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“Una se pregunta cómo estas mujeres pueden sonreír y cantar ante todo lo que viven”, expresó a UNIVERSIDAD Mónica Quirós, realizadora junto a Ana Lucía Faerrón del documental “Ayiti: fanm yo plen ak Kourg” o “Haití: mujeres con coraje” en la lengua criolla haitiana créole.
El próximo 5 de junio ese material será proyectado en Buenos Aires (Argentina), como parte de la tercera edición del Festival Internacional de Cine por la Equidad de Género: Mujeres en Foco, en el cual participan más de 40 películas de más de 20 países.
Durante trece días, el equipo de producción se internó en las localidades fronterizas domingueñas Elías Piña y Pedernalers, y en las haitianas Ame-á-Pitres y Léogane. Cabe recordar que la República Dominicana y Haití comparten la isla La Española.
El material muestra la realidad de las mujeres, quienes —por un lado— son migrantes, en muchos casos indocumentadas, enfrentan problemas como maltratos de parte de las autoridades y dan testimonio de asesinatos y violaciones en la zona fronteriza.
“Una persona sin papeles en República Dominicana no vale nada, hay mucha xenofobia” detalló Faerrón, quien es la realizadora del programa Palabra de Mujer del Canal 15 de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Por otra parte, las mujeres que permanecen en su país enfrentan peores condiciones de vida luego del fuerte terremoto del 2010; el filme las encuentra alojadas con sus familias en carpas donde deben soportar inundaciones, una epidemia de cólera, la temporada ciclónica, la falta de trabajo ocasionada en buena medida por la discriminación de género Y, como si fuera poco, un panorama de magnitudes preocupantes de violencia y abusos sexuales.
“En créole la palabra ‘coraje’ —‘kouraj’— también significa ‘resistir’ y es la mejor para describir la capacidad de las mujeres para salir adelante”, manifestó Faerrón como complemento a la inquietud planteada por Quirós.
“CORAZÓN QUEBRADO”
Según detallaron, un año después del terremoto se concretó la posibilidad de viajar a Haití gracias a una invitación de la Colectiva Mujer y Salud —la cual organizó el trayecto realizado— y contó con el apoyo de la UCR.
“Nos sorprendió la fuerza y el coraje de estas mujeres y del pueblo en general. Conocimos personas que a pesar de que habían perdido su casa en el terremoto trabajaba voluntariamente en el apoyo a las víctimas”, relató Quirós quien labora en el Centro de Investigación en Estudios de la Mujer (CIEM), entidad de la UCR que participó de la producción ejecutiva.
Las realizadoras subrayaron que el documental es un producto basado en los testimonios de las entrevistadas y que la edición —realizada por Alexandra Latishev— es “muy respetuosa” de los relatos de las mujeres víctimas de violaciones.
En ese sentido, Quirós indicó que la experiencia fue “muy fuerte”, pero recordó que “es una realidad que se da en muchos contextos diferentes, como la guerra”.
Faerrón acotó que “cada vez que hablo del tema revivo todo esto y siento una gran deuda con ese pueblo. Durante los seis meses del proceso de edición cada vez que revisaba estos testimonios salía con el corazón quebrado y una gran sentimiento de impotencia”.
De acuerdo con datos provistos por las realizadoras, en Puerto Príncipe —-capital de Haití—trabajan entre 8.000 y 10.000 organizaciones no gubernamentales (ONG), mientras tanto el país tiene un desempleo del 80%. Por otra parte, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) gasta al año $800 millones en su misión en el país. “Muchos recursos se envían a Haití, pero ¿dónde están? Hay organizaciones que están haciendo mucho dinero”, manifestó Faerrón.
Relató que Sonia Pierre —quien lideró la Colectiva Mujer y Salud hasta su muerte de un paro cardiaco luego de amenazas contra la vida de sus hijos— al respecto les expresó: “son mercenarios o agentes de la oscuridad”.
El documental, también, muestra el trabajo de empoderamiento y apoyo a las mujeres que llevan a cabo organizaciones como la Asociación Pro-Desarrollo de la Mujer y el Medio Ambiente (APRODEMA, www.aprodema.org), el Movimiento de mujeres dominico-haitianas (MUDHA, www.mudha.org) o la misma Colectiva (www.colectivamujerysalud.org).
Según indicaron, muchas de estas mujeres activistas son amenazadas, pues su trabajo no agrada a algunas ONG vinculadas a la corrupción e incluso abusos: “Por supuesto que la difusión de este material supone un riesgo para las activistas, pero lo asumen”.
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