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Cambiando la manera de votar, sesionando con veintiséis diputados, cuando el mínimo requerido es de treinta y ocho, con un diputado reemplazando a Guillermo Zúñiga, con un receso de cuarenta minutos para hacer discursos, y con un diputado José Alberto Rojas todavía en el hospital debido a amenazas (otra vez la técnica de torcer brazos) mermando así al bloque opositor y, con las usuales prebendas para algunos de los restantes parlamentarios, nada de eso ayudó al PLN a obtener el directorio legislativo por segundo año consecutivo.
Al final, desprestigiados ellos mismos por su actuación del día anterior y en vista de que se dieron cuenta, aunque no lo aceptan, y, quizá nunca lo harán, de que no reunían los votos necesarios para ganar el directorio, 26 votos fue lo más que lograron amarrar, un poquito lejos de los 29 que publicitaban, decidieron al día siguiente abandonar su pretensión, renuncia del espurio presidente Villanueva reelegido de por medio, y declinaron presentar papeleta, cabe decir, la misma que nunca fue dada a conocer en su totalidad; lo que sabemos nada más es quién la encabezaba.
El tragicomedia terminó de dibujarse cuando Viviana Martin echó mano a un argumento-cliché-falacia histórico, a saber: la lucha de su partido por la “pureza del sufragio” y del voto secreto; aspectos que no son del caso comentar aquí; es suficiente la contundente respuesta y refutación de parte de parte de un letrado del TSE (Diario Extra, 3/5/11) y del periodista Armando González (La Nación S.A., 3/5/11); este último nada sospechoso de antiliberacionismo o de ser simpatizante del bloque opositor, por aquello de las dudas.
Por sus palabras los conoceréis. “Forajidos” vociferó el diputado verdiblanco Fabio Molina irritado porque los diputados de la Alianza por CR no cayeron en las trampas que el directorio provisional presidido por Annie Saborío (oficialista) les tenía tendidas al salirse del recinto legislativo y romper el quórum . Cabe señalar que también fue esta diputada la que validó luego la aberración procedimental de la mañana del primero de mayo. “Fascistas” gritó ante la constatación de la coherencia, transparencia y firmeza del bloque opositor que no se dejó enajenar. “Cobardes” se desgañitó cuando se dio cuenta de que el bloque opositor no respondía a ‘bosses’ o a fuerzas que no van a elecciones y que su principal motivación es devolver la confianza en las instituciones políticas y poner a CR por encima de cualquier interés gremial o partidario para bien de la mayoría.
El aprendizaje. “No tenemos vocación de oposición”. Más allá del talante autoritario de esta frase que en rueda de prensa expresara Luis Gerardo Villanueva, y de lo que implica para el ordenamiento institucional-democrático del país, entre otras cosas que en el PLN hay gente dispuesta a lo que sea con tal de hacerse con el poder, lo cierto es que, bajando un poco el tono, a partir de ahora la fracción de liberación nacional es, si lo desea, efectivamente, oposición dentro del Poder Legislativo. Paradójicamente, ahora les toca ver y juzgar las cosas desde otro ángulo, uno por cierto que no están muy acostumbrados si volvemos a la joya de frase líneas arriba. Gran trabajo y gran responsabilidad recae sobre los diputados verdiblancos. Les toca demostrar, ahora desde la otra acera, y si lo desean, que no son obstruccionistas, que no son los diputados “No”, es decir, todo lo que le endosaban a la oposición, y que su principal interés es ayudar a buscar soluciones para los problemas urgentes que ocupan al país en lugar de empeorarlos. Si lo lograsen, todos habremos ganado y sobre todo no tendremos que seguir el desesperanzador y, viéndolo bien, muy alegórico consejo que el legislador Luis Fishman le dio al diputado del PLN Luis Fernando Mendoza cuando este confesó, algo apenado, que le había pedido a su hijo que siguiera la sesión del congreso por televisión: “Dígale a su hijo que cambie el canal”.
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