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Independencia y soberanía para decidir por nosotros mismos

El historiador Juan R. Quesada, al argumentar en contra de que se cambie la fecha del 15 de septiembre, por la real del 29 de octubre de 1821, concluyó:

El historiador Juan R. Quesada, al argumentar en contra de que se cambie la fecha del 15 de septiembre, por la real del 29 de octubre de 1821, concluyó:
“O sea, se tiene una tradición, un patrimonio intangible de muchos años que no tendría sentido cambiar. Y habla como viejo y como abuelo, ver a una nieta de once años y ahora otro de dos años, aprenderse los himnos patrios, con el esfuerzo de repetirlos y memorizarlos, si cambian eso se les vendría el mundo abajo y él no quisiera que a sus nietos se les viniera el mundo ni atrás, ni abajo”. (Archivo Nacional. 20/9/2012).
Respetuosamente, lo que tiene que hacer es dejar su canto de plañidera y decirles la verdad, que él tiene por cierto y probado que el 15 de setiembre no es la fecha de la independencia de Costa Rica, así lo ha dejado escrito y expresado públicamente. El que no considere el 29 de octubre es cosa que no ha podido probar; se basa en interpretar los hechos de una manera particular que denigra a Cartago, como si no hubiera ciclos bien definidos que producen los hechos y forman efemérides. Bien lo ha señalado el historiador Ronny Viales Hurtado:
“Sobre la fecha de conmemoración de la independencia de Costa Rica, creo que habría que distinguir, al menos, tres niveles de análisis: 1. El de la historicidad de los fenómenos / hechos sociales; en este nivel, que es el que creo que a usted le interesa sobremanera, lo importante es reconstruir los hechos y los procesos sociales relevantes. En el caso de la independencia, usted tendría la razón sobre una inconsistencia al celebrar el 15 de setiembre la independencia pero, en función de los criterios que se utilizan, la propia noción de independencia tendría que ser claramente esbozada porque implicaría una valoración de parte de los investigadores y las investigadoras, habrá quien señala que todavía no somos independientes, en el marco de la globalización contemporánea, de allí que el 15 se setiembre sea una convención”. (Correo a M.R. 2009). Así de claro es la cosa, depende de quién y cómo. Si hoy somos dependientes, independientes o medio queso, es otro asunto.
El artículo de JR.Quesada, titulado “Acta del 29 a Iturbide” (S.U. 2012/Nº1972), es mañoso, pues sugiere que el Acta del 29 de octubre cuando se decreta la independencia absoluta de Costa Rica de España es una entrega incondicional del país a México. Los documentos que constan en el Archivo Nacional, a la disposición de los historiadores y otros investigadores, son concluyentes de que no fue así en la práctica, no hubo derecho y Costa Rica siempre estuvo en el dominio y uso de su plena soberanía.
¿Por qué seguir denostando a Cartago si la historia la hicieron los costarricenses todos de aquella época? Forjar patria es inculcar lealtades, y nosotros nos debemos a Costa Rica, no a un imaginario, sino a una realidad que nos forma en nuestro arraigo y sentido de pertenencia.
Pongamos, yo trabajo para Costa Rica, y lo primero que hice con mi familia fue presentarles el asunto, tal y cómo lo señaló Viales. Preguntaron y les expliqué, los expuse a la mentira oficial, a la historia formal con que los educaron en cívica e historia patria. Y que de una vez por todas les quedara claro, Guatemala no fue ningún centro de libertad ni de independencia, y no desencadenó nada por el estilo. Su proceso hay que tomarlo con pinzas y que se lo coman ellos.
El historiador Aguilar Bulgarelli dice que, “lo que nos interesa es la independencia de un sistema colonial y monárquico, decadente y corrompido, que estaba en franca decadencia. Y esa separación la marca indiscutiblemente el acta y los hechos del 28 y 29 de octubre del año 21, en donde se confirmó de una u otra forma, nuestra independencia de la península”. (A, O. Reflexiones en torno al 29 de octubre de 1821).
¿Seguir enseñando una mentira histórica por verdad? En la familia se construye la patria nuestra, digámosle la verdad, así las tradiciones y los patrimonios intangibles serán fuente de su orgullo cuando canten nuestro himno y digan de dónde son.

  • Miguel Rojas (Catedrático UCR)
  • Opinión
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