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El capital transnacional, hace mucho tiempo en su nueva fase, ha extremado la expropiación de la riqueza producida por las y los trabajadores manuales e intelectuales, con acumulación de ésta en un pequeño grupo y, el 85% al 90% de la población en la estrechez y la pobreza; pero además, en su voracidad, está agotando los recursos naturales y pone en peligro la vida sobre el planeta.
El sistema se come su propia cola, se hace inviable, porque millones y millones de personas en el mundo pierden el poder de consumo, y las materias primas se agotan y se encarecen, todo lo cual entraba las ganancias y la reproducción ampliada del capital, que es su esencia. Ante la crisis, el capital transnacional recurre a la especulación, no produce mercancías ni servicios, se los apropia, para crear una riqueza virtual, ficticia, a través de acciones, bonos, hipotecas, derechos de giro, compras a futuro, burbujas y papel moneda: el dólar, que hace mucho tiempo no tiene respaldo en el oro, ni en la producción, porque la economía de los USA es mucho menor que su gasto y la deuda acumulada.
Entonces, a través de la estafa, con medios de riqueza maleables, ficticios, maquinan para quedarse con la riqueza real de las naciones. Ante estos hechos, se hace necesaria la unidad, organizada y combativa de toda la nación, para enfrentar al capital transnacional y su sirviente, la oligarquía.
En Costa Rica, con un Estado secuestrado, con todo el poder económico, político y social, en las manos de la alianza del capital transnacional con la oligarquía, además con una dictadura mediática, ya hace décadas anulan las garantías sociales, el código de trabajo y destruyen, privatizan, las instituciones que con tanto sacrificio creó la nación; el mismo Estado se remodela para mejor servir al capital transnacional y precarizar las funciones de bien público, como la educación, la salud, la vivienda, los servicios (CCSS , ICE, AyA, INS, INVU), la seguridad, el medio ambiente, la soberanía alimentaria, la protección al agricultor, al artesano, a la juventud, a la mujer, a los pequeños industriales y comerciantes, a las clases medias, es decir, a la inmensa mayoría de la nación.
El TLC con los USA, impuesto, nos amarra más a un sistema en crisis que succiona la riqueza producto del trabajo de la nación; se propone, con la complicidad de la oligarquía, despojarnos de las riquezas naturales: el agua, el petróleo, el gas, el oro, la tierra, el bosque.
En lo político, si el Estado sigue secuestrado y se mantiene la dictadura mediática, así como los altos jerarcas de los poderes en el pasado se dedicaron a entregar nuestra nación, hoy lo seguirán haciendo y mañana también; lo hacen bajo la intolerancia y el autoritarismo, con la complicidad de sirvientes sumisos, impidiendo el control democrático y renuentes a la rendición de cuentas; así que, mientras que los guardias civiles de los barrios, con salarios raquíticos y sin condiciones mínimas de trabajo, hay cuerpos especiales de seguridad del Estado que espían, intimidan y arrinconan a las y los ciudadanos y , éstos sí disfrutan de privilegios y de un grueso presupuesto secreto; este es el camino a la dictadura, “ cosas veredes, amigo Sancho”.
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