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El próximo 7 de setiembre se elegirán los cargos de representación ante el Consejo Universitario de la Universidad de Costa Rica (UCR) por un período de cuatro años. Esta vez se disputarán las sillas de las áreas de Ciencias Sociales, Ciencias Básicas y Ciencias Agroalimentarias. En el caso de estas últimas, se presentó solo un aspirante para esa representación.
Durante las próximas semanas, UNIVERSIDAD publicará entrevistas con los candidatos, en las cuales expondrán sus principales propuestas al electorado compuesto por académicos y estudiantes.
Esta semana se inicia con la exposición de algunos de los temas propuestos por los candidatos de Ciencias Sociales, Rita Meoño y Ronny Viales. A continuación, un resumen de ambas entrevistas.
Rita Meoño, candidata por Ciencias Sociales
“Educación Superior como bien público y no como negocio”
Rita Meoño es trabajadora social, viene llegando de Río de Janeiro Brasil con un doctorado en Políticas Públicas para América Latina. Tiene 21 años de estar vinculada a la UCR, primero como asistente estudiantil, luego como profesora y directora de diversos proyectos de acción social. Una de las principales motivaciones para participar en el presente proceso electoral es el retroceso dado en la participación de las mujeres en los puestos de representación ante el Consejo Universitario. Actualmente, Meoño es coordinadora de docencia en la Escuela de Trabajo Social.
De llegar al Consejo Universitario, ¿cuáles serían sus temas prioritarios?
—Primeramente, un compromiso real con la universidad pública y todo lo que ello significa. Una universidad que tiene docencia, investigación y acción social. También, retomaría el mandato constitucional que asigna a la universidad pública una alta misión con las transformaciones de nuestra realidad. Un compromiso con una educación superior como un bien público y no como un negocio. Además, intentaría eliminar las desigualdades que existen en la excelencia académica en diferentes sedes de la universidad. Que sea una universidad más inclusiva y que apueste por estar vigilante ante cualquier tipo de discriminación. Finalmente, el estudiante como eje central del quehacer universitario; el desarrollo de políticas que permitan las condiciones de permanencia y de éxito al concluir los estudios.
A muchos académicos les preocupa el reglamento del régimen académico, el cual califican de arcaico y necesario de actualizar, ¿cuál es su propuesta?
—Creo firmemente que es un reglamento que requiere una revisión profunda para que logremos materializar verdaderas condiciones para un estímulo a la excelencia académica; y de camino hay que resolver algunos problemas del reglamento. No diría que tengo una propuesta concreta, pero hay elementos que revisar, como el puntaje que se asigna para determinadas cosas, el estímulo o no para trabajos interdisciplinarios.
En la Facultad de Ciencias Sociales, preocupa que aún no se concrete el proyecto del nuevo edificio, ¿qué propondría desde el Consejo?
—Para nadie es un secreto las condiciones en las que se encuentra toda la Facultad de Ciencias Sociales. De manera que es un proyecto importante y es una promesa hecha desde hace muchos años. Si hubiese posibilidad de apoyar desde el Consejo lo apoyaría. Aunque claro, hay una pérdida al trasladarnos del corazón de la Universidad. Históricamente, la facultad ha tenido un papel protagónico; al estar en el corazón del campus tenía una posición estratégica. Tenemos que generar un nuevo punto estratégico en la nueva área geográfica.
Estudios sobre el mercado de trabajo en las carreras de Ciencias Sociales y el debate sobre los recursos para el Fondo de Especial de la Educación Superior generan preocupación porque se debiliten las carreras en estas áreas, ¿cuál es su respuesta a esta situación?
—Una defensa absoluta de lo que es la formación humanista, la formación integral. En este momento histórico que nos ha tocado vivir, somos fundamentales para la sociedad. Esta no atiende solamente las demandas del mercado, atiende demandas de la sociedad. Resuelve algunas necesidades del mercado, pero no es su obligación hacerlo.
¿Qué propuestas tiene sobre la situación de interinidad y política salarial?
—Tenemos que avanzar para disminuir esa realidad de interinidad que nos está avasallando; para que personas que están en condiciones de interinidad puedan asumir cargos en propiedad. También tiene que ver con decisiones dentro de las mismas unidades académicas; es un problema estructural que requiere soluciones múltiples. En cuanto a la política salarial, deben de haber estímulos importantes para evitar la fuga de cerebros. Hay que seguir apostando para tener mejores condiciones salariales. Aunque el tema no es solo salarial, tiene que ver con estímulos y otras condiciones para que se ame estar en la academia.
