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La lucha sin fin

Recordar el nombre que don José Figueres dio a su finca en San Cristóbal tiene sin duda relevancia y aplicación en la coyuntura que enfrenta la sociedad actual por el uso y conservación de los recursos naturales. Enfrentamos una situación en donde el  neoliberalismo imperante, plantea la necesidad de una explotación creciente y absoluta de  los recursos naturales disponibles, para satisfacción de las necesidades humanas. Desde esa perspectiva, todo tiene que ser explotado y aprovechado, desde un punto de vista, supuestamente sostenible.

Recordar el nombre que don José Figueres dio a su finca en San Cristóbal tiene sin duda relevancia y aplicación en la coyuntura que enfrenta la sociedad actual por el uso y conservación de los recursos naturales. Enfrentamos una situación en donde el  neoliberalismo imperante, plantea la necesidad de una explotación creciente y absoluta de  los recursos naturales disponibles, para satisfacción de las necesidades humanas. Desde esa perspectiva, todo tiene que ser explotado y aprovechado, desde un punto de vista, supuestamente sostenible.
Nuestros parques nacionales sufren, desde hace varios años, una arremetida de los sectores desarrollistas que buscan a toda costa, su apertura para la explotación con proyectos de infraestructura comercial e industrial: geotermia, hidroeléctricas, carreteras, pesca,  petróleo, etc. Diversos proyectos de ley han sido presentados a la Asamblea Legislativa en los últimos años con la finalidad de abrir nuestros parques nacionales a este tipo de actividades.
Recientemente, el Movimiento Libertario, fiel a su ideología radical, presentó, lo que puede llamarse el proyecto de ley más dañino y peligroso  que se haya planteado sobre parques nacionales. Este promueve la apertura total de estas áreas para la explotación geotérmica, tanto para el  ICE como para la empresa privada. Esto representa sin duda  un cambio radical en la concepción y visión que ha imperado sobre  nuestros parques nacionales, que pasarían de ser zonas para la conservación, a convertirse en sitios para la explotación industrial con proyectos geotérmicos, tanto estatales como privados. Representaría además,  un grave precedente, que abriría la puerta para que  una cadena de actividades productivas se desarrollen en estas áreas protegidas. Esto sin duda, ocasionaría a futuro, el final de nuestros parques nacionales.
Debe entenderse, de una vez por todas, el enorme valor ecológico, social e intangible de estas áreas. Los parques nacionales son zonas que por su importancia ecológica y social  deben ser dedicados  a la conservación de nuestra biodiversidad y no a la explotación o extracción de recursos. Los parques nacionales son nuestro valioso jardín, nuestro enorme tesoro natural y este jardín, debe permanecer inalterado.
Pero el proyecto de ley del Movimiento Libertario no es el único; hay presentados otros proyectos por parte de otros partidos, como el PLN (expedientes 17.211 y 17.680) que buscan, en una u otra forma, abrir los parques nacionales a las actividades mencionadas.
Tenemos opciones que nos brinden energía firme. En el caso de la geotermia, una de ellas es la modificación de límites de parques específicos para permitir desarrollos geotérmicos al ICE,  y la reposición de áreas equivalentes, bajo estrictas y claras condiciones que no perjudiquen a los parques nacionales. Y se evitarían así,  las peligrosas aperturas generalizadas que por lo general se han planteado.
Por eso, la lucha de los que creemos firmemente que estas áreas protegidas deben mantenerse libres de proyectos de infraestructura comercial o industrial continuará, con la fuerza y determinación con que lo hemos hecho todos estos años. Solo el tiempo dirá si esta será la lucha sin fin, como la finca de  don Pepe, o si finalmente se logrará, entre nuestros dirigentes y políticos, el nivel de conciencia, sensibilidad y respeto que permita a nuestros Parques Nacionales continuar como áreas para la conservación inalterada, libre de la amenaza de la explotación o extracción de sus riquezas.
Pedimos, en todo nivel, un pacto de no agresión con los parques nacionales, para que estas importantes áreas puedan tener  vida en el futuro y ser conocidas y aprovechadas por las futuras generaciones.

  • Rolando Portilla Pastor (Ingeniero civil. M. Sc. en Manejo de Cuencas Hidrográficas)
  • Opinión
NeoliberalismNon-aggression Pact
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