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Desde hace varios años, se viene impulsando un Plan Fiscal por parte de los gobiernos de turno, pues alegan tener serios problemas de orden económico, y obviamente, requieren recursos económicos para poder al menos equilibrar un tanto la economía nacional.
El actual gobierno, presidido por la señora Laura Chinchilla Miranda, también presentó su propio Plan Fiscal, y este fue rechazado ad portas por las demás fracciones parlamentarias; esto sin tomar en consideración, que la fracción del Partido Liberación Nacional para nada es homogénea, y además no responde a los intereses del Poder Ejecutivo, presidido por doña Laura.
Ahora bien, ha habido propuestas sobre el Plan Fiscal de diferentes partidos, pero eso ha estado empantanado ahí en la Comisión de Asuntos Hacendarios.
Lo que dejó perplejo a la gran mayoría de costarricenses, fue el anuncio que el señor Ottón Solís negoció directamente con la Presidenta de la República, aspectos medulares del Plan Fiscal.
El gran problema ético es haber actuado precisamente sin ÉTICA, por parte del señor Solís Fallas, él que se considera un apóstol en esta materia. ¿Por qué apunto esto? Porque él, según nos ha comunicado la prensa nacional, lo que hizo fue meramente informar a la Dirección del Partido Acción Ciudadana que iba a ir a dialogar con la Presidenta de la República, sobre el Plan Fiscal.
Él nunca le explicó ni por la forma, ni por el fondo, a la Fracción Parlamentaria del Partido Acción Ciudadana, que iba a negociar aspectos del Plan Fiscal con el Poder Ejecutivo; eso es una falta de ética sin precedentes, toda vez que, son los diputados/as, quienes en última instancia votan a favor o en contra del Plan Fiscal.
Pero sí comprometió los votos de la bancada parlamentaria del PAC para aprobar el Plan Fiscal, insisto, sin haber dialogado con ellos. Ese es el reflejo del auténtico estilo caudillista, típico de posturas autoritarias, en donde el PATRIARCA dice: “Ordeno y Mando”.
Me pregunto: ¿Fue informada en pleno la Asamblea Nacional, las Asambleas Provinciales, las Asambleas Cantonales del Partido Acción Ciudadana, de lo acordado con el Poder Ejecutivo? Me podrán responder: por favor no sea utópico, eso es imposible; entonces, ¿dónde queda aquello de que el Partido Acción Ciudadana es un Partido Político, con un nuevo estilo de gestión, y con nuevas metodologías, para incorporar a la ciudadanía, como lo hacen en la campaña electoral, con los denominados Encuentros Ciudadanos?
Por tanto, el Pacto PAC-Gobierno Central, no es más que una lista de impuestos, ¿y el desarrollo de la agricultura nacional, para que nuestro país se pueda autoabastecer de la producción de granos básicos, y con ello favorezca al productor nacional?, y ¿dónde queda el desarrollo de una auténtica industria nacional (pequeña, mediana y grande)?, y ¿la puesta en práctica de una verdadera agro-industria nacional?
Llevan razón los propios diputados del PAC, Víctor Hernández (provincia de Cartago), Carmen Muñoz (provincia de San José), Claudio Monge (provincia de Heredia), de comenzar a dudar de las bondades de dicho pacto.
Un aspecto medular es que no se grava con el peso que se debiera, a quienes tienen grandes capitales, que muchos de esos recursos los han amasado evadiendo su deber de pagar al fisco, los impuestos de renta, de venta y otros.
Como suele decir el refrán “Al toro por los cuernos, y al hombre por la palabra”; ¿por qué no enfrentar esa realidad, señor Ottón Solís?, ¿cuál es el miedo? o ¿qué intereses hay detrás de ello?
La Patria exige una respuesta clara, prístina y meridiana, y no arreglos por debajo de la mesa, porque eso no es ÉTICO.
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