Ronny Viales, candidato por Ciencias Sociales
“Concibo la autonomía universitaria como un deber social”
Ronny Viales es historiador de formación con un doctorado en Historia de la Universidad de Barcelona; tiene más de 23 años de estar vinculado con la UCR en distintas funciones como profesor e investigador. De esos 23 años fue interino por 14 años, por lo que dice comprender muy bien a los profesionales que se encuentran en esa condición. Además, dijo que cree en una universidad que debe contemplar el criterio de los grupos diversos que existen en su interior. Actualmente, Viales es el director de la Escuela de Historia.
De llegar al Consejo Universitario, ¿cuáles serían sus temas prioritarios?
—Lo fundamental es lograr un trabajo de representación del área que sea efectivo, orientando principales proyectos que tienen que ver con política universitaria del área; como la infraestructura, desarrollar proyectos transversales entre las áreas, proyectos clave para la institución, un trabajo interdisciplinario. Esto se vincula con la autonomía universitaria, la que concibo como una deuda social, que si bien es cierto, es un mandato constitucional, está pendiente con el pueblo. Somos de las pocas, sino casi la única institución, que busca como reflexionar para como resolver los problemas del país. Además, hay que desburocratizar la universidad, hay problemas que no se han enfrentado y que es importante retomar. Es necesario tomar decisiones concretas con miras al futuro.
A muchos académicos les inquieta el reglamento del régimen académico, el cual califican de arcaico y necesario de actualizar, ¿cuál es su propuesta?
—Es muy interesante porque no es solo un plan de incentivos, sino que también es un régimen laboral; son las reglas del juego establecidas, y sí tiene que estar en constante revisión. Hay que respetar la especificidad de las áreas. Por ejemplo, Ciencias Básicas y Ciencias de la Salud investigan en equipo, por lo que pueden tener muchos autores. Es importante que eso no se castigue que se respete; es la manera de trabajar. Hay que buscar incentivos novedosos que no sean solo en investigación, sino que se den también en la docencia y la acción social. La labor de gestión es invisibilizada en términos de puntaje.
En la Facultad de Ciencias Sociales, preocupa que aún no se concrete el proyecto del nuevo edificio, ¿qué propondría desde el Consejo?
—Lo importante es lo que se haga en ese edifico, que atiende necesidades particulares de las unidades académicas de la Facultad de Ciencias Sociales. También represento a Ciencias Económicas y Derecho, facultades con necesidades que hay que satisfacer en infraestructura. El edificio hay que verlo como integrador de actividades. Por otro lado, el camino que escogió es el que hay que respetar, el del fideicomiso, para que en el corto plazo el edificio sea una realidad.
Estudios sobre el mercado de trabajo en las carreras de Ciencias Sociales y el debate sobre los recursos para el Fondo de Especial de la Educación Superior generan preocupación porque se debiliten las carreras en estas áreas, ¿cuál es su respuesta a esta situación?
—En el alza de carreras de menor demanda no solo hay carreras de sociales. Cabe cuestionarse cuál es el objetivo de la universidad, ¿satisfacer necesidades del mercado o el desarrollo social, y cultural? Es el segundo. Tenemos que trabajar el concepto que José María Gutiérrez ha sistematizado sobre rentabilidad académica y no solo económica. Hay que renovarse, pero con una política de la cultura de la autoevaluación, nuevos perfiles de salida, planes de estudio remozados, no estamos desligados de la realidad nacional.
¿Qué propuestas sobre los temas de interinidad y política salarial?
—La política salarial entiendo que ha estado bien orientada de manera que sea sostenible en relación con el presupuesto existente. Se puede mejorar con una serie de incentivos que no necesariamente sean salariales, sino movilidad nacional e internacional, posibilidad de realizar estudios de postgrado, fondos concursables. Debe de ser garantía que contemos con los mejores profesionales para formar otros profesionales. En cuanto a la interinidad hay acciones encaminadas, pero algunas son más retóricas que reales, no hay que combatir la interinidad como tal. El “interinazgo” corto y funcional no va a desaparecer por la misma política de cambio, formación y jubilación.
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