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Prevén fraude en campaña presidencial en Honduras

Dos candidatos de los partidos no tradicionales y dos de los tradiciones Partido Nacional y Partido Liberal acaparan la atención del electorado en las elecciones presidenciales del próximo 24 de noviembre en Honduras. Pero no son los únicos cuatro candidatos, ya que otros tantos se suman a estos, en una inédita papeleta de ocho aspirantes a la presidencia.

Dos candidatos de los partidos no tradicionales y dos de los tradiciones Partido Nacional y Partido Liberal acaparan la atención del electorado en las elecciones presidenciales del próximo 24 de noviembre en Honduras. Pero no son los únicos cuatro candidatos, ya que otros tantos se suman a estos, en una inédita papeleta de ocho aspirantes a la presidencia.
El 24 de noviembre, 5,3 millones de hondureños están habilitados para votar, en unos comicios que renovarán la presidencia y la cámara de diputados de 128 integrantes.
Xiomara Castro, candidata del Partido Libertad y Refundación (Libre), esposa del presidente Manuel Zelaya, derrocado meses antes de las elecciones presidenciales, en junio del 2009, encabeza las encuestas, con cerca del 20 % de las preferencias, seguida del candidato oficialista, Juan Orlando Hernández, del Partido Nacional y actual presidente del Congreso con algo más de 16 %. Los sigue el candidato liberal, Mauricio Villeda, con 7 %. Salvador Nasralla, un popular presentador de televisión, del conservador Partido Anticorrupción, que en un momento pareció acompañar a Xiomara Castro en las preferencias, ha visto reducirse sus expectativas en la medida en que se desarrolla la campaña.
 
PANORAMA DRAMÁTICO
“Universidad” conversó con Guillermo Lahtrop, profesor de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), arquitecto, especialista en desarrollo urbano. Lahtrop acaba de dar un curso en tres ciudades hondureñas: Danlí, Choluteca y Comayagua, entre el 11 y el 21 este mes.
Son cursos básicamente para profesionales vinculados a municipalidades o agencias del Estado relacionadas con el desarrollo local. Además de un grupo grande de organizaciones sociales y de pequeños agricultores organizados en cajas agrarias u otras instituciones, afirmó. Un público variado, algunos con formación universitaria, pero otros con una formación básica. Unas 30 personas en cada lugar, que le permitieron tomar el pulso a la situación política y social del país cuando se inicia el proceso electoral.
Los campesinos entienden dos cosas, afirmó: “que el sistema los tiene ahorcados y que va a ser muy difícil salir de eso, a menos de que se organicen. Se trata de organizarse para dar a conocer su situación; también para tratar de mejorar su situación con su propio esfuerzo. A estas alturas, están conscientes de que pedir a los partidos una solución no los lleva a ninguna parte”, aseguró.
“El problemas más explosivo –dijo Lathrop– es la situación de los jóvenes, algo que yo lo vinculo a la situación campesina: altas tasas de desempleo, una población pobremente educada, jóvenes que no estudian ni trabajan, y que alimentan las maras”, pandillas que han crecido particularmente en Honduras y El Salvador.
“No es casual que Honduras sea el país más violento del mundo. Un 70 % de la población es pobre y 35 % a 40 % está en extrema pobreza. O sea, no tienen recursos para cubrir siquiera sus necesidades alimentarias”, dijo.
Datos recientes revelan que, en Honduras, el 53 % de la población ocupada solo tiene educación primaria. Un 26 % tiene educación secundaria. En 2011 el ingreso mensual promedio nacional fue de 5.315 lempiras, equivalente a $ 273. Pero, en el área rural, ese ingreso era de apenas $ 191. Es decir, la mitad.
“La pobreza se puede arreglar con subsidios cuando hay plata, pero eso no es la solución, porque cuando se acaba la plata ya no se puede atender a los pobres de esa manera. El problema no es atacar la pobreza, sino las condiciones que la generan, como la exclusión de ciudadanía social”, afirmó Lathrop. “En Honduras, la gente no goza, de derechos económicos ni políticos. En realidad, la única expresión de democracia en estos países es votar”, agregó.
FRAUDE
Lathrop estima que el candidato oficialista, Juan Orlando Hernández, un hombre muy vinculado al golpe de Estado que derrocó a Zelaya en 2009 y al que acusan de corrupción, será el ganador en noviembre.
“Va a ganar, pero va a haber fraude”, aseguró. “Las elecciones solo van a servir para saber por cuantos votos ganó, porque el resultado ya está decidido”.
Sin embargo, agregó, el actual presidente, Porfirio Lobo, “deja el país en un zapato chino, sin salida. Cualquiera sea el candidato que gane, el control del poder económico va a seguir en las mismas manos”.
Los dueños del país –aseguró– “tienen nombre y apellido. Uno de ellos, de origen palestino-libanés, controla diversos sectores, como la producción agrícola de exportación, maquila, servicios y bancos. Por lo tanto, tienen mucho poder para controlar al elegido”, agregó.
Otra minoría poderosa, encabezada por Jaime Rosenthal, controla el Grupo Continental, que incluye bancos, un canal de TV, constructoras, cementos y un club de fútbol, entre otras cosas.
Lathrop destacó los vínculos entre el aparato político y el ejército. “Como país está quebrado, el ejecutivo echó manos de fondo pensiones de las FFAA [Fuerzas Armadas de Honduras] y, para resarcirlos, les dio el manejo de los bosques maderables de Honduras”.
“Uno de los problema fundamentales del país es que los que pagan impuestos son los asalariados. El otro impuesto importante es el de ventas, un impuesto indirecto que afecta el consumo principalmente de la población más pobre”.
En Tegucigalpa, afirmó, “se ve pobreza, pero esta se concentra, sobre todo, en el campo, en la zona sur del país, en Intibucá, La Esperanza, en el departamento de Lempira. También, se ve en el norte, pero no tanto en el borde desarrollado de San Pedro Sula, sino hacia oriente”.
“Escuchas hablar a los candidatos en los programas de la televisión de análisis políticos y hay muchos en Honduras, pero no ves propuestas claras para enfrentar los problemas del país”.
SIN ESPERANZAS
“Tuve larga oportunidad de conversar con profesionales hondureños, que me parecieron ‘brutalmente críticos’. Lo que más me llamó la atención fue su pesimismo terrible; no ven por donde la situación puede mejorar. La maraña de intereses que hay detrás de todo hace muy difícil que un gobierno honesto pueda operar con éxito. No esperan nada, es el sálvese quien pueda”.
También, asistieron a sus cursos dos candidatos a diputado, una liberal y otro del Partido Nacional. Este último decía que no cree en lo que el Partido Nacional está haciendo, pero que si tenía buenos padrinos podría cambiar las cosas desde adentro. “Yo no lo creo”, afirmó, “son solo operadores de los patrones electorales de los partidos”.
“En esa coyuntura electoral, se habla mucho de la política de Estado para atender las demandas de los sectores de punta de la economía, como los exportadores o las empresas transnacionales, con la acumulación de la riqueza que produce la élite. Una elite que es particularmente primitiva en Honduras. Están fundamentalmente para enriquecerse y la gente les importa poco”, enfatizó.
Uno de los principales ingresos del país siguen siendo las remesas que hacen los inmigrantes, sobre todo desde Estados Unidos.
Según el Banco Central de Honduras (BCH) en los primeros siete meses de este año las remesas alcanzaron $ 1.530,5 millones, un incremento de $133,9 millones comparados con igual periodo de 2012. Ese año las remesas alcanzaron un total de $ 2.893,9 millones.

  • Gilberto Lopes 
  • Mundo
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