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La tierra seguía temblando hoy en Costa Rica tras el terremoto de magnitud 7,6 en la escala de Richter, el segundo más potente registrado en la historia del país, ocurrido el miércoles en el Pacífico norte.
El Observatorio Sismológico y Vulcanológico de Costa Rica (OVSICORI) había contabilizado hasta las 7:30 de hoy un total de 530 réplicas, un día después del evento principal, cuyo epicentro se encuentra localizado en las proximidades de la zona de Sámara, a unos 250 kilómetros al noroeste de la capital.
Entre los nuevos eventos, resalta una sacudida de magnitud 5,1 ocurrida esta madrugada.
El epicentro de este temblor se ubica a 13 kilómetros al sur de Sámara, una comunidad, al igual que el resto de Guanacaste, caracterizada por su intensa actividad turística.
El vocero del OVSICORI, Johnny Núñez, dijo que del total de réplicas registradas hasta ahora tres superaron la magnitud cuatro, más la de esta madrugada que se ubicó en 5,1.
Los expertos del observatorio dijeron que se trata de un comportamiento normal después de un sismo de la gran magnitud como el ocurrido en Costa Rica el miércoles.
La estatal Comisión Nacional de Emergencias declaró, desde la víspera, alerta roja en todo el país, pese a que el gobierno consideró que los daños causados por el terremoto pueden calificarse de moderados.
Oficialmente se descartó que la sacudida haya provocado víctimas mortales, aunque medios de prensa informan de dos mujeres fallecidas por infartos sufridos presuntamente por el impacto que les ocasionó el terremoto.
Las ciudades de Nicoya, Santa Cruz, y de Hojancha, en Guanacaste, resultaron entre las más afectadas por la sacudida. La Comisión de Emergencias estimó en unas 100 las viviendas dañadas o impactadas. También se reportaron daños en otros puntos del país.
Algunas comunidades aledañas al epicentro seguían sin electricidad y agua potable, un día después del terremoto.
Los expertos en sismología del país dudaban hoy si el terremoto del miércoles es el que vienen pronosticando desde hace veinte años en la zona.
Protti pronosticó, hace muchos años atrás, que la península de Nicoya, la zona del terremoto, sería sacudida por un sismo de una magnitud de entre 7,7 y 7,9 en cualquier momento debido a la acumulación de energía en las placas tectónicas que atraviesan la zona.
La presidenta, Laura Chinchilla, tenía previsto sobrevolar Guanacaste este jueves para contar con datos más precisos sobre el alcance de los daños.
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