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Oda a los guardaespaldas de doña Laura

No te acerques a doña Laura, o te tumbo yo de espaldas.

No te acerques a doña Laura, o te tumbo yo de espaldas.
No te acerques periodista, yo soy el guardaespaldas.
No te acerques periodista, no le toques esas faldas.
No te acerques periodista, yo le rasco las espaldas.
No te acerques periodista, con preguntar nada remedias.
Yo soy el guardaespaldas, yo soy un chupamedias.
Nada tiene que decir, nada dice doña Laura.
Ya que con las encuestas, toda negra es su aura.
Al tratar de preguntarle, un periodista del siete.
Se topa a un gorila, que contra él la arremete.
“No la toque, no va a hablar” le dice aquel gorila.
No era uno sino cuatro, que venían todos en fila.
Empujón tras empujón, se llevó el periodista.
Cuando quiso hablar con Laura, como si fuera una artista.
Tras de eso se vuelve un canoso, con saco y con corbata.
Matón viejo payaso, matón que se arrebata.
Le dice al periodista, que se aleje y que respete.
Cuidado y sino más bien, se va a quedar sin brete.
“Respete” dice el viejo, que es la presidenta.
Mientras todos en las casas, la madre se la mientan.
No le hablo al periodista, sin mentiras sin tapujo.
Solo pongo a mis matones, y nada más yo los empujo.
Debería darle vergüenza, doña Laura y sus matones.
Descontento popular, que ya ¡somos montones!
No es la primera vez, que esta gente es bien malcriada.
Que hacen estas cosas, y se dan la gran pelada.

  • Esteban Ramírez Rodríguez (Psicólogo)
  • Opinión
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