El 16 de enero, el ministro de Cultura, Manuel Obregón, anunció que el jurado integrado por la académica Amalia Chaverri, la escritora Dorelia Barahona, Alexandra Meléndez de la Editorial Costa Rica, la periodista Doriam Díaz y el historiador Rafael Méndez otorgaba el Premio Nacional de Cultura Magón 2011 como una distinción compartida.
Es la primera vez, desde que se instauró en 1962, que el premio se divide entre un investigador de las ciencias naturales y un artista. Se trata en este caso del ingeniero agrónomo e investigador científico Rodrigo Gámez, director, fundador y actual presidente del Instituto Nacional de Biodiversidad (INBio) y el bailarín, coreógrafo y maestro Rogelio López, fundador y director de 1978 a 2006 de la compañía Danza Universitaria, de la Universidad de Costa Rica. 
En las 50 ocasiones que se ha designado el premio, han prevalecido escritores, entre autores de ficción y ensayistas, luego artistas visuales e historiadores; otro biólogo destacado con este reconocimiento fue Rafael Lucas Rodríguez; y solamente una vez anterior fue dividido, cuando se le otorgó al escritor Carlos Luis Fallas y al historiador Hernán Peralta en 1965.
 
El premio de este año reconoce a dos figuras de extensa trayectoria y aporte a la cultura nacional desde áreas muy diversas y estrechamente vinculados con la Universidad de Costa Rica.
Rodrigo Gámez fue vicerrector de Investigación, director del Centro de Investigación de Biología Celular y Molecular, de la Unidad de Microscopía Electrónica, de la Escuela de Biología y más adelante fundador del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONICIT) y de la Universidad Estatal a Distancia (UNED).
Por su parte, Rogelio López fundó y dirigió por 28 años la compañía Danza Universitaria, cuyo aporte es clave en el desarrollo de la danza contemporánea en Costa Rica.
La vocación de estos dos hombres en áreas tan disímiles ha sido sin duda la de la investigación constante propia de sus mentes inquietas, pero también la de compartir sus descubrimientos y conocimientos. Gámez con más de 120 publicaciones y López no sólo con decenas de coreografías que ha puesto sobre la escena, sino con la formación de varias generaciones de discípulos en danza y coreografía.
En ese sentido, en ambos destaca el espíritu universitario donde además sus especialidades se ligan estrechamente con una visión integral con el resto de la sociedad.
Estos dos hijos de la provincia de Puntarenas están marcados por un profundo amor por Costa Rica y los valores propios de lo nacional. Uno entregado al estudio de la rica biodiversidad nacional y a proyectar al país internacionalmente. El otro, en la indagación insaciable de la híbrida cultura nacional que ha fusionado con las expresiones más contemporáneas de la expresión corporal.
En el trabajo de los dos es palpable la riqueza cultural costarricense desde dos perspectivas muy distintas, enriquecedoras y complementarias.
Hoy ambos galardonados encabezan sus propios proyectos retirados de la universidad, Gámez con el INBio y López con Danza Abierta, desde donde han continuado sus aportes liberados de alguna manera de los rigores institucionales de la academia.