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¿De vuelta al infinito?

Muy interesante y educativo el artículo de Alejandro Jenkins “Noticias del mundo subatómico”, publicado en  página 15 de La Nación el 12/7/12; mas queda pendiente un aspecto de fondo, que es lo infinito o la infinitud de la naturaleza y la consciencia humana. Por ahora, esto no lo puedo explicar ni yo ni Alejandro ni nadie en particular; pero como seres humanos en general, y científicos en especial, es nuestro destino intentarlo  pertinazmente.

Muy interesante y educativo el artículo de Alejandro Jenkins “Noticias del mundo subatómico”, publicado en  página 15 de La Nación el 12/7/12; mas queda pendiente un aspecto de fondo, que es lo infinito o la infinitud de la naturaleza y la consciencia humana. Por ahora, esto no lo puedo explicar ni yo ni Alejandro ni nadie en particular; pero como seres humanos en general, y científicos en especial, es nuestro destino intentarlo  pertinazmente.
La búsqueda de Peter Higgs y muchos otros físicos después de él es, en realidad, algo sencillo: tiene que haber partículas más pequeñas que las que se había encontrado hasta finales de los años 1950 y principios de los 1960, con los instrumentos disponibles. Esa proposición sigue siendo cierta hoy –50 años después de lo que pensaba Higgs- y pienso que será cierta para siempre.
La noción de que “la partícula de Higgs” es la más pequeña posible y que sea evidencia de la existencia de Dios, está equivocada. La partícula nada tiene que ver con Dios, como insinúa la caricatura que acompaña el artículo de Jenkins, tomada de medios internacionales; tampoco, como sugiere la noticia del  3 de julio en “Aldea Global” de La Nación.
Para que el público no se confunda al respecto, me permito contar la siguiente anécdota:
• La existencia de esa partícula fue pronosticada, como indiqué antes, desde hace muchos años, pero hasta ahora no se había encontrado, a pesar de búsquedas persistentes (que describe Alejandro). Hace algunos meses fueron anunciados ciertos resultados y, de inmediato, surgieron cuestionamientos; pero la búsqueda continuó.
• En su momento, Higgs se sintió tan frustrado que se refería a la partícula como “that  godamn particle”, término despectivo que significa “esa condenada partícula” (figurativamente, condenada por Dios). Y, siguiendo esa expresión, en serio y en broma,  algunos de los colegas de Higgs se referían a “la partícula de Dios”. Entre ellos entendían la ironía, pero ciertos periodistas y aficionados a la física creyeron que se refería a Dios.
• ¿Conclusión? La “partícula de Higgs” nada tiene que ver con Dios, desde una perspectiva teológica o científica. Es, como muchas otras, una exageración sensacionalista, creada por periodistas superficiales. Aunque eso no significa que el descubrimiento no es importante;  al contrario, es un avance importante en física,  pero nada tiene que ver con Dios.
Para que el excelente artículo de Alejandro Jenkins sea bien entendido, me permito destacar  su aclaración siguiente: “Ya dijimos que es el campo de Higgs el que confiere masa a las otras partículas, pero el origen de la masa del propio bosón de Higgs sigue siendo un misterio. Los físicos teóricos han propuesto una gran cantidad de ideas distintas en torno a esa cuestión, ideas que suelen implicar que la búsqueda del bosón de Higgs debiera dar también con otras partículas nuevas” (subrayado nuestro).
Tengo dudas sobre lo que algunos proyectan, derivan o anticipan al respecto, porque parecen suponer que el paso de “masa” a  “no-masa” ocurre, de algún modo, en “la materia”, fuera de  “la mente humana”. En  esa manera, dan la impresión de que hay una separación definible y definida entre el interior de las mentes individuales y el exterior de ellas. Así, se meten en “aguas profundas”, perdiendo sostén y equilibrio conceptual.
Como no soy físico, confieso que me costaría mucho acompañarlos allí; y temo que nos ahogaríamos todos. No obstante, como científico social, dispongo de conceptos que pueden ayudar. Y, afortunadamente, en esto coincido con físicos que reconocen que su disciplina necesita abrirse a otras, para sortear ese peligro.
Por intercambios que hemos tenido sobre el  tema, siento que Alejandro se encuentra entre esos últimos; y estamos de acuerdo en continuarlos, oportunamente, en el ámbito apropiado.

  • Roger Churnside (Catedrático)
  • Opinión
Notas

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