
¿Cómo debe entenderse el “rigor académico” definido por el PEN, particularmente, lo referido a la obtención de “información, análisis pertinentes y de calidad…”?
El CONARE ha sido el que en escasos dos años, según ellos, logró “dotar de las competencias lingüísticas en el idioma inglés”, a ¡profesores de inglés!, dentro del marco del infundado PNI, apegados a instrumentos lingüísticos que carecen de toda base teórico-científica. ¿Cuál es, entonces, el estado real de la educación en lenguas en Costa Rica?
La investigación científica educativa independiente en lenguas es la solución para que, parafraseando lo que se cita en el informe, haya recurso humano “bilingüe” (¿o, más bien, plurilingüe?), la competitividad del país no se vea reducida, la expansión de las empresas existentes y la llegada de nuevas inversiones no se vean limitadas, y, así, supuestamente, ofrecer mejores oportunidades para la población y procurar reducir la pobreza.
